Los héroes y la ciudadana Kate
Columna JFM

Los héroes y la ciudadana Kate

14-01-2016 “Te cuidaré más que a mis ojos”, le dice El Chapo. “Tus palabras me mueven”, le dice Kate, “nunca nadie me ha cuidado en mi vida”, al hombre al que llama “héroe”, y del que acepta viajes, aviones, teléfonos, flores. Los largos intercambios de mensajes entre Kate del Castillo y Joaquín El Chapo Guzmán dejan perfilado, además del cotejo del capo arrebatado por la actriz, un escenario en el cual existe una relación que va muchísimo más allá de obtener una entrevista. Hay una sociedad de por medio entre ambos que constituye, presuntamente, un delito.

La PGR ha anunciado que está investigando esa relación comercial a través de la propia Kate y de dos empresas registradas a su nombre. Me imagino que algo similar deben estar haciendo en Estados Unidos porque en ese país es un delito cualquier trato comercial con alguno de los delincuentes boletinados por el departamento del Tesoro. Kate, que tiene nacionalidad estadunidense, e incluso Sean Penn, podrían ser calificados como Narcotraficantes Especialmente Designados de conformidad con la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico (Ley Kingpin), una ley cuyo antecedente es la llamada Lista Clinton, establecida durante la administración del presidente Clinton en 1999, en el contexto del plan Colombia, para cortar las relaciones comerciales de los cárteles, y ampliada por el Congreso años después.

Según autoridades estadunidenses, el objetivo de esa ley es identificar los tratos ilícitos de un cabecilla listado. A través de sus investigaciones lo que buscan, dicen, es descubrir empresas “tapaderas” presuntamente legítimas que sirvan como la columna vertebral financiera y económica de lavado de dinero ilegal y actividades de tráfico de drogas. Parte de nuestro objetivo, especifican en una divulgación de prensa del departamento del Tesoro, es romper esta columna vertebral para que las organizaciones de traficantes de estupefacientes se vean “aisladas, molestadas y, posiblemente, desmanteladas”.

En esa trama es donde se puede inscribir el caso de Kate del Castillo y sus empresas. No es como se ha dicho que se intentó lograr una entrevista (que incluso Kate nunca realizó, y Sean Penn, en términos estrictos, tampoco, aunque convivieron varias horas e incluso aceptaron publicar sólo lo que El Chapo autorizara: por ejemplo, Penn se guarda en su texto los nombres de los empresarios que, según El Chapo, le lavan su dinero, pero habla con amplitud de la relación de El Chapo con su mamá), el problema es que se intentó hacer un negocio que ya estaba en marcha con una producción cinematográfica que, según dicen los propios involucrados, tenía participación de Guzmán Loera.

Habrá que ver hasta dónde llegan las autoridades en esa investigación, por lo pronto hemos podido comprobar con toda claridad hasta dónde llegaron Kate y El Chapo en su relación personal.

Lo cierto es que en todo esto hay, sí, dos héroes anónimos: los dos policías federales que detuvieron a El Chapo y a su jefe de sicarios, Jorge Iván Gastélum, cuando intentaban huir de Los Mochis y luego de haber escapado de la casa de seguridad donde el propio Guzmán Loera esperaba encontrarse con Kate. Como se ve en las imágenes divulgadas del operativo Cisne Negro, los sicarios fueron atrayendo a los marinos hacia la planta alta de la vivienda, mientras El Chapo y Gastélum huían a través del túnel que se encontraba tras un espejo en la recámara principal y que los llevaba al drenaje. Fueron perseguidos por esos túneles por marinos, pero lo cierto es que pasó casi una hora entre la fuga y el inicio de la persecución, aunque sí se habían establecido controles perimetrales. Uno de los últimos era el que se encontraba frente al motel Deux.

Los dos prófugos salieron del drenaje, robaron un carro y luego otro y se dirigían hacia las afueras de la ciudad cuando dos de los policías federales desplegados vieron un carro conducido por una persona sucia y sin camisa, con otras personas en las mismas condiciones en el asiento trasero. Los detuvieron y fueron los primeros que se sorprendieron al ver que su detenido era El Chapo, y pese a que por lo menos Gastélum estaba armado, los prófugos no se resistieron, quizás porque sabían que había sicarios que estaban tras ellos para rescatarlos. Los policías decidieron llevar a El Chapo y a Gastélum al hotel, resguardarse en una habitación y no hacer uso de sus radios para evitar que fueran localizados por los sicarios. Llamaron por el teléfono del cuarto a sus jefes y no les creyeron que tenían a El Chapo en una habitación de un hotel de paso. Tuvieron que tomarse una foto con El Chapo y enviarla por su celular para que les creyeran y llegaran, antes que los sicarios, los miembros del equipo de élite que perseguían al capo. Esos dos policías federales son los verdaderos héroes de toda esta operación, aunque para Kate, en sus correos, su héroe fuera Guzmán Loera.

LA PASIÓN DE EL AZUL

La detención, ayer, de Mariano Sánchez Garza, el financiero de El Azul Esparragoza, ha permitido descubrir un dato muy interesante, el detenido y El Azul estaban invirtiendo millones de dólares en la producción de la precuela de la película La pasión de Cristo, de Mel Gibson. El nombre de la película sería, en inglés, Mary, the Mother of Christ. Otra vez la conexión Hollywood y narcotráfico.

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