“Enfermos, insanos, bestias”
Columna JFM

“Enfermos, insanos, bestias”

03-10-2016 Para mi hija Valeria, éxito, la suerte es intangible, en este nuevo inicio

 

El ataque al convoy militar que dejó cinco militares muertos y diez heridos el viernes en Culiacán, debería alejarse de cualquier lectura simplista. En todo caso, nada más contundente que lo dicho el sábado por el general Salvador Cienfuegos. Los atacantes, dijo, son “seres sin conciencia, que basan sus acciones en atemorizar a la gente de bien, que lucran envenenando con drogas a nuestros jóvenes y a nuestros niños”.

Casi inmediatamente después del ataque se dijo que los responsables del mismo eran los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, los mismos que fueron secuestrados semanas atrás en Puerto Vallarta por integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La declaración se basó en la presunción de que el criminal que fue rescatado en medio de ese brutal ataque era uno de los familiares cercanos a El Chapo Guzmán y había sido herido en la tierra del capo: Badiraguato. Por supuesto, los hijos de Guzmán Loera son capaces, por formación y temperamento, de realizar todo tipo de acciones criminales.

Pero la primera pregunta es si son operativamente capaces los hijos de El Chapo de una acción de estas características. Si nos basamos en lo que vimos en el restaurante La Leche en Puerto Vallarta, son por lo menos descuidados en temas operativos y de seguridad: sería inconcebible que El Chapo, El Mayo Zambada o Dámaso López hubieran sido secuestrados de esa manera y sin ningún cordón de seguridad que los protegiera. ¿Pueden los hijos de El Chapo movilizar en pocas horas a 60 sicarios con armas tan poderosas, tener la información del recorrido del traslado del herido y montar una emboscada de esas características? La verdad es que no pudieron hacerlo (eso de que “no quisieron”, como dijo el abogado de Guzmán Loera, no es verosímil) incluso cuando su padre fue detenido.

El segundo punto es que toda Sinaloa está en guerra hoy entre fuerzas de El Chapo y sus sucesores y los Beltrán Leyva, con el componente del Cártel Jalisco Nueva Generación convertido en la organización criminal más poderosa del país y en plena expansión. No sabemos a qué acuerdos llegaron los grupos de Sinaloa con sus antiguos aliados, hoy rivales, del CJNG, que encabeza Nemesio Oseguera, El Mencho, luego del secuestro de los hijos de Guzmán Loera, pero sin duda después de ese secuestro el que quedó fortalecido, aún más, fue el CJNG.

La acción de Culiacán tiene mucha similitud con las que ejecuta el CJNG: una intervención masiva de sicarios, con fuerte armamento y un espíritu “talibán”, como le cantan al propio Mencho en uno de los corridos que le han compuesto para halagarlo. Para el CJNG, la política se hace por medio de la violencia y la intimidación. Recordemos un dato que se ha perdido. Cuando se dieron los hechos de Tanhuato, tan mal llevados por las organizaciones de derechos humanos y la justicia, uno de los datos importantes que fueron ignorados es que en ese rancho, que servía de plaza de entrenamiento de sicarios, uno de los jefes, quien escapó de aquel enfrentamiento, era un personaje apodado El paquistaní y, según alguno de los detenidos, era un hombre de ese origen, que estaba dando entrenamiento con técnicas de los talibanes a los sicarios del cártel.

Los del CJNG hasta ahora son los que con más saña y regularidad han realizado emboscadas de este tipo, recordemos los hechos en los que derribaron en Guadalajara un helicóptero de la Defensa Nacional o las emboscadas contra policías federales y locales en Ocotlán, en zonas de Jalisco y en Apatzingán. Tengan relación o no con el CJNG, lo cierto es que se han generalizado también las emboscadas contra militares en algunas zonas de Tamaulipas, al tiempo que El Mencho y el CJNG han desatado la violencia en Guanajuato y Michoacán.

¿Están aliados los Beltrán o sus descendientes con el CJNG para tomar Sinaloa y recuperar Juárez y la frontera tamaulipeca? Es una posibilidad. Lo cierto es que el CJNG quiere ser hegemónico y lo busca por los acuerdos o la fuerza y algo tiene que haber cambiado en la correlación de fuerzas entre los grupos criminales luego del secuestro de los hijos de El Chapo. Además, el único grupo que habíamos visto realizar este tipo de emboscada en plena ciudad era al CJNG.

El ataque a las fuerzas militares debe ser investigado y castigado, pero, por sobre todas las cosas, se debe saber el porqué y el cómo, incluyendo las razones de haber hecho una exhibición de fuerza, una verdadera provocación, tan importante para rescatar (¿o para llevarse?) a un narcotraficante herido. Y, por ende, se debe saber quién era realmente ese hombre.

En todo caso, hay que quedarse con lo dicho por el general Salvador Cienfuegos: “Sepan que vamos con todo, con la ley en la mano y la fuerza que sea necesaria. Nadie por encima de la ley. Que la fuerza que apliquen tendrá la respuesta que corresponda por parte de la autoridad”.

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