La energía y las preocupaciones de Urzúa
Columna

La energía y las preocupaciones de Urzúa

26-03-2019 En muchos sentidos las decisiones más controvertidas que ha adoptado la administración López Obrador pasan por la política energética, lo que incluso está generando diferencias y conflictos entre distintos sectores gubernamentales, sobre todo en el hacendario.

 

En una entrevista que concedió a El País en la Convención Bancaria en Acapulco, el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa reconoció que el mayor problema económico del país pasa por Petróleos Mexicanos, con una deuda de 107 mil millones de dólares, que se deberá refinanciar antes de fin de año y que es lo que aumenta la percepción de riesgo de los inversionistas. El plan de negocio va a ser la clave de todo: si no da una visión optimista en el mediano y largo plazo, estaremos en problemas, aseguró Urzúa.

A corto plazo, en mes y medio, dijo Urzúa, habrá que refinanciar entre 6 mil y 7 mil millones de dólares y hay varias vías. “La primera es acudir al mercado y ver cómo nos va [hace un gesto de incógnita]. La segunda es que nosotros [el Gobierno] le inyectemos capital de alguna forma para solventar, al menos parcialmente, esas necesidades de financiamiento. Y eso es lo que estamos explorando: de ahí que Arturo [Herrera, subsecretario de Hacienda] haya mencionado el fondo de estabilización de ingresos presupuestarios, con casi 300 mil millones de pesos y que está mal diseñado. Contemplamos la posibilidad de que parte de ese dinero, y por una sola ocasión, pueda utilizarse para ayudar a la refinanciación de Pemex.

Pero precisamente el plan de negocios que ha presentado Pemex es el que no convence a los inversionistas, sobre todo la decisión de invertir en Dos Bocas en lugar de invertir en exploración y producción de crudo. En la misma entrevista, interrogado Urzúa sobre la construcción de Dos Bocas contestó que “hay que esperar y ver los resultados de esta licitación, porque ahí uno se va a dar cuenta de qué costos y qué rapidez ellos [los contratistas] esperan. Y agregó que “lo que Arturo Herrera y yo queremos decir es que si no se van a gastar este año los 50 mil millones de pesos destinados a la refineria por retrasos en el plan maestro o en las licitaciones, sería tonto no usar ese dinero para producción”.

Traducido todo esto al español, lo que Urzúa da a entender es que el plan de negocios de Pemex es clave para el futuro del país, que en ese plan lo que los inversionsitas esperan son más recursos para exploración y producción, que quién sabe qué vaya a pasar con la refinería de Dos Bocas, y que mientras tanto hay que invertir en esos dos ramos estratégicos, que son los que generan recursos.

Pero ese no es el único frente que tiene abierto el secretario de Hacienda. Lo que está ocurriendo en la CFE puede dejar al país sin la suficiente energía eléctrica a partirdel próximo verano, pero además, significa un enorme retroceso en términos operacionales, tecnológicos y ecológicos. Manuel Bartlett quiere regresar a la CFE a producir con combustoleo y carbón, algo que ya los grandes países del mundo han desechado (salvo Trump) por sus efectos contaminantes y poco eficientes. Por cierto el carbón se lo están comprando a las empresas, vaya casualidad, del senador Armando Guadiana Tijerina, que para más datos es el secretario de la comisión de energía en la cámara alta.

Lo absurdo de todo esto es que nuestro país tiene enormes yacimientos de gas (parte de cuya explotación está en duda porque el presidente decidió no utilizar fracking) pero del otro lado de la frontera se puede adquirir el gas más barato del mundo. Por eso en los sexenios pasados se apostó a la construcción de ductos.  Pero Bartlett dice que los ductos son una estafa a la nación, que son contratos leoninos y que no funcionan. No es verdad: de los 24 que se construyeron funcionan 17 y los otros siete están detenidos por problemas sociales o medio ambientales que la propia CFE o el gobierno deben resolver. Lo que no dice es que los contratos se dieron a través de licitaciones públicas internacionales, que el propio Alfonso Romo, durante el periodo de transición, calificó como ejemplares. 

Esa es la energía barata y eficiente que el país requiere para poder detonar un desarrollo que alcance cotas de crecimiento del 4 por ciento. Con el plan Bartlett para la CFE vamos a tener menos energía disponible, más cara, más contaminante y menor inversión y crecimiento económico. Con el de Pemex nos quedaremos sin recursos. Eso pasa por colocar a funcionarios que quieren restaurar modelos anacrónicos que ya fracasaron en México y el mundo. Por eso Urzúa está preocupado.

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