Dice el presidente López Obrador que la mejor política exterior es la interior y es una verdad a medias. Todo país, sobre todo una potencia media como México, miembro de la OCDE, socio comercial de Estados Unidos (del que es el principal exportador y con el que comparte una frontera de tres mil kilómetros) y Canadá, no puede darse el lujo de ignorar su política exterior. Y en ese sentido, más allá de la labor que desarrollaron antes Marcelo Ebrard y ahora Alicia Bárcenas, estamos dejando una imagen lamentable. Hemos perdido peso, influencia y prestigio.
La violencia y la inseguridad, esa que según Palacio Nacional no existe, nos tiene en las primeras planas de la prensa mundial casi cotidianamente y es motivo de profunda preocupación de nuestros principales socios comerciales. El asesinato de los surfistas australianos y estadounidense en Ensenada ha sido una noticia global. El gobierno de Australia ha pedido a sus connacionales no viajar a México por la violencia, los asesinatos y violaciones. La localización de los tres hombres se realizó por la exigencia y la intervención de agentes del FBI en la investigación.
La preocupación estadounidense crece porque esa zona del territorio nacional, el corredor Tijuana-Ensenada, no sólo tiene una enorme movilidad a ambos lados de la frontera, y ahí residen muchos estadounidenses, sino porque se ha convertido en uno de los principales puntos de ingreso de fentanilo a la Unión Americana, una droga que sigue provocando unos cien mil muertos por sobredosis al año en ese país.
Desde Tijuana el fentanilo entra a San Diego y desde allí se distribuye hacia el resto de California y el centro del país. Tijuana es un foco de altísima violencia, una de las ciudades más peligrosas, con acusaciones cruzadas, dentro del propio Morena, de relaciones con alguno de los grupos criminales que ahí operan. No es un dato menor en el punto de mayor intercambio de mercaderías y personas con Estados Unidos.
Aquí fue descalificado en Palacio Nacional, pero el informe sobre situación de los derechos humanos del departamento de Estado es terriblemente crítico con México, incluyendo no sólo la violencia, los asesinatos y desapariciones sino también la embestida del ejecutivo federal contra la autonomía del poder judicial, una estrategia de debilitamiento que persiste y aumentará en la medida en que se acerquen las últimas semanas del sexenio.
La migración y la violencia son temas muy presentes en la agenda de los Estados Unidos y otros países, y por supuesto en sus medios. La reciente entrega de los premios Pulitzer, los reconocimientos más prestigiados de la prensa estadounidense y probablemente mundial, fue una demostración más de ello: dos de los principales premios fueron por fotografías y reportajes sobre la migración en la frontera. El premio en biografía fue para el extraordinario libro de Cristina Rivera Garza, El invencible verano de Liliana, un reportaje, una historia creada en torno al feminicidio que su hermana menor, Liliana. El libro es extraordinario, pero más allá de eso, el tema tiene impacto internacional: tenemos las peores tasas de feminicidios a nivel global y el premio, muy merecido, para Rivera Garza se relaciona con esa realidad. No sólo se celebra un libro, sino también se vuelve a poner en el foco de atención la violencia contra las mujeres en nuestro país.
Las posiciones diplomáticas que ha adoptado México tampoco ayudan. Es terrible que no hayamos condenado la invasión rusa a Ucrania y que sigamos coqueteando con el régimen de Putin, haciendo acuerdos, estableciendo intercambios con un gobierno condenado por todas las democracias del mundo. Exigimos hasta el ridículo la liberación de Julian Assange pero el gobierno mexicano no ha dicho una palabra sobre la muerte (probable asesinato) de Alexsei Navalny. La relación con Cuba, Venezuela y Nicaragua sigue siendo privilegiada. Los apoyamos de todas las formas posibles e incluso se llega a poner en el marco de negociaciones del tema migratorio con EU el bloqueo a Cuba y las sanciones a Venezuela, mientras financiamos proyectos de desarrollo en Nicaragua, regalamos petróleo a Cuba y a Venezuela le pagamos a los migrantes que desean regresar a ese país. En ninguno de esos casos hemos expresado, como gobierno, crítica alguna, al contrario, por la constante violación de los derechos humanos y las libertades individuales.
La relación con la Iglesia Católica es mala, Lo sucedido con el obispo Salvador Rangel no ayuda precisamente a mejorarla. Una y otra vez, en casi todos los estamentos de la Iglesia surgen críticas al gobierno, a su estrategia de seguridad y a la violencia que sufre la sociedad. En el Vaticano, el papa Francisco está muy atento a esa situación, particularmente desde la muerte de los sacerdotes jesuitas en la sierra tarahumara y recibe informes semanales desde México al respecto. Lo de Rangel, si se confirma que el gobierno del estado manipuló la información, puede ser la gota que derrame el vaso.
La percepción internacional de México no es buena y cada vez más, como dice el panel de expertos de The Economist nos perciben como un régimen mixto, entre democrático y profundamente autoritario. No es una buena noticia.
Política y crimen
Fue detenida en Puebla la candidata suplente a diputada por el PAN, Tania Trejo. Fue detenida junto con seis hombres en posesión de armas largas, drogas y están acusados por narcotráfico y actos de violencia cometidos en esa entidad. Su hermano habría sido detenido meses atrás. La pregunta es evidente: ¿los partidos, en este caso el PAN poblano, no checan los antecedentes básicos de quienes son propuestos como candidatos?.