05-06-2015 “Las fotografías abren puertas al pasado, pero también permiten echar un vistazo al futuro”, dice la muy reconocida fotógrafa estadunidense Sally Mann. Eso es lo que me ha ocurrido al ver algunas fotografías publicadas en la prensa en estos días previos a la jornada electoral. No sabía si estaba viendo lo que había ocurrido o leyendo, a través de las fotos, lo que ocurriría después del 7 de junio.
Primero me sorprendió la imagen de soldados, bien pertrechados, abandonando la junta distrital de Tlacolula, escoltados por manifestantes de la Coordinadora gritándoles consignas e insultándolos, dice la nota. Llevaban sus armas, sus mochilas, incluso la comida y alguno una olla. Me recordó aquella foto de 1994, que se hizo famosa, en la que en Chiapas, en pleno levantamiento zapatista, un grupo de mujeres indígenas está empujando a un grupo de militares armados. Ni entonces ni ahora los soldados merecían ser vistos así, impotentes, por la sociedad. No tiene sentido ver a los hombres y mujeres que son la última trinchera de la gobernabilidad, abandonar cabizbajos, insultados, un local que resulta también simbólico: los soldados estaban resguardando un recinto electoral, tratando de garantizar que la gente pudiera ejercer su derecho al voto el próximo domingo. Esa foto es una metáfora sobre la debilidad, real o imaginaria, no importa, con que mucha gente percibe al Estado mexicano ante cualquier provocador y grupo criminal que ostenta una bandera política, legítima o no.
La segunda foto se tomó la tarde del martes. Por el jardín que enmarca la entrada al bello edificio de Bucareli, donde funciona la Secretaría de Gobernación, en una sola línea caminan tranquilos y sonrientes cinco miembros de la comisión negociadora de la CNTE, encabezados por Rubén Núñez, líder de la Sección 22, que acaban de tener una larga reunión con el subsecretario de Gobernación, Luis Miranda. ¿Cómo no van a estar sonrientes? Mientras estaban sentados, platicando en el Palacio de Cobián, se daba el agravio a los militares en Tlacolula; se tomaban todos los centros electorales del INE en Oaxaca, a algunos se les prendía fuego, lo mismo que a la papelería electoral; en Michoacán se habían tomado las oficinas de algunos candidatos y también fueron saqueadas; se ocuparon y robaron gasolinerías en distintos estados; se secuestraban camiones, los de reparto eran saqueados por vándalos. Quienes ordenaron todas esas acciones no venían de rendir declaración ante el Ministerio Público: salían tranquilos y satisfechos de una negociación al término de la cual aclaraban, para que no hubiera dudas, que la misma no incluía el evitar lo que ellos llaman el boicot contra la farsa electoral y las leyes un delito federal.
Hoy se publica una foto del consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, sonriente. Acaba de inaugurar la macrosala de prensa del Instituto (un espacio siempre notable) y Lorenzo asoma su rostro a través de un cartón que simula una credencial electoral. Quizás los consejeros del INE, acercándose a la primera elección que les toca organizar, tendrán por ello mucho que festejar. Y es verdad, más allá de todo, en casi todo el país, el tema es que la gente tiene que decidir su voto, elegir entre distintas opciones, decidir si castigará o premiará a los gobiernos, los candidatos o los partidos. Pero también es verdad que sobre los comicios se cierne una sombra ominosa y en el INE están, quizás, demasiado confiados en que las “negociaciones” alcancen para disiparla. Ojalá así sea, y en la foto del domingo en la noche podamos ver también a Córdova sonriendo a través de una credencial de elector.
La cuarta foto es muy típica, y su interpretación mucho más especulativa. Sale en la primera plana de La Razón de ayer. Una foto amplia, bien desplegada, casi un tercio de la portada, donde se ve al presidente PeñaNieto, con el canciller José Antonio Meade, sentado a su derecha y junto a él, Aurelio Nuño, jefe de la oficina presidencial. Debajo de la foto el titular: “Peña Nieto analiza temas económicos con el canciller Meade”. Vuelvo a leerlo: el pie de foto no es una especulación, proviene de un boletín oficial. ¿El presidente Peña, me pregunto, trata temas económicos con el canciller que, a su vez, fue un exitoso secretario de Hacienda en el pasado sexenio? Revisando el mismo periódico, en sus páginas internas, nos enteramos que a esa hora el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, estaba en París, en una reunión de la OCDE: hablaba de los costos económicos del populismo.
¿Cuántas especulaciones y cuántas lecturas puede suscitar una simple foto, quizás una simple casualidad dentro de un encuentro presidencial de rutina?, ¿o es un mensaje?
“No hay nada peor que la imagen nítida de un concepto difuso”, dice AnselAdams, otro gran fotógrafo.