AMLO, Elba y la manipulación
Columna JFM

AMLO, Elba y la manipulación

29-05-2017 En las puertas del restaurante San Angel Inn me encontré en días pasados a Marco del Toro, el muy talentoso abogado defensor de Elba Esther Gordillo, tan talentoso que no ha podido, en cinco años, ejecutar ni una sola condena contra la ex dirigente del SNTE. Le pregunté por la maestra y si podía visitarla en el sanatorio donde está internada. Me dijo que no era un buen momento, que Elba no estaba bien de salud en estos días.

 

            Quizás es por eso que se han tomado en su entorno tantas decisiones equivocadas. Elba Esther no tiene un gran pensamiento estratégico pero sin duda era formidable en los movimientos tácticos. Por eso me asombró que en las semanas anteriores a su detención hubiera cometido tantos errores políticos, más allá de que estuvieran sustentadas o no las acusaciones en su contra o de la propia estrategia, errada, que siguió el gobierno federal con el SNTE y la Coordinadora. Y por eso mismo me asombra que Elba Esther esté jugando tan mal las cartas en torno a las elecciones mexiquenses.

En la entrevista con José Cárdenas, López Obrador pierde las formas completamente cuando Pepe le pregunta por su alianza con Elba Esther. “No tengo alianza con la maestra Elba Esther Gordillo y ya no sigan calumniando ustedes, te lo digo con todo respeto. O sea, hagan un periodismo independiente, distante del poder, cercano al pueblo y digan la verdad, Pepe… ¿Cómo vas a decir que tengo una alianza con la maestra Elba Esther?”, dice el presidente de Morena, a pesar de que la alianza es pública.

“Pues lo estás manifestando, le contesta Cárdenas, lo estás manifestando públicamente… La que era parte de la mafia del poder, como tú decías, ahora ya quedó santificada porque tú la bendijiste”.

“¿No es calumnia eso?, se enardece López…  No, no, no, no, no inventes”.

“No, yo no invento, yo narro, pero tú te molestas y dices que soy un calumniador”,

 concluye Cárdenas.

El hecho es que la alianza es pública, abierta y ahí estuvieron Fernando González, yerno de Elba y Rafael Ochoa, quien fue uno de sus principales colaboradores, con Delfina Gómez. Como siempre que no le gusta una pregunta, López Obrador grita, se dice calumniado, pero el hecho es que Elba y Morena están aliados en el estado de México y lo han hecho de forma pública, abierta. ¿Qué eso le cuesta al candidato de Morena? Claro, pero sobre todo le cuesta a Elba.

Pierde la maestra porque la alianza con Morena representa un desafío del “elbismo” a Peña Nieto y al priísmo, cuando su proceso está en los tramos finales, mismos que se podrían alargar infinitamente (salvo que el acuerdo con AMLO implique el respaldo de éste si gana las elecciones en el 2018) en el contexto de una ruptura definitiva con el poder federal. Alguien debería recordar que Peña Nieto no es un presidente popular, pero tampoco débil, sigue teniendo el control del estado y las instituciones.

            Pirde porque cuando Elba decidió hacerse responsable en solitario de todas las acusaciones, salvó con ello a familiares y colaboradores que también estaban siendo investigados; salvó incluso al SNTE de ser “limpiado” y tomado por el gobierno federal mediante la imposición de liderazgos a modo. Ese “acuerdo de facto” puede romperse.

            Por otra parte, resulta evidente que López Obrador no quiere ningún acuerdo de fondo, quiere usarla: no le va a “restituir el SNTE”, ni podrá echar atrás la reforma educativa. AMLO no quiere de aliada a Elba Esther, quiere servirse de ella, de la información que pueda tener y utilizarla en su lucha  política.

Pierde Elba porque a pesar de la distancia que se abrió entre ella con el SNTE y Nueva Alianza, ni el sindicato ni el partido se sumaron a las acusaciones que pesan en su contra, ni interpusieron denuncia alguna que pudiera agravar su situación legal. No es descabellado que ante el desafío de Elba Esther al peñismo, tanto el SNTE como el PANAL reciban presiones por parte del gobierno y el priísmo.

Pero todo esto es además casi gratuito, porque ni Fernando González, ni Rafael Ochoa tienen representatividad dentro del sindicato o entre los maestros de base del estado de México como para poder influir en la elección. Fernando nunca tuvo un cargo dentro del SNTE ni del partido. Rafael Ochoa, fue  derrotado desde 2011, con la venia de Elba Esther, por Juan Díaz de la Torre, que ese año le arrebató la secretaría general del SNTE. Desde entonces Ochoa perdió toda influencia entre los maestros e incluso dejó las filas del SNTE.

¿Por qué da entonces este paso Elba? Quizás tiene que ver con su condición: puede ser que la prisión haya mermado sus capacidades operativas; que, en su aislamiento, no tenga ni la información ni el diálogo necesario con otros actores como para tomar decisiones acertadas; que la ausencia de su hija Mónica, una querida amiga de este autor, quien fue siempre su más cercana operadora en la familia y quien realmente peleó por verla en libertad, le esté pasando costos. Quizás hay simple manipulación. Total, si las cosas vuelven a salir mal, será Elba quien pague los costos de los errores y las ambiciones de algunos de sus cercanos. 

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