06-01-2016 Según el filósofo Ly Tin Wheedle, citado por el inglés Terry Pratchett, “el caos se encuentra en mayor abundancia cuando se busca el orden. El caos siempre derrota al orden porque está mejor organizado”. Quizás eso es lo que ocurre con las candidaturas, de todos los partidos, en Oaxaca: el caos simplemente está mejor organizado. A unos días de que se deba definir cómo quedará el escenario electoral para el 5 de junio, en ninguna otra entidad parece estar tan confuso, con tantas posibilidades abiertas, con tantos personalismos disputando espacios, como en Oaxaca.
Ayer escuchaba con Ciro Gómez Leyva, al precandidato del PRD, Benjamín Robles decir sin recato alguno que él estará en la boleta de Oaxaca, que si es en una “candidatura de unidad” de su partido, perfecto, y que si no será candidato por otro, pero que él estará en la boleta. ¿Lo aceptará el PRD? Puede ser, no fue diferente la forma en que llegó en 1998 a la gubernatura, José Murat. Acababa de darse, era la primera vez que ocurría, la salida de Ricardo Monreal del PRI al PRD porque no le habían dado la candidatura de Zacatecas y Murat jugó esa misma carta: si no era candidato se iba al PRD. El entonces presidente Zedillo, dicen que contra toda su voluntad, decidió reducir costos y darle la candidatura a Murat.
El que ahora amenaza con irse es Robles del PRD (se supone que a Morena), pero resulta que ese partido tiene que ir en una alianza con el PAN para ser realmente competitivo y todo indica que el panismo (y buena parte del perredismo) se sentiría mucho más cómodo con José Antonio Estefan para esa coalición con el PRD… el mismo que muy probablemente hubiera sido candidato en 1998 si no se hubiera cruzado Murat.
Otro Murat, Alejandro, el hijo de José, hasta diciembre director del Infonavit también quiere ahora ser candidato, pero por el PRI. Es un político joven y sin duda talentoso, pero el peso del padre es enorme y se suma al hecho de que Alejandro ha vivido siempre en el Estado de México y que, incluso, tiene una notaría en esa entidad que le fue entregada al fininalizar el gobierno de Peña Nieto en el estado, en el 2012. El enfrentamiento de José Murat con quien fue su sucesor Ulises Ruiz, quien hoy es un influyente delegado del PRI en Quintana Roo, es antológico, por la forma en que Murat quiso imponerse a Ruiz cuando éste asumió la gubernatura. Lo cierto es que Ulises respalda al senador y excandidato Eviel Pérez Magaña (Héctor Pablo Ramírez Puga, director de Liconsa, decidió retirarse de la contienda) y por ende las propuestas de Alejandro y Eviel se excluyen mutuamente. Está la exsubprocuradora Mariana Benítez, pero lo suyo parece ser más una apuesta hacia el futuro que para el presente. Y el diputado Samy Gurrión que quiere por el PRI, pero que también asegura que si no es candidato tricolor podría aparecer como independiente. En ese contexto, con un PRI profundamente dividido en lo político, pero sobre todo en lo personal, con un PRD donde les conviene para la alianza con el PAN un candidato, pero donde otro los presiona para no irse a Morena o como independiente; con el propio PAN dudando de atarse a un tren que no tienen claro qué destino tendrá y todo en un proceso marcado mucho más por las personalidades que por los proyectos, apareció en Oaxaca, la opción de Gerardo Gutiérrez Candiani, el hasta diciembre presidente del Consejo Coordinador Empresarial, con una magnífica relación con el presidente Peña Nieto, pero también con otros priistas, panistas y perredistas con los que trabajó en la construcción del Pacto por México, con el propio gobernador Gabino Cué, y que, al contrario de todos los demás aspirantes, trabajó durante meses en una propuesta programática, llamada Agenda por Oaxaca, que tiene definido un programa concreto y aplicable de modernización muy amplio para el estado.
Gutiérrez Candiani quiere ser un candidato independiente, no afiliado a partido alguno, pero sí apoyado por partidos y no descarta ser el primer candidato independiente respaldado por el PRI. Pero la idea va más allá y es crear un movimiento que respalde esa agenda modernizadora por Oaxaca, donde se sumen personajes, grupos e, incluso, partidos en torno a ella.
Es una idea de orden que surge, y sólo así podría prosperar ante todas las particularidades de Oaxaca, del caos. En la confusión de la elección, la opción de construir en torno a Gutiérrez Candiani una candidatura que se aleje de ese ambiente puede ser una opción que le dé vida a un estado al que, de otra forma, sólo le esperarán seis años más de confrontación.
Por cierto, hablando de oaxaqueños, Diódoro Carrasco, exsenador, exgobernador del estado, exsecretario de Gobernación por el PRI, luego diputado federal por el PAN, se hizo cargo desde ayer de la secretaría General de Gobierno del estado de Puebla. Rafael Moreno Valle, del que ya Diódoro era representante en el DF, se hace de una pieza y de un operador clave para el último año de su gobierno y su futuro.