10-03-2016 Cuatro capítulos para documentar nuestra falta de optimismo, recordando al ausente Carlos Monsivais. El primero, sin duda, la telenovela del Chapo Guzmán. Es verdad que el detenido jefe del cártel del Pacífico quería hacer una película con Kate del Castillo, pero todo esto se ha convertido lisa y llanamente en un culebrón, una telenovela y de las malas. De todas partes surgen familiares, esposas, hijos, hijas, reconocidas y no, surgidas de la nada (incluso como Rosa Isela con acta de nacimiento librada a sus más de 30 años de edad), abogados serios y patito, periodistas duros que se tornan indulgentes. Un día denuncian algo terrible e imposible de comprobar, al otro lo desmienten, al siguiente dicen que quieren que se extradite al capo, al otro día que es mentira. Lo único cierto es que existe una intensísima campaña de relaciones públicas del Chapo, en la que colaboran, consciente o inconscientemente personajes públicos, medios, políticos, partidos y lo único que no hacen las autoridades responsables del caso, en primer lugar la PGR, es exhibir en forma amplia y clara quién es el Chapo, las investigaciones que se han realizado en torno a sus actividades y la de su familia, el seguimiento a las rutas del dinero generado por este personaje incluyendo el de sus familiares, la red criminal que lo cobija.
Esa es responsabilidad de las autoridades y es la única forma de contrarrestar esta campaña, bien diseñada y realizada que busca tener al Chapo todos los días en los medios, abusando de la increíble indulgencia que muchos tienen respecto al personaje y sus actividades, para mostrarlo como un tipo relativamente normal, mujeriego pero bueno con sus esposas e hijos, tanto que se lo pelean, al tiempo que se siembran todo tipo de dudas sobre las autoridades aunque ni una esté basada en un dato duro. Y el Chapo sigue ganando amparos. Un desastre.
Segundo capítulo. Jorge Emilio Esquivel Muñoz, El Yorch, uno de los líderes del grupo Okupa Che, que no es ni alumno, ni maestro ni trabajador de la UNAM pero que tiene ocupado el auditorio Justo Sierra desde hace 14 años y que está preso en un penal de Hermosillo, Sonora, podrá quedar libre tras pagar una fianza de 8 mil 725 pesos que le impuso el juzgado 11 de distrito en materia de procesos penales, luego de reclasificar el delito y determinar que las acusaciones en su contra no son graves. El Yorch había sido detenido el pasado 24 de febrero en posesión de 50 envoltorios de cocaína en piedra, 26 pastillas psicotrópicas de Rivotril y una bolsa con 300 gramos de mariguana. Olvidemos por un momento que, además, fue detenido mientras vendía droga en la zona de Copilco, ¿cómo una juez, la misma que le había dictado el auto de formal prisión, puede reclasificar el delito y argumentar que esa enorme cantidad de droga era para consumo personal?. El rector Enrique Graue, con toda razón, se mostró indignado con la juez y con la PGR. Y el Justo Sierra continúa tomado. Otro desastre.
Tercer capítulo. El gobernador Jaime Rodríguez, El Bronco, sigue exhibiendo un gobierno lleno de huecos, insuficiencias y falta de profesionalismo, independiente pero amateur. Ahora fue el turno nada menos que del procurador del estado, Roberto Flores Treviño, famoso por haber sido el abogado defensor de El Barzón en los años 90 y luego de Gloria Trevi durante su fuga por Brasil. Resulta que Flores Treviño fue detenido y procesado en Estados Unidos, en Las Vegas, en tres ocasiones distintas, por jugar en los casinos y tratar de pagar sus deudas con cheques sin fondos. Un procurador polémico, jugador compulsivo que no paga sus deudas y además, transa. Una perfecta combinación. El Bronco, por cierto, lo ratificó ayer en su cargo. Un desastre.
Cuarto capítulo. Suman ya casi 300 mil los spots que muestran a AMLO haciendo campaña presidencial anticipada. Luego de meses de exhibición, el TEPJF decide que se debe sacar el mentiroso spot del aire. El candidato presidencial de Morena, lo quita y pone otro igual donde sólo obvia la fecha del 2018 y además se victimiza. El TEPJF y el INE siguen pasmados, pero el Instituto y sobre todo su inefable consejera Pamela San Martín (que por supuesto defendió el derecho de AMLO a mantener sus spot al aire) sigue su cruzada contra los medios y los comunicadores que ejercemos nuestro derecho de criticar la forma en que se exhiben cientos de miles de spots de los partidos ordenados por el INE. El Instituto, dice San Martín, tiene el deber, de tutelar nuestros derechos. Y ahí siguen sin que partidos, legisladores y autoridades hagan nada. Un desastre.
Hablando de desastres. ¿No nos hemos terminado de enterar que en la carrera republica por la Casa Blanca, Ted Cruz es tan intolerante, xenófobo, ultraconservador y antiinmigrante como Donald Trump?¿o que Marco Rubio no está muy lejos de Trump o Cruz?.