09-05-2019 El vacío de poder en Morelos es sólo comparable con la insensata ambición de su gobernador, el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco, de ser candidato presidencial en 2024. La violencia ha alcanzado límites tan altos como el exhibido ayer, cuando un sicario tiroteo una manifestación en la puerta del palacio de Gobierno, matando al líder de los comerciantes Jesús García y a otra persona, dejando varios heridos, entre ellas un reportero.
A unos metros de allí, se realizaba una conferencia de prensa con el titular de la Secretaría de Desarrollo Social local, Gilberto Alcalá Pineda. Era en pleno Zócalo de la ciudad, uno de los lugares más vigilados del estado, poco después de las 10 de la mañana. Si eso puede ocurrir frente al Palacio de Gobierno en pleno día, imaginemos lo que puede suceder en el resto del estado.
Pero el tema es más preocupante. El líder asesinado Jesús García, era el padre de otro personaje también asesinado en abril de 2017: el empresario Juan Manuel García Bejarano, organizador de la Feria de Cuernavaca 2017, fue acribillado cuando participaba en una cabalgata para promocionar el inicio de ese evento.
La feria de Cuernavaca durante la administración de Cuauhtémoc Blanco en esa ciudad siempre fue parte de una disputa política, económica y también de grupos criminales. García Bejarano había obtenido la concesión de la feria por segundo año consecutivo, con la oposición de otros empresarios que consideraban que Cuauhtémoc había entregado la organización de manera directa a García Bejarano.
Era verdad. En marzo de 2016, el entonces secretario general de Cuernavaca, Roberto Yañez, designó a García Bejarano como organizador de la feria, lo que incluía el manejo del elenco artístico y del palenque. En el último día de diciembre de 2016, en plena sesión de cabildo, Cuauhémoc se negó a incorporar en el orden del día la asignación de la organización de la feria y sostuvo a García Bejarano como organizador de la misma. La Feria de Cuernavaca, se dijo que “se ha convertido en una disputa permanente de intereses que tienen que ver con la delincuencia organizada”.
Era verdad. Pero una verdad que va mucho más allá. Lo que ha ocurrido desde la llegada de Blanco, primero a la alcaldía de Cuernavaca y luego al gobierno estatal, es que la disputa entre diferentes grupos criminales se ha intensificado, aumentando dramáticamente la inseguridad y la violencia. También con nuevos y poderosos actores como el Cártel Jalisco Nueva Generación, enfrentados con uno de los grupos que política y criminalmente ha tenido siempre fuerte influencia en la región, incluyendo políticos cercanos a Cuauhtémoc, el cártel de Los Rojos. Su líder es Santiago Mazari Hernández El Carrete, originario de San Gabriel Las Palmas, municipio de Amacuzac, en el sur de Morelos. Los Rojos son muy poderosos en la entidad y en Guerrero y están directamente ligados con la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa, e innumerables actos de violencia en ambas entidades. Uno de los hermanos de El Carrete fue incluso diputado local y presidente de la comisión de seguridad del congreso.
Apenas este fin de semana fue detenido, en Puebla, Raúl Isidro Castro Salgado, mejor conocido como “El Ray”, líder de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación en Morelos. El pasado 13 de abril, un comando armado intentó ejecutarlo en el restaurante Los Estanques, en la Ex Hacienda El Hospital, en Cuautla. Sus custodias lograron sacarlo del lugar, pero las dos familias con las que compartía la comida, fueron baleadas, y murieron dos adultos y dos niñas; otras 11 resultaron heridas, más tarde fallecieron otra adulta y otra menor. El Ray tenía su centro de operaciones en Cuautla. Fue detectado por la Policía Federal cuando se dejó ver en un bloqueo que realizaron transportistas de la región, quienes exigían a las autoridades sacar de circulación a los mototaxis, a quienes consideran “competencia desleal”. En realidad, en ese y otros municipios muchos mototaxis son halcones de Los Rojos.
Todo esto se relaciona también con la ambición de Cuauhtémoc de ser candidato presidencial en 2024. Esta muy lejos de ese objetivo. En las últimas encuestas de aprobación de gobernadores le va muy mal. En la de Arias y asociados es el gobernador peor calificado, con sólo 11 por ciento de aprobación y 17 por ciento en términos de confianza ciudadana, el peor del país. Sólo un 4.3 por ciento considera que es confiable para los inversionistas. Sólo 1.3 considera que mejoró la seguridad, nuevamente el peor del país. Mientras tanto, Morelos continúa desangrándose.