Conspiración, crispación y manipulación
Columna JFM

Conspiración, crispación y manipulación

05-06-2018 En un reportaje publicado este fin de semana, el New York Times habla de cómo las teorías de la conspiración son parte central del andamiaje discursivo del presidente Trump e incluso una estrategia para ejercer el poder. 

 

Recuerdan que cuando era candidato, Trump aseguraba, por ejemplo, que el gobierno estadounidense había sabido de los atentados del 11 de septiembre del 2001 y no hizo nada por evitarlos. Decía que a un juez de la Suprema Corte, que murió en su cama de un infarto, en realidad lo habían asesinado, y que el presidente Obama había nacido en Kenia. Nunca se desdijo de nada de ello. 

Ahora ya como presidente, habla de una conspiración en su contra de las agencias de inteligencia de su propio paísy del “Estado profundo” (una suerte de mafia del poder que es la que en realidad, según Trump, y los comentaristas de ultra derecha y ultra izquierda, es la que maneja Estados Unidos). Tanto ha arraigado la tesis del “Estado profundo” que hoy la mayoría de los estadounidenses, independientemente de su filiación partidaria, cree que hay un “Estado profundo” (una mafia del poder) manejando las políticas del país. Un ejemplo de eso es que Trump dijoahora que había un infiltrado del FBI en su campaña para informar a Hillary Clinton de sus actividades. Lo bautizó el spygate. En realidad, el FBI espiaba los movimientos rusos, no a la campaña de Trump. Y descubrió que los rusos se reunían con la gente de Trump, no al revés. Pero el spygateya está en todos los discursos del presidente. Y la gente lo comienza a creer.

No son ocurrencias de Trump, como no es una ocurrencia acusar a México, proponer un muro, expulsar inmigrantes y acabar con el TLC, es una estrategia de desinformación, como lo es socavar la credibilidad en las instituciones y en los medios de comunicación tradicionales. “El efecto en la vida de una nación de un presidente que inventa teorías de la conspiración para distraer la atención de investigaciones legítimas y otras cosas que no le gustan, es corrosivo”, dice en el NYT el historiador presidencial Jon Meacham y agrega que “la brillantez diabólica de la estrategia de desinformación de Trump es que mucha gente va a escuchar acusaciones y refutaciones y pensará que tienen algo de cierto, puesto que es el propio presidente de los Estados Unidos el que las dice”. Esconcluye, una forma de evadir sus responsabilidades y atacar a sus detractores. Y le está funcionando.

Ayer asumió el gobierno español, el socialista Pedro Sánchez luego de una moción de censura contra Mariano Rajoy donde se unieron todos los extremos políticos menos los dos partidos mayoritarios, el PP y Ciudadanos. El PP ya ha anunciado que hará una oposición directa a Sánchezimpidiéndole gobernar, con la intención de que convoque a elecciones anticipadas. Ayer mismo rechazaron en el Congreso el paquete presupuestal que el propio gobierno de Rajoy había logrado aprobar en diputados hace dos semanas. 

En España le llaman la estrategia de la crispación. En un texto de Joaquín Estefanía, publicado ayer en El País, éste asegura que esa estrategia “afecta, sobre todo, a tres ámbitos centrales para la convivencia: las relaciones entre el gobierno y la oposición, la vida interna de algunas instituciones centrales para la democracia (por ejemplo, las de la justicia) y, sobre todo, la coexistencia entre los ciudadanosporque provoca una enorme polarización…la desmesura de la crítica desaparece ésta para dejar paso a la descalificación sistemática y al insulto”. Todo esto provoca, concluye Estefanía, una “irrespirable atmósfera política, la elevación de la temperatura política, la colocación del adversario político en situaciones límite. Y el debilitamiento de la economía”.

En un extraordinario documental de la BBC, Hypernormalisation, de Adam Curtis, éste explica la manipulación de la política y la información a través de una estrategia de “manejo de la percepción“, cuyo máximo exponente, dice, es Vladislav Surkov, un ex director de teatro que tomó ideas del avant guard y las llevó al corazón de la estrategia política del presidente ruso Vladimir Putin. Surkov es el responsable de una serie de estrategias que trascienden incluso la simple manipulación, instaurando un teatro de ilusiones sobre la faz de la política rusa. Surkov ha creado partidos políticos enteros que se oponen a Putin, grupos antifacistas y a la vez también grupos neonazis como actores de un juego político cuyo motivo esla confusión total, hacer que nadie sepa qué es realuna estrategia de poder que mantiene a toda oposición completamente confundida, una interminable metamorfosis que es invencible porque es indefinible”La teoría de la conspiración y la confusión como una forma de ejercer el poder.

Todo esto está marcando el mundo de hoy, tirando y creando gobiernos, generando disputas políticas y geopolíticas, llevando al mundo de regreso a los nacionalismo y el aislacionismo de un siglo atrás. Debemos saberlo, conocerlo y asimilarlo porque en esta ruta está también nuestro país.

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