Comando Norte: control territorial y militares
Columna

Comando Norte: control territorial y militares

18-03-2021 Con sinceras condolencias para Manlio y Sylvana Beltrones por el fallecimiento de la Sra. Silvia Sánchez de Beltrones.

Las relaciones entre las fuerzas armadas de México y Estados Unidos suelen correr por carriles diferentes a las diplomáticas. Para comprender lo que implica esa relación hay que entender que, para Estados Unidos, México es parte de su seguridad interior, por eso tanto México como Canadá forman parte de lo que se denomina el Comando Norte de la secretaría de Defensa de la Unión Americana. Todo el resto de América, incluyendo el Caribe, es parte del Comando Sur, de las otras siete áreas de seguridad exterior de la Unión Americana. Ser considerado parte del Comando Norte implica un tipo de relación y de compromisos distintos, superiores, entre las fuerzas armadas de los dos países.

Ayer, el jefe del Comando Norte, el General de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Glen D. VanHerck, hizo dos declaraciones muy importantes para entender el diagnóstico que tienen los militares estadounidenses de nuestro país. Durante una rueda de prensa con periodistas que cubren el Pentágono, sostuvo que entre 30 y el 35 por ciento del territorio de México estaba “fuera del control” de las autoridades y que por ende la llegada de migrantes a la frontera entre los dos países era sólo un síntoma más de un problema más amplio, que es el de los grupos criminales que operan en nuestro país.

Sostuvo VanHerck que “las drogas, la migración, el tráfico humano, todos son síntomas de organizaciones criminales transnacionales que a menudo operan en áreas no gobernadas, entre un 30 a 35 por ciento, de México”.

Es un diagnóstico que no está alejado de la realidad. Hay territorios en nuestro país que sólo formalmente están bajo control de las autoridades. Zonas completas de Michoacán, Guerrero, Chiapas, Colima, Jalisco, Zacatecas, Guanajuato, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, entre otros, son territorio de alta presencia e incluso hegemonía criminal. En México, había dicho VanHerck ante el muy influyente Comité de Servicios Armados del Senado de Estados Unidos, poco antes de hablar con la prensa, “hay dos importantes organizaciones criminales transnacionales: el Cártel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación”. Agregó que “tenemos un imperativo de seguridad nacional dada la inestabilidad que crean estas organizaciones, las tragedias que provocan y las oportunidades que generan para que actores malignos como China y Rusia puedan tener acceso e influencia directamente en nuestra frontera sur “.

En otras palabras, eso quiere decir, como todos deberíamos ser conscientes, que la operación de esos y otros grupos criminales son considerados un factor de riesgo interno en la Unión Americana, por su propio accionar y por la posiiblidad de ser utilizados o manipulados por potencias externas. Puede ser que a los ejércitos de Estados Unidos le preocupen o no las matanzas de que ejecutan estos grupos en nuestro país, pero definitivamente lo que les importa es su seguridad interior, es que los cárteles sean el conducto para ataques contra su territorio. Por eso la exigencia de ser mucho más duros con esas organizaciones y establecer un combate frontal contra ellos. Una visión que a veces se termina de comprender, desde esa lógica, en nuestro país.

Lo que que también llamó la atención es que el General VanHerck, calificó de “fantástica” la cooperación con las Fuerzas Armadas mexicanas. “Desde el punto de vista de nuestra relación con los militares mexicanos, ellos son tremendos socios, tenemos una relación fantástica de militar a militar”, dijo VanHerck ante el Comité. Aseguró, incluso, que el trabajo del Comando Norte con los altos mandos militares mexicanos se mantuvo de forma cercana en forma virtual durante la pandemia y también a través de los oficiales mexicanos destacados en la sede del comando Norte, en Colorado Springs, donde suele haber encuentros regulares y trabajos de adiestramento común desde la creación del Comando Norte, en 2002, poco después de los atentados del 11 de septiembre del 2001 para proteger, precisamente la seguridad regional y la interior de la Unión Americana.

Esa declaración ante el comité del senado implica otra cosa muy importante: ni las fuerzas armadas, ni el comando norte, comparten los términos de la investigación que la DEA realizó contra el general Salvador Cienfuegos. VanHerck que fue designado en agosto del 2020 como jefe del Comando Norte tiene que haber estado al tanto de lo ocurrido y que Cienfuegos, como secretario de la Defensa, había estado en Washington, fue condecorado militarmente, visitó y trabajo con los mandos del Comando Norte durante toda la pasada administración. La colaboración “fantástica” que dice tener el general VanHerck con los militares mexicanos no admitiría traiciones de esa dimensión sin que la confianza sea vulnerada. Esa colaboración no admite, tampoco, tiempos sexenales.

Todo esto sirve también algo en lo que aquí hemos insistido. Los mandos militares de Estados Unidos no comparten el temor que aquí algunos expresan de que las fuerzas armadas mexicanas terminen siendo un símil de las venezolanas o cubanas. Si fuera así existiría ni esa confianza ni esa colaboración.

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