25-04-2016 Poco más de un año después, luego de haber cobrado dos millones de dólares de salario y más de un millón de dólares de viáticos, teniendo acceso a todas las investigaciones, todos los testimonios, el informe que brindó ayer el GIEI es de pena ajena, algo indigno de llamarse el producto de un grupo de expertos interdisciplinarios e independientes. No hay una sola línea de investigación seria fuera de la encarada por las autoridades federales, no hay pistas indagadas, hay negativas y desmentidos que no tienen más solidez que un trascendido mediático: hay elucubraciones, chismes y ocurrencias, lo que no hay es un solo dato propio, producto de su trabajo.
El GIEI ha dedicado su informe final a lo mismo que dedicó su informe semestral en septiembre: sembrar desconfianza, hablar de hipótesis que no se sustentan. Vamos con los principales. El Grupo insiste en que no hay datos que sustenten que hubo un incendio en el basurero de Cocula la noche del 26 de septiembre del 2014. Es la mayor de sus supercherías. La PGR con un amplio grupo de expertos nacionales e internacionales realizó un muy amplio peritaje que permitió saber que allí fueron incinerados los cuerpos de muchos de los jóvenes secuestrados. No fue que se les ocurrió esa hipótesis: fue el resultado de las declaraciones de buena parte de los 122 detenidos, policías de Iguala y Cocula, de sicarios del cártel de los Guerreros Unidos, apresados y confesos por esos hechos, que explicaron con lujo de detalles como secuestraron, asesinaron e incineraron a los jóvenes de Ayotizinapa. En septiembre el GIEI sorprendió a todo el mundo diciendo que no había existido incendio en Cocula, basado en el peritaje de un experto en incendios forestales, José Torero. Ante la diferencia de opiniones se decidió hacer un tercer peritaje con expertos internacionales: tres designados por la PGR, tres por el GIEI. Pero resultó que el Grupo ya no estaba tan convencido de ese acuerdo y llegó a decir que el peritaje no era necesario porque tenía fotos satelitales que demostraban que esa noche no había habido un incendio. Nunca mostraron las fotos, porque era mentira: los mismos expertos de la NASA aclararon que esa noche estaba nublado y que por lo tanto era imposible detectar qué sucedía en tierra. Se realizó ese tercer peritaje y los expertos internacionales, avalados por el propio GIEI concluyeron que sí había existido un incendio de grandes dimensiones para esa fecha en Cocula y que por lo menos fueron incinerados en ese lugar una veintena de cuerpos. Pero ahora resulta que el GIEI en el informe dado a conocer ayer desconoce el peritaje y dice que no lo apoya aunque fueron ellos los que designaron a quienes lo hicieron. Por cierto, el primero que dijo, apenas una semana después de los hechos, que los jóvenes fueron asesinados e incinerados en la zona de Cocula no fue la PGR, fue el padre Alejandro Solalinde con base en testimonios de los pobladores de la zona. No es ningún secreto está publicado en todos los medios.
Dicen en el informe que el quinto autobús, ese que ellos dicen que llevaba droga de Iguala a Chilpancingo, les fue ocultado por la PGR y les mostraron otro. Es otra mentira. El autobús está plenamente identificado, está filmado por las cámaras de seguridad de la central de autobuses de Iguala, existen testimonios de los estudiantes que iban en él, del chofer, de la empresa propietaria. Ese autobús, lo mismo que los otros seis que fueron secuestrados esa noche por los estudiantes de Ayotzinapa, está plenamente identificado desde el primer día y, además, ninguno de ellos tenía permiso para transitar fuera de Guerrero y Morelos. ¿De dónde sacan que ese no era el autobús que señalan?. La hipótesis del quinto autobús es una ocurrencia, basada en un chisme.
Dice el GIEI que hubo un operativo coordinado de todas las fuerzas de seguridad en 80 kilómetros a la redonda para que los jóvenes no pudieran escapar de Iguala. ¿Porqué 80 kilómetros y no 60 o 100? No lo dicen. Pero más allá de eso, es evidente que muchos de los jóvenes escaparon de ser secuestrados, incluyendo el hijo de quien encabeza a los padres, Felipe de la Cruz: si hubiera existido un operativo de esa magnitud ¿por qué unos hubieran escapado y otros no?.
Lo cierto es que la Policía Federal no estaba dentro de Iguala y los elementos del Ejército que venían llegando de otro evento (un accidente) salieron de su cuartel ya en la noche, se toparon con un grupo importante de jóvenes en un hospital privado y lo que hicieron fue pedir ambulancias para que los recogieran.
¿Por qué el GIEI insiste en desconocer el más importante de los hechos?. Que el enfrentamiento es de Guerreros Unidos contra un grupo en el que estaban convencidos de que venían integrantes de los Rojos para matar a sus jefes de plaza. Guerreros Unidos ordena el secuestro y la matanza y los policías trabajaban para ellos. El GIEI lo ignora porque no le gusta la tesis, lo que ellos vinieron a comprobar era un supuesto acto de contrainsurgencia que resultó que no coincidía con la realidad. Pero entonces decidieron enviar al diablo la realidad.