Los químicos de Sinaloa
Columna

Los químicos de Sinaloa

Las drogas de diseño, según el último informe sobre drogas de la ONU, son las que más han crecido en su demanda y también en su peligrosidad. Sin duda, sigue habiendo un consumo, alto en muchos países, incluyendo el nuestro, de marihuana y cocaína, dos drogas que podríamos denominar de origen vegetal (aunque la coca tiene una transformación química muy importante para transformarse en cocaína), pero el negocio, la oferta y el consumo están en las drogas sintéticas y de diseño. Incluso las antiguas metanfetaminas han evolucionado en forma notable con nuevos componentes y a todo ello se ha sumado el fentanilo, con su potencia tan adictiva como mortal.

No tenemos información verosímil sobre el aumento del consumo de drogas en México porque durante esta administración se decidió no realizar la encuesta nacional sobre drogas, pero tenemos datos de consumo muy preocupantes: por ejemplo, cerca de la mitad de los cuerpos de las morgues de Tijuana y Mexicali, aunque hayan muerto por otras causas, tenían restos de fentanilo en su cuerpo. 

Se dice que en México no hay un alto consumo de fentanilo (salvo en zonas de la frontera norte, sobre todo en Tijuana) pero también es verdad que cada vez el consumo, aquí y allá, es mayor, pero como aquí no se mide y en muchas ocasiones los usuarios ni siquiera saben qué es lo están consumiendo, porque se lo utiliza mezclado con otras drogas, sea cocaína o en las nuevas drogas de diseño, no tenemos información confiable. Lo que si conocemos son los datos de quienes llegan con sobredosis sobre todo a guardias de urgencia, se trate de drogas de diseño, fentanilo mezclado con cocaína o cada vez más con ketamina, otra droga química, llamada la droga de la violación.

Ayer, en un operativo conjunto de la FGR, el Ejército mexicano y la Guardia Nacional, fueron detenidos detenidos en Querétaro y Jalisco dos de los llamados químicos del narco. Uno de ellos era el encargado de la compra de precursores químicos para el diseño de drogas sintéticas y el otro era el que se encargaba de la modificación de fórmulas para la creación de nuevas drogas con efectos más potentes. Trabajaban para el cártel de Sinaloa, a quienes le vendía sus fórmulas y sistemas de producción.

Uno de los detenidos es Carlos Alberto “N”, apodado el “Químico”, fue aprehendido en un laboratorio clandestino en el Fraccionamiento Santa Fe,  en Querétaro. En el laboratorio se encontraron los precursores químicos importados que utilizaba para la creación de nuevas drogas. El otro es Guillermo Isaías “N” , el “Cachanilla”, fue  detenido en Villa Corona, en Jalisco: era el broker encargado de  la compra de precursores químicos a través de una empresa que le servía de fachada para importarlos desde China y la India, y con ellos aprovisionaba a El Químico para experimentar con el diseño de nuevas drogas, utilizando, además en ellas, diferentes variantes y porcentajes de fentanilo. 

Fueron los Chapitos los primeros que comenzaron a utilizar ampliamente el fentanilo, a transformarlo en México para su consumo ilegal y a introducirlo en forma masiva en Estados Unidos, donde han provocado unos cien mil muertos al año por sobre dosis. Los enormes recursos derivados del tráfico de fentanilo es lo que les permitió a los Chapitos afianzarse en la competencia por la sucesión en el cártel de Sinaloa y desplazar a varios de sus adversarios, desde el Guano, Aureliano, el hermano del Chapo, hasta a los grupos de Caro Quintero o del propio Mayo Zambada.

Cuando realizamos los primeros reportajes sobre el tráfico de fentanilo (están en el libro La nueva Guerra, del chapo al fentanilo, Grijalbo, 2021), apenas estaba comenzando esta administración, mostramos los nuevos laboratorios que utilizaban para la producción de estas drogas, que se podían montar en una cocina en cualqueir ciudad sin las dificultades que implicaba instalar los grandes laboratorios de metanfetaminas en la sierra. Ahora se sigue produciendo metanfetaminas y se trafica cocaína, pero se combina con el fentanilo y otras drogas para hacerlas más accesibles y potentes… y mortales.

Cuando reporteabamos aquellos primeros laboratorios de fentanilo en Culiacán, se descubrió que “los químicos” de los chapitos aún estaban estableciendo las dosis adecuadas para procesar masivamente la droga. Una dosis de fentanilo ilegal es mortal si supera los dos miligramos, normalmente se utilizan para producirlo con droga ilegal, entre 0.25 y 0.50 miligramos por dosis, estamos hablando al equivalente a unos pocos granos de sal. 

Aquellos químicos de los chapitos, para saber si la mezcla que estaban haciendo era o no mortal, la usaban para regalarla a personas en condición de calle o a adictos de drogas duras. El control de calidad era terrible pero sencillo: si se morían se habían pasado en la dosis y debían ajustarla.

Los nuevos “químicos” con el paso de los años hacen drogas más sofisticadas, con diferentes combinaciones e igual de mortales, pero han modificado sus métodos: los detenidos utilizaban gallinas, que tenían en su laboratorio, para probar las drogas, ver si eran mortales y cuánto duraba su efecto. 

Y atención, porque como aquí le hemos dicho, la próxima droga de diseño que se está imponiendo es muchas veces más poderosa y mortal que el fentanilo, se llama nitazenos, es un opiode desarrollado para el control del dolor, que era tan fuerte que nunca se terminó de usar comercialmente, pero se obtuvieron sus fórmulas, viene también de China e India, y ya está en las calles de México, Estados Unidos, Europa y Asia. El Breaking Bad mexicano.

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