24-05-2021
Sinceramente no creo que el secretario de Marina, el almirante Rafael Ojeda, haya querido decir lo que dijo. Cuando desde un personaje tan importante se habla de enemigos (y además se ubica allí, nada manos que al poder judicial) en lugar de opositores o adversarios se está hablando de otro tipo de enfrentamiento y cuando los enemigos son los otros poderes se está invocando una suerte de guerra civil. No estamos en ese escenario, aunque algunos quisieran alimentarlo, y el almirante Ojeda lo sabe perfectamente, por eso resultaron tan desafortunadas las palabras escogidas en su intervención del viernes.
No es la primera vez que se quejan, muchas veces con razón, distintos funcionarios relacionados con el terreno de la seguridad de que los jueces liberan a delincuentes que a ellos les costó mucho detener, sobre todo desde la reforma judicial que entró en vigor el pasado sexenio. En ocasiones, es responsabilidad de jueces amedrentados o corrompidos y en muchas otras de informes mal presentados por ministerios públicos o agentes de seguridad al presentar a los detenidos ante un juez con la intención precisamente de que sean liberados.
Hay muchas molestias, también, en el ejecutivo con los amparos definitivos que han frenado las leyes de electricidad e hidrocarburos, pero resulta que son evidentemente anticonstitucionales y, además, violan tratados internacionales que tienen fuerza constitucional, como el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Insistimos en un punto, si se quiere cambiar las normas vigentes en el terreno energético se debe cambiar la Constitución, no se puede ignorar la carta magna invocando leyes secundarias. Los jueces en ello no tienen la culpa.
El poder judicial no es enemigo del ejecutivo y mucho menos de los marinos y soldados. En todo caso hay que exponer en otra perspectiva las diferencias que existen y que han existido desde tiempo atrás, mucho antes de la 4T. En el libro La Nueva Guerra, del Chapo al fentanilo (Grijalbo, 2021) entrevistamos al secretario de la Defensa Nacional sobre el tema. El general Luis Crescencio Sandoval me parece que fue mucho más preciso y cercano a lo que quiso decir el almirante Ojeda sobre el tema.
“Se continuarán realizando acciones contra el narcotráfico, me dijo el general Sandoval, como se ha hecho, considerando que dichas acciones no son exclusivas de una institución, sino de todas las instancias del Estado Mexicano que tienen vinculación con la seguridad, con la procuración y con la administración de justicia, para poder obtener resultados positivos; de estas instancias el sistema judicial es el que ha tenido más dificultades para cumplir sus funciones.
“Se hablaba de que hubo en su momento la “puerta giratoria”, donde entraban delincuentes por una puerta y salían por la otra; es decir, el delincuente que se logra detener, entra y sale del juzgado, lo vuelven a ver en su comunidad o en las áreas donde acostumbra delinquir, aspecto que afecta demasiado a la ciudadanía. Es complicado, aunado a que, para las instituciones que directamente trabajan en la seguridad, como la Secretaría de la Defensa Nacional, representa una causa de desmoralización, porque nuestro personal detiene al delincuente, lo consigna y después es liberado; situación que sucede hasta en dos o tres ocasiones, minando el esfuerzo que se está haciendo, así como la moral para seguir trabajando. Eso es una parte que falta afinar para poder tener mejores resultados… Las leyes son aliadas estupendas para desarrollar nuestro trabajo, pero desafortunadamente en algunas ocasiones, quienes tienen que aplicar las leyes “le buscan el camino” para de alguna manera favorecer a la delincuencia; sin embargo, también se ha dado el caso que la delincuencia amenaza a quien en sus manos está aplicar la justicia”.
Hasta ahí lo dicho por el general Sandoval sobre las fuerzas militares y las de seguridad y los jueces, que no se aleja de lo que muchas veces han sostenido predecesores suyos y otros funcionarios del sector. Lo grave es que esto se contamina ahora por el custionamiento desde la propia presidencia de la república sobre el pdoer judicial. Y entonces todo se lee de otra manera. Y cuando se intercala la palabra enemigo, el resultado es más desafortunado aún.
Aduanas y puertos.
Hablando de coordinación entre fuerzas militares y civiles, el que se está logrando en las aduanas y puertos es uno de los esfuerzos más importantes para intentar ponerle freno a la delincuencia. Por supuesto que falta aún mucho por hacer porque precisamente a partir de esas aduanas y puertos ingresan y salen muchos de los productos que comercializa el crimen organziado, no sólo drogas. Pero existe una coordinación civil-militar que es clave para explicar cómo el SAT, por ejemplo, logró aumentar dramáticamente su recaudación en el 2020, aún en plena pandemia. Esa política se está expandiendo aún más, con más aduanas controladas por personal militar y en ello ha sido clave la labor de coordinación de Horacio Duarte como director de Aduanas, lo que lo confirmó como un operador muy calificado, lo que a su vez le abre prácticametne desde ya la puerta de la candidatura de Morena al estado de México, un antiguo anhelo del funcionario aduanal.