13-11-2020 Nada es más peligroso a la hora de gobernar que apartarse de la realidad y crear una burbuja virtual en la cual vivir y desempeñarse. Es lo que le está pasando a Donald Trump con su berrinche pseudo golpista y también lo que está sucediendo con la administración López Obrador, que no termina de comprender que el mundo y el país son más complejos que una simple acuarela pintada siempre en blanco y negro. Los ejemplos de ese desfase de la realidad sobran.
Ayer Joe Biden, el presidente electo de Estados Unidos (no el “presunto” como lo calificó la carta enviada a Biden para explicarle porqué el gobierno de México no lo podía reconocer como tal, un pifia insólita) habló largamente con el papa Francisco, que lo felicitó por su victoria y le dijo que juntos lucharían contra las desigualdades. Antes había recibido la felicitación del secretario genral de las Naciones Unidas, Antonio Gutérrez, y había hablado entre otros cono los mandatarios de Alemania, Francia, Gran Bretaña, Canadá (Trudeau fue el primero en felicitarlo), Japón, Corea del Sur, Australia. Fue felicitado por todos los mandatarios de América latina, incluyendo Cuba y Venezuela, con excepción de México y el Brasil de Jair Bolsonaro.
La verdad es que no se entiende la necedad de no reconocer un triunfo evidente. Como escribió en twitter Porfirio Muñoz Ledo, “la prudencia en política exterior implica a menudo un juicio de valor. Resulta improcedente, en la elección del presidente Biden, invocar el principio de no intervención”. Ese juicio de valor, interpretado como una suerte de respaldo a Trump con dudas sobre el resultado electoral, y reforzado con la declaración presidencial, equiparando la situación de Estados Unidos con el fraude que dice que sufrió en 2006, ha llevado por ejemplo, al periódico The Guardian a colocar a López Obrador en la lista de gobiernos populistas de derecha del mundo. Si el gobierno de México no quiere reconocer lo que asumen las más importantes democracias del planeta, nuestros principales socios comerciales, la ONU y hasta el Papa, no hay ni cómo ayudarlos.
Tampoco se los puede ayudar cuando un personaje como el subsecretario López Gatell, cuando el país está llegando a los cien mil muertos por Covid, asegura que la letalidad en México es tan alta…por culpa de las víctimas, de la gente. Eso dice López Gatell, que la gente tiene miedo de ir a los hospitales públicos porque cree que el Covid no hace daño y por eso cuando llegan, muchos mueren a los pocos días. Lo dice sin asumir responsabilidad alguna, después de nueve meses de estar al frente de la lucha contra la pandemia, cuando desde el propio gobierno se subestimó la enfermedad y hasta el día de hoy López Gatell sigue dudando de la efectividad de las mascarillas, que no usa por cierto ni el Presidente ni la mayoría de los funcionarios.
¿Cómo reprocharle a la gente que no tome con seriedad el Covid cuando desde los más altos niveles del gobierno se trasmite ese ejemplo?. Lo cierto es que la mortalidad en los hospitales públicos es de entre 45 y 50 por ciento, en los privados de 17 por ciento (y en los principales baja hasta el 5 o 7 por ciento) y en los de Sedena es del 12 por ciento, algo se está haciendo mal. Ni como ayudarlos.
Por cierto, se asegura que llegarán en diciembre las primeras vacunas de Pfizer. ¿Se han tomado previsiones para depositarlas y distribuirlas?. Son vacunas que se tienen que mantener a 70 grados bajo cero, que se deben almacenar y distribuir con equipos especiales y de la que se deben aplicar dos dosis con una diferencia de días. Hoy no estamos en condiciones de distribuir adecuadamente los medicamentos más esenciales. El robo de las vacunas contra la influenza, hace apenas unas semanas, lo demuestra. ¿ Se están tomando previsiones para conservar y aplicar correctamente las vacunas cuando comiencen a llegar, según las autoridades, dentro de apenas un mes?. Nadie ha dicho una palabra al respecto. Y que no digan luego de que hay una conspiración internacional para que México no tenga vacunas.
Tenemos una legislación de equidad de género ejemplar en términos electorales, que asigna cuotas a las mujeres que no siempre son la mejor solución pero que sirven para equiparar la balanza a la hora de distribuir candidaturas. El INE ha retomado esa legislación para exigirle a los partidos que en los comicios del año próximo la mitad de las candidaturas a gobiernos estatales deben ser para mujeres. Lo cual, como ya hemos dicho, altera los planes de los partidos porque la enorme mayoría de las posiciones ya estaban programadas para candidatos varones.
Qué pena por los partidos, pero es hora de dar ese paso a favor de la equidad. El gobierno fedeeal se opone y en el senado Morena quiere echar la nueva norma para atrás, mientras que el partido Verde quiere que se aplique…en 2024. También el PAN y Movimiento Ciudadano están en contra. Ni cómo ayudarlos.