Lo que se haya a acordado o no en las reuniones cerradas del grupo de alto nivel que evaluó las medidas de cooperación entre México y Estados Unidos en temas como el tráfico de fentanilo y la migración, no lo sabremos por las declaraciones, sino por lo que ocurra en los dos países en los próximos días y semanas.
Por lo pronto, ha habido varias cosas sugerentes en las últimas horas. En el tema migratorio, septiembre ha sido el mes con mayor cantidad de cruces y detenciones, con 260 mil casos en el mes pasado. También se confirmó que este año han muerto tratando de cruzar la frontera, 789 personas, el mayor número registrado en la historia reciente. El presidente Joe Biden anunció que destinó presupuesto para reparar el muro fronterizo y destinará más recursos para ampliarlo: el tema ha trascendido ya de los republicanos a la propia Casa Blanca.
En la frontera sur de nuestro país se vive una crisis terrible tanto por los flujos migratorios como por el control territorial de los grupos criminales que los mueven. Es la primera vez que los mexicanos están buscando refugio en Guatemala para preservarse de la violencia en Chiapas. De esa magnitud es la crisis. En la frontera norte, muchas ciudades están desbordadas por la migración.
Mientras tanto, en la ciudad de México, en su comparecencia en la cámara de diputados, la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, aseguró que “no existe ninguna crisis migratoria”, dice que la migración mexicana a Estados Unidos ha disminuido (lo que evidentemente no es verdad) y que con los programas Sembrando Vida ha disminuido la migración desde Honduras y El Salvador. No sé dónde vive la secretaria de Gobernación, o si no ve las imágenes de la frontera, pero que diga que no hay una crisis migratoria es de una miopía política absoluta. Para el presidente López Obrador el que la Casa Blanca ordene invertir en fortalecer el muro e incluso construir nuevos tramos, no es consecuencia de esa crisis sino el reflejo de “las presiones republicanas”.
En el tema del fentanilo nos hemos encontrado con una burda puesta en escena de los Chapitos anunciando que cancelan toda la producción de fentanilo y asegurando que incluso matarán a quien lo haga. Y hay funcionarios federales y locales que dejan trascender que se lo creen. Pero resulta que los hechos son testarudos y un día antes de llegar a México, el fiscal Merrik Garland, el secretario del Homeland Security, Alejandro Mayorkas y otros funcionarios ratificaron que los Chapitos son para su país los principales productores e introductores de esa droga y han insistido en su captura, diciendo además que México debe redoblar esfuerzos en ese sentido.
Frenar la migración o el tráfico de fentanilo en el corto plazo es imposible. Los flujos migratorios tienen orígenes muy diversos y no existe voluntad en los países de origen para detenerlos ni tampoco presiones de México para que Cuba, Nicaragua o Venezuela lo hagan. En el caso del fentanilo, sin la colaboración de China y sin un cambio radical de estrategia en México, será difícil cancelar un tráfico que además se sustenta en los índices de consumo cada vez más altos en la Unión Americana, que tampoco se han logrado disminuir.
Se trata de resultados y de símbolos. No se termina de comprender todo lo que está en juego en estos temas y tampoco la profundidad de la crisis institucional en Estados Unidos, donde la cámara de representantes se ha quedado sin presidente por las disensiones internas de los republicanos y el candidato favorito para noviembre del 24, Donald Trump, puede ser elegido presidente aunque está acusado y puede ser condenado por todo tipo de delitos, desde fraude fiscal hasta abuso sexual.
La víctima Trevi
Esta semana Reforma dio a conocer que la FGR tiene abierto un expediente en contra de Gloria Trevi por defraudación fiscal y que incluso había sido citada a una audiencia por el tema. El caso no es nuevo: está abierto desde el 2021, y las primeras denuncias son del 2015.
Para distraer la atención sobre el tema, Trevi decidió arremeter vía sus redes sociales contra TV Azteca haciendo referencia a una demanda en contra de la televisora en Estados Unidos. Y diciendo que las acusaciones de la FGR son presiones de la televisora. Los temas no tienen la menor relación. Argumentar que la FGR puede iniciar demandas por presiones de una empresa privada, es poco sensato. La demanda entre Trevi y Azteca está definida desde que, en diciembre del 2022, una corte de apelaciones en EU sentenció a favor de la apelación de la televisora. Ese tribunal resolvió que más del 90 por ciento de las acusaciones presentadas por Trevi fueron desechadas, así como también fueron desestimadas más del 75 por ciento de lo que manifestó el hijo de la cantante y la totalidad de las declaraciones de su esposo. La causa por fraude fiscal y lavado de dinero levantada por la FGR no tiene relación alguna con ese caso.
Lo que sí enfrenta Gloria Trevi,es una nueva demanda civil por corrupción de menores en una corte de distrito de Los Ángeles, en California, presentada por dos mujeres que denunciaron cómo la cantante las abordó cuando tenían 13 y 15 años para que se unieran al supuesto programa de capacitación musical que lideraba Trevi con Sergio Andrade y que era la tapadera de una red de chicas jóvenes que durante años fueron explotadas y abusadas sexualmente. Dicen las dos denunciantes que la mayor parte de los presuntos abusos ocurrieron en Los Ángeles. De poco sirve victimizarse en los medios cuando se es el victimario en los tribunales.