La decisión de Marcelo
Columna

La decisión de Marcelo

El mensaje de ayer de Marcelo Ebrard ha sido lo más relevante del mes de campaña interna que llevan los seis aspirantes de la 4T. Lo es por la forma y por el fondo. Por la forma, porque se da a conocer horas antes de que la dirigencia de Morena termine de establecer con qué empresas se realizarán las encuestas que definirán las candidaturas y porque, evidentemente, el tono del ex canciller es muy duro con la dirigencia y los funcionarios que promueven a Claudia Sheinbaum. Y en el fondo, porque está cuestionando la legalidad y transparencia del proceso de selección y va más allá: el proyecto en el que se basan esas candidaturas.

Lo dijo con bastante claridad. Marcelo se plantea una transformación hacia el futuro de la 4T, Claudia, dice Ebrard, cree que ya se llegó al objetivo y lo que queda es defender lo que hay. En otras palabras, según Ebrard, él representa el cambio y el futuro, contra el status quo y el estancamiento que significaría Claudia.

El hecho de que no se hayan permitido debates y la propia lógica de campaña que le imprimieron ambos contendientes a la suya, le permite solventar esa percepción. Decíamos esta misma semana que ninguno de los aspirantes de Morena había planteado propuestas de cara al futuro, aunque fuera embrionarias, en seguridad, economía, salud, mujeres, más que el propio Ebrard. Claudia, incluso en los temas en los que ha sido más exitosa y tiene posiciones alternas, como el Covid y la seguridad, no se ha apartado un ápice de los dichos de López Obrador, aunque en reuniones privadas ha dejado trascender propuestas sobre esos temas, o que apostaría mucho más por las energías verdes o que potenciaría el nearshoring.

Pero lo que sucede es que buena parte del entorno de Claudia, no sé si ella también, es muy refractario a cualquier tipo de cambio y eso le permite tener votos internos cautivos, pero también le resta movilidad. Si le sumamos el escrutinio presidencial, su situación es por lo menos compleja como para exhibir algo nuevo.

Marcelo no tiene esos problemas y parece decidido a desplegar su estrategia desde esa lógica: su meta, como dijo, es “alcanzar otro nivel”, luchar por “el futuro”. “No hemos llegado al destino, apenas estamos empezando”, sostuvo. Puede no ser una propuesta atractiva para los radicales de la 4T, pero sí para muchos de sus simpatizantes originales, muchos desengañados de los resultados obtenidos, pero algunos aún esperanzados, y para un electorado independiente. Y si ello va de la mano con las denuncias por malos manejos en el proceso interno de la dirigencia y el gobierno, la declaración obtiene otra dimensión.

Marcelo habló de campañas de desprestigio, incluso familiar, de publicidad, de encuestas pagadas, espectaculares y pintas, pero sobre todo de la utilización de la estructura del gobierno federal y algunos estatales, en forma destacada la secretaría del Bienestar, operando con brigadas en favor de Claudia. Dijo que eso viola los acuerdos firmados por el partido y los aspirantes. “Mañana, terminó, es el sorteo de las encuestadoras, firmamos que no pasaría nada de lo que está pasando hoy, sean leales. Se lo digo a todos, se lo digo a Claudia Sheinbaum, qué necesidad de comprometer todo por lo que hemos luchado”. En otras palabras: según Marcelo el futuro de unidad está comprometido, en riesgo.

De aquí al 7 de septiembre serán días muy largos en Morena. Y lo dicho esta misma semana: una elección de tercios para el 2024 no es un escenario descabellado.

Y mientras, en el FAM

El Frente Amplio mientras tanto continúa su camino con dos o tres movimientos que me parece que confirman parte de lo que hemos platicado en otras oportunidades: las estructuras partidarias no dejarán alegremente el espacio político a aspirantes o sectores ciudadanos.

Obviemos el ridículo del PRD con su “tregua” de protesta. Esta semana quedó fuera de la lista de aspirantes Enrique de la Madrid, el que había mostrado, desde hace ya tiempo, mayor capacidad de articular políticas y programas alternativos para muchos ámbitos de la realidad, aterrizados y detallados.

No era un candidato, llamémosle así, con jalón popular pero sí lo es en el ámbito programático. Las elecciones no se suelen ganar con programas, pero me parece que cualquiera que sea el candidato, sobre todo si queda Xóchitl en esa posición, De la Madrid debe ser una figura mucho más que útil.

Por otra parte, me resulta incomprensible la designación de Francisco José García Cabeza de Vaca como coordinador de temas de seguridad. No vamos a analizar aquí la trayectoria y los resultados del ex gobernador de Tamaulipas, con claroscuros notables, pero Cabeza de Vaca no es un especialista en seguridad, su estado ha sido uno de los más castigados por la violencia, es una figura controvertida dentro y fuera de su partido, está fuera del país porque tiene acusaciones graves en su contra (desde hace un año vive fuera de México y no puede regresar) y no es un político que concite simpatías especiales, lo vimos en la encuesta del FAM.

Dos cosas son claves para el 2024: salud y seguridad, quizás también educación con temas como el nuevo libro de texto. Todos los demás son importantes, pero esos son claves: ¿Cabeza de Vaca es la alternativa en seguridad que va a proponer el Frente a la sociedad para construir una nueva estrategia que nos saque de la violencia?. Por favor. Ese es un acuerdo partidario poco sensato que se parece demasiado a un verdadero tiro en el pie.

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