La presidencia de Rosario Piedra en la CNDH sigue siendo cuestionada por sus críticos, quienes señalan que su gestión responde más a una postura ideológica que a una auténtica defensa de los derechos humanos. Su relación con uno de los episodios más oscuros de la historia reciente de México, el asesinato del empresario Eugenio Garza Sada en 1973, reaviva la polémica: en este crimen, manipulado por el gobierno de Luis Echeverría, participó su hermano, quien desapareció en los años siguientes.