2-02-2021 Concluyó un mes de enero terrible. Es el peor inicio de año que hemos tenido en décadas, en el que ha habido una suma de catástrofes sociales. En enero hubo 32 mil 729 muertos por COVID, a ellos se sumaron dos mil 379 homicidios, o sea más de tres asesinatos por hora; la economía en 2020 cayó un 8.5 por ciento y sigue cayendo en enero con buena parte del país confinado y hay 12 millones de personas sin empleo.
En términos de violencia la situación es critica. Lo sucedido en Camargo, Tamaulipas, con 19 cuerpos incinerados dentro de dos camionetas recuerda la masacre de San Fernando, con el agravante de que una de las camionetas utilizadas para dejar los cuerpos había sido requisada por el Instituto Nacional de Migración apenas en diciembre pasado. Es urgente una revisión de la estrategia de seguridad que disminuya la violencia. Es una necesidad nacional y será más temprano que tarde una exigencia del gobierno de Biden.
Ayer inició también el periodo ordinario de sesiones con dos grandes temas: la reforma del outsourcing y la reforma para compra de dólares por Banxico. Sobre ambos hay grandes confusiones y también intentos de manipulación del debate.
En la reforma del outsourcing o subcontratación, no se termina de comprender que sin ese mecanismos se aniquilarán millones de fuentes de empleo. Todas las empresas de una forma u otra forma utilizan la subcontratación para poder operar con normalidad. Lo hace hasta el gobierno federal que tiene contratados por ese esquema a decenas de miles de personas que limpian desde Palacio Nacional hasta reparten los apoyos sociales de la secretaría de Bienestar. Se asegura que en la reunión que mantuvo el presidente López Obrador con el grupo de los Diez en Monterrey se logró convencer al mandatario de introducir profundas modificaciones al proyecto actual que simplemente acaba con el outsourcing. Veremos en las próximas horas si ha sido así.
Con el tema del Banco de México y la compra de dólares creo que la información ha sido distorsionada. No se vulnera la autonomía del Banxico, no hay en la disposición de que se compren dólares de las instituciones bancarias ningún instrumento que vulnere esa autonomía o que aparte al Banxico de sus objetivos y su ley orgánica. La iniciativa si conlleva un beneficio importante a quienes reciben sus dólares en efectivo, sobre todo paisanos, porque de otra forma se les compran a precios marcadamente reducidos porque hay demasiados dólares en el mercado que hoy sólo pueden enviarse de México al Bank of America en Estados Unidos. Y ello permite también que otro tipo de operadores hagan su negocio comprando dólares baratos, vendiéndolos caros y quedándose con el diferencial. Eso ocurre sobre todo con los operadores cambiarios.
También se ha dicho que se lavarán así recursos ilícitos. No es verdad, esos dólares ya han pasado por los sistemas de control financieros y contra el lavado de dinero de las propias instituciones bancarias. El Banxico no recibiría ni un dólar que no provenga de esas instituciones, por ende no hay posibilidad de que allí se laven dólares fuera de las normas establecidas que, por cierto, son en México bastante más rígidas que en los propios Estados Unidos.
Es comprensible, en la dinámica que ha adoptado el gobierno federal contra los organismos autónomos, que se tema por la autonomía del Banco Central. Pero en este caso esa autonomía no está en riesgo: en última instancia la pregunta es si esos dólares se enviarán al Bank of America, que pagara por ellos con un diferencial a su favor, o al propio Banco de México.
Tampoco necesariamente se tienen que incorporar a las reservas. Se pueden hacer fondos especiales con los mismos que sirvan de distinta manera al organismo regulador. Y mucho menos esto implica que entonces el día de mañana las reservas del Banco de México pudieran estar a disposición del gobierno federal para gasto público. No existe en la iniciativa nada que vaya en ese sentido.
Por otra parte inician las precampañas y en todos los partidos los enfrentamientos parecen ser mayores a su interior que con sus rivales externos. Por lo pronto, Félix Salgado Macedonio fue ratificado como candidato de Morena al estado de Guerrero, al igual que Layda Sansores en Campeche.
El problema es que continúan las acusaciones contra Salgado, impulsada por Pablo Amilcar Sandoval (el hermano de la secretaria Irma Eréndira y cuñado de John Ackerman). Creo que en la historia de Salgado Macedonio hay muchos episodios por lo menos cuestionables, sobre su personalidad y particularmente en términos de seguridad en su paso por la alcaldía de Acapulco, pero esos cuestionamientos estaban ahí cuando fue elegido senador y nadie en Morena los recordó, surgiendo repentinamente ahora que es candidato a gobernador. En el caso de Layda Sansores, ya instalada en Campeche, es notable cómo ha abandonado sus responsabilidades en la alcaldía Alvaro Obregón desde hace semanas en donde no ha dejado ni un sustituto claro.
Si enero marca la norma de lo que será este 2021, me temo que queda poco margen para tener, siquiera, un cauto optimismo.