El Frente ante su propio desafío
Columna JFM

El Frente ante su propio desafío

03-11-2017 El Frente PAN-PRD-MC se agrieta por las mismas causas que provocaron la ruptura de Margarita Zavala y que puede terminar con las expectativas que ha generado. Una vez más, Rafael Moreno Valle, Silvano Aureoles y Miguel Ángel Mancera, han demandado que la elección del candidato de ese frente sea por elección abierta. La negativa de la dirigencia del PAN a una elección de ese tipo fue lo que provocó la salida de Margarita, que ya debilitó seriamente a ese Frente. Los frentistas no se pueden permitir ni otra ruptura ni el alejamiento (aunque no rompan públicamente) de personajes con tanto poder interno como Mancera, Aureoles o Moreno Valle. No se entiende tampoco que se esté convocando a personajes sin partido a incorporarse a ese frente si las decisiones van a ser cupulares y no abiertas.

 

         Cuando se decidió apostar por la alianza, el acuerdo original era que Ricardo Anaya sería el candidato presidencial y Alejandra Barrales la aspirante a la Ciudad de México. No pareciera que las dirigencias partidarias hayan decidido cancelar esa oportunidad, pero cada día qué pasa se les hace más difícil mantenerla.

          La candidatura de Anaya, si van a una elección abierta estaría en serio peligro. El presidente del PAN ha logrado en parte sortear las acusaciones sobre su patrimonio (un tribunal decidió que la información que al respecto publicó El Universal era inexacta, ordenó publicar una rectificación, pero el periódico ha apelado esa decisión) pero está golpeado. Hoy en una elección abierta tanto Moreno Valle como Mancera podrían derrotarlo. Incluso si se abriera la convocatoria y decidiera Margarita registrarse también tendría más votos que Ricardo. Para que Anaya sea candidato la opción es que sea una designación directa, pero si es así, por lo menos esos otros tres aspirantes, se alejarían del Frente. Moreno Valle ya lo ha dicho claramente, Mancera dijo que si no hay apertura se quedará en el gobierno capitalino y de alguna forma no participará en el proceso.

         En la Ciudad de México ocurre algo similar. La candidatura de Alejandra se tambalea porque son varias las fuerzas internas en el Frente que quieren postular para esa posición a Ricardo Monreal, que no pareciera que haya logrado acercar sus posiciones con López Obrador, pese a que la caída en las encuestas de Claudia Sheinbaum, después de su desafortunada actuación durante los sismos, es evidente. Monreal, que por su parte salió muy bien librado de todo lo derivado del sismo, puede ir por el Frente o como independiente. Lo cierto es que hoy las encuestas lo ponen con mayores expectativas de voto que a Claudia. Y ese mismo escenario se puede reproducir en los estados y en la disputa de las senadurías y diputaciones.

         La pregunta es si puede sobrevivir el Frente a esas presiones sin abrirse y, también, si podría mantenerse unido si se abre. Los dirigentes de los partidos se han metido en una suerte de trampa de doble sentido en la que no se observa cómo podrán salir bien parados sin rupturas o sin que los propios dirigentes resignen sus ambiciones originales.

         Su única opción, aunque puede ser costosa políticamente para ellos, es ir a una elección abierta, por lo menos de las principales posiciones en las que irán coaligados. De otra forma corren el serio peligro de encontrarse con una ruptura que inevitablemente alimentará a sus competidores.

         Por lo pronto, hoy pareciera que un Frente con las candidaturas presidenciales de Moreno Valle o Mancera y de Monreal para la CDMX es más probable de lo que pensaron o creyeron sus impulsores originales. Con otra posibilidad: si se profundizan esas pugnas, el PRD y MC pueden terminar regresando a la opción original, un frente de centroizquierda encabezado por Mancera donde tengan espacios muchos de los que, como Cuauhtémoc Cárdenas, hoy no tienen espacio ni el Frente con el PAN pero tampoco en Morena.

Los temores del 2018

La encuesta de especialistas económicos que dio a conocer Banxico sobre los temores que pueden frenar la economía nacional en el 2018 refleja con claridad los aspectos en los que tendrán que centrarse los candidatos y partidos para la elección del año próximo.

         La incertidumbre política es el mayor temor de los especialistas consultados por el banco central, con un 17 por ciento. Le siguen la inseguridad pública con un 15 por ciento y la incertidumbre sobre la productividad petrolera con un 12 por ciento (a principios de año estaba en niveles mucho más altos). Paradójicamente, la economía no es el mayor factor de incertidumbre respecto a la propia marcha económica. Lo que temen los especialistas es que esa marcha económica se modifique por la incertidumbre política.

         Muchas otras encuestas reflejan que ya no para los especialistas, sino para la gente, su mayor preocupación es conservar la economía familiar, por encima incluso de la inseguridad. Hay otro porcentaje de la población, aproximadamente un tercio, que lo que quiere es, de la forma que sea, un cambio. En esa combinación de expectativas entre lo que piensan los especialistas y lo que quiere la gente se define con claridad a lo que tendrían que estar apostando los partidos para el 2018. Deben tener candidatos que llenen esas expectativas para sus propios electores.

Cambio en la Reserva Federal

Finalmente, Donald Trump no permitió que Janet Yellen cumpliera un nuevo periodo al frente de la Reserva Federal y colocó al frente de esa institución a Jay Powell, uno de los gobernadores del banco central estadounidense, mucho más cercano a sus posiciones, aunque también compartió buena parte de la política monetaria ortodoxa que llevó a cabo Yellen.

         Con Powell probablemente veremos un aumento más acelerado de las tasas de interés en Estados Unidos y con ello un aumento del valor del dólar en los mercaos internacionales. Regresarán capitales a Estados Unidos, que es lo que quiere Trump, al mismo tiempo que se impulsará una desregulación en el mercado financiero que acabe o disminuya con los controles que le puso Barack Obama al sector luego de la crisis de 2008. La situación financiera, sumada a la incertidumbre que genera la renegociación del TLC, exigirá un fino manejo económico del país.

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