08-11-2018 La elección del martes en Estados Unidos demostró que, pese a todo, la democracia sigue viva en ese país y que dos años de Trump han dañado el cuerpo social estadounidense hasta límites inimaginables en el pasado cercano pero que ese cuerpo sigue generando anticuerpos capaces de derrotar a la enfermedad que lo agobia.
Los demócratas recuperaron la cámara de representantes y los republicanos conservaron el senado en unos comicios que los beneficiaban porque sólo se renovaba un tercio de la cámara alta. En las elecciones para el Capitolio hay algunos datos notables que demuestran el creciente papel de las mujeres, los jóvenes y las minorías. En la próxima cámara de representantes habrá más de cien mujeres que han ganado su escaño de mayoría (en Estados Unidos no hay ni cuota de género ni legisladores de representación proporcional). Entre ellas hay dos mujeres indígenas; dos musulmanas; está Alexandria Acasio-Cortez,no pierda de vista ese nombre, una joven de padres portorriqueños que hasta hace poco era mesera en un restaurante mexicano que se convirtió en la mujer más joven en llegar a la cámara baja, con 29 años, es socialdemócrata y derrotó tanto a la maquinaria tradicional dentro del partido demócrata, en las internas, como a los republicanos. En Texas por primera vez van al congreso dos mujeres latinas, son Verónica Escobar y Sylvia García. También en Texas, otro joven, Beto O`Rourke estuvo a punto de derrotar al ultraderechista Ted Cruz. Perdió, pero es una de las grandes figuras emergentes entre los demócratas. En Colorado, habrá por primera vez un gobernador abiertamente gay, el empresario Jared Polis.
Mujeres, jóvenes, minorías, fueron los protagonistas de la jornada electoral. Pero la polarización sigue siendo feroz en la Unión Americana: el apoyo de Trump es de apenas el 40 por ciento de la población, pero esa base sigue movilizada a su favor y vota. Las ciudades mayores a un millón de habitantes están perdidas para Trump, incluso desde 2016, y en esta ocasión también para muchos legisladores republicanos, pero su base rural sigue siendo muy activa y eso se reflejó en las consultas, las de verdad, donde sí vota y opina el pueblo sobre todo tipo de temas.Los resultados de las consultas reflejan la polarización existente.
En el estado más conservador de la Unión Americana, en Alabama, se aprobó la inscripción de los diez mandamientos en los edificios públicos y se redujo drásticamente el derecho al aborto. Lo mismo decidió sobre el aborto Virginia Occidental, pero en Oregón una enmienda que también quería castigar la interrupción del embarazo fue rechazada. En Florida, en una decisión clave para futuros comicios, se recuperó el derecho a votar para ex reclusos que hubiera cumplido su condena: esa norma dejaba sin derechos electorales al 40 por ciento de los hombres afroamericanos y a un alto porcentaje de latinos. En Colorado se prohibió la esclavitud como pena corporal por cualquier tipo de delito. En Massachusetts la consulta garantizó los derechos de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, en todos los ámbitos. En Lousiana se aprobó que todas las decisiones delos jurados deberán ser tomadas por unanimidad, para evitar la discriminación racial. En Michigan se aprobó el uso de la mariguana recreativa y en Utah y Misuri para uso medicinal, Dakota del Norte, rechazó el paso de la hierba de uso medicinal a recreativo. Hubo en total 155 consultas que fueron parte de estos comicios y los resultados reflejaron la polarización, pero también cómo se sigue imponiendo la lucha por las libertades a pesar de los retrocesos que han implicado numerosas leyes, desde los ataques terroristas del 2001 hasta el día de hoy.
El trumpismo ha hecho un daño enorme a la sociedad estadounidense y puede querer hacer regresar a Estados Unidos hacia un lejano pasado económico, político, social y racial, pero los comicios del martes han demostrado que no puede toparse una y otra vez con la realidad y seguir ignorándola. Y esa realidad ha irrumpido en muchos ámbitos, sobre todo en la nueva cámara de representantes.
CSG y AMLO
Quizás el ex presidente Carlos Salinas de Gortari no tendría que haber salido públicamente (en un evento sobre Nicolás Maquiavelo organizado desde semanas atrás) en medio del ambiente de polarización que había generado la cancelación de Texcoco y la portada de Proceso (“los hombres ofenden antes al que aman que al que temen“, decía Maquiavelo).Tendría que haber considerado que no se iba a escuchar lo que dijera, que su sola aparición generaría reacciones.Quizás lo que quería era provocarlas. Esta en su derecho.
Pero de allí a transformar una buena mesa de debate sobre Maquiavelo, el notable florentino creador de la cienciapolítica moderna (olvídese usted de las etiquetas peyorativas del maquiavelismo, nada tienen que ver con la esencia real de Maquiavelo), en parte de un complot para derrocar, de una u otra forma, a López Obrador, hay tanta distancia que suena, sencillamente, a una ridiculez. Maquiavelo, que decía que “las armas se deben reservar para el último lugar, donde y cuando los otros medios no basten“, se hubiera carcajeado ante esa lógica conspirativa.