Las causas de la caída de la L-12
Columna

Las causas de la caída de la L-12

7-05-2021 Comenzaron los peritajes que tendrán que confirmar qué fue lo que ocasionó el terrible accidente del lunes pasado en la Línea 12 del Metro pero, por lo pronto, ya hay muchas certidumbres de los especialistas respecto a lo ocurrido, a la historia de la línea y las innumerables fallas existentes.

La línea 12 no tuvo un proyecto ejecutivo, su configuración, diseño e incluso su trayectoria, fue modificada atendiendo muchas razones, desde políticas hasta financieras. Pero una de las decisiones que se adoptaron y que tuvieron repercusiones directas sobre lo ocurrido fue hacer los tramos elevados de la obra con una base de acero y no de concreto, porque aligeraba los costos.

No es verdad como se ha manejado en redes que el ingeniero José María Rioboó, quien realizó los cálculos estructurales de los segundos pisos y de muchas otras obras, incluyendo de muchas otras líneas de Metro, un ingeniero cercano al presidente López Obrador, haya sido quien hizo el cálculo estructural de esos tramos de la Línea 12. Al contrario, Rioboó trabaja sólo con cálculos sobre base de concreto, y recomendó que así se hiciera la obra. Cuando se decidió que sería en acero no siguió en el proyecto. El cálculo estructural y la construcción la realizaron otras empresas, con base en quien tenía ese tramo que era Carso.

Usando acero, la obra resultó más económica, pero perdió también solidez y se tornó más frágil. ¿Recuerda usted el accidente en plaza Artz cuando se cayó un extremo volado de una tienda?. Pues bien, toda la obra de Artz está basada en concreto, calculado por cierto por Rioboó, pero los constructores, por un tema de diseño decidieron hacer ese saliente con una estructura de acero, que se venció por el peso y la tensión (y quizás por el uso de malos materiales). Salvando todas las diferencias, en una obra infinitamente más compleja como lo es la construcción de una línea de Metro, eso fue lo que sucedió en el tramo Nopalera-Olivos.

Se tiene claridad de que esa es una de las causas del siniestro. Se está en la tarea de averiguar si se utilizó acero de calidad para la obra, o si también, para abaratar costos se utilizó acero con otras especificaciones, lo que constituiría un delito. A eso se suma la decisión, nunca explicada, de la controvertida elección de rieles, rodamientos y equipos, de trenes cuyos diámetros no sólo no coincidían con las vías, sino que obligaron a ajustar éstas casi continuamente por el desgaste excesivo, y que terminaron generando una vibración mucho mayor que debilitó aún más las estructuras de acero.

¿Hubo además un mantenimiento deficiente?. Todo indica que sí. Simplemente las fotos de octubre pasado, junto con las denuncias de trabajadores del Metro, de usuarios y vecinos muestran cómo la trabe que se quebró está pandeada y se están desprendiendo sus extremos. Ante el sismo de 2017, varias columnas terminaron también dañadas. Se insiste en que no se redujo ni el presupuesto ni existió subejercicio en el metro. Pero el año pasado el presupuesto del sistema colectivo metro se redujo en 774 millones de pesos y el subejercicio, fue de 588 millones. Son cifras oficiales. Los trabajadores venían denunciando la falta de mantenimiento desde meses atrás: esa fue la causa también del incendio del cerebro del metro, en la estación Balderas, y de otros eventos, como ayer de la inundación de la estación la Raza y seguramente también del accidente de la Línea 12.

En ese sentido irán los peritajes del Colegio de Ingenieros. No es mezquindad ni es reflejo de “un tiempo de canallas”, como se dijo, reclamar responsabilidades por lo ocurrido. Lo de la Línea 12 fue una tragedia anunciada, un accidente que se pudo evitar y prever, y fue consecuencia de una obra que no estuvo bien realizada y que ha exigido atenciones constantes desde que se inauguró en octubre del 2012. La mezquindad sería no atender el reclamo de las víctimas y sus familias que exigen, con razón, justicia.

La derrota de Madrid

Las elecciones del martes pasado en Madrid, donde los partidos de izquierda que detentan el gobierno español, el PSOE y el partido Unidas Podemos, fueron literalmente barridos por la actual alcaldesa de Partido Popular, Isabel Díaz Ayuso, tendrá fuertes repercusiones en ese país, pero indirectamente también México.
Pablo Iglesias, fundador y líder de Podemos, que participó como candidato y quedó en cuarto lugar, que dejó la vicepresidente del gobierno para ser candidato y que mantiene, además de una estrecha relación, una línea muy similar a la de los sectores duros de Morena, no sólo perdió las elecciones, la derrota fue tal que anunció que dejaba la política.
El presidente de gobierno, Pedro Sánchez, vio como el PSOE quedó tercero, superado en la capital, al igual que sus aliados de Podemos, por un partido local de reciente creación, Más Madrid, que se convirtió en segunda fuerza con una posición más moderada y cercana a la gente que Podemos, con el que rompió hace apenas un par de años. Y el PP, uno más populista y menos ideológico que en el pasado, se prepara para regresar al poder.

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