3.02.2022 Se ha dado a conocer una carta del abogado Juan Collado hablando de lo sucedido en el 2006 y en los llamados videoescándalos, donde éste termina denunciando a varios de quienes fueron sus socios, aliados políticos y clientes, buscando así un criterio de oportunidad que le ofreció la FGR como una forma de quedar en libertad. De la mano con ello, Collado presentó diversas denuncias contra un grupo de abogados que dijo relacionados con el ex consejero jurídico de la presidencia, Julio Scherer, argumentando que era extorsionado con el fin de obtener su libertad.
Pero hay otra carta, de diciembre del 2020, que dice otra cosa completamente diferente. En esa carta, que está en el expediente de Collado y de la que tenemos copia, éste le pide al presidente López Obrador apoyo para resarcir el daño derivado de sus procesos penales. En esa carta luego de hacer un largo recuento de su estado de salud que califica de frágil, Collado dice lo siguiente: “le hago esta petición en este momento ya que considero que Dios les puso en el camino a mis hijos Juan y María del Mar, por casualidad en días pasados encontarse con el licenciado Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico de la oficina de la presidencia que usted encabeza; a quien se acercaron y abordándolo mi hija Mar, muy emocionada le comentó que era el Angel (Scherer) que estaba buscando desde hace año y medio para exponerle lo que sucede en mi caso y la situación que estamos viviendo”. O sea que a diferencia de lo que se ha dicho, ni Scherer ni sus abogados buscaron a Collado: sus hijos lo encontraron, como dice Collado, en un restaurante y lo calificaron como “el Angel” que podía solucionar sus problemas.
Pero la carta sigue, mis hijos “encontraron en él una persona muy humana, empática y dispuesta a escucharlos. Somos conocedores, continúa Collado, de las capacidades jurídicas y de gestión que en la administración pública federal desarrolla, por lo que tenemos mucha fe en que el licenciado Julio Scherer Ibarra puede ser el canal, si usted otorga su consentimiento, para encontrar una forma jurídica alterna para solucionar los diversos procesos que tengo en mi contra”. O sea que es Collado el que le pide a Scherer que sea el canal para buscar un acuerdo reparatorio y para analizar su situación legal. Vale la pena agregar que el presidente López Obrador fue informado del caso y que, como el martes pasado reconoció el presidente en la mañanera, esos acuerdos reparatorios eran una propuesta que él mismo aprobó y que le pidió a Scherer que operara.
La carta concluye diciendo: “al respecto, escribió Collado, deseo expresar mi compromiso para acudir a la justicia penal restaurativa e iniciar la celebración de los acuerdos reparatorios para concluir satisfactoriamente, en el marco de la ley, mis expedientes”.
Hasta ahí la carta de Collado. Veamos lo que se dicen sus hijos, en el expediente en relación con Scherer en este tema. Ratifican Juan Ramón y María del Mar, que se encontraron de casualidad el 5 de diciembre en el restaurante Carpaccio en Miami con Scherer y le pidieron una cita. El 10 de diciembre se reúnen por primera vez en su oficina particular. Scherer, que ya lo había consultado con el Presidente, les dice que tiene instrucción para comenzar el proceso de un acuerdo reparatorio, sin mencionar cantidades.
De allí surge la carta que Collado envía el día 17 de ese mismo mes y que citábamos. Un día antes, el 16 de diciembre, los hijos de Collado van nuevamente a la oficina de Scherer para informarle que su padre aceptaba negociar el acuerdo reparatorio. Scherer les informa que el mismo, según el gobierno federal, sumaba dos mil millones de pesos.
Ya el 14 de enero del 2021, Juan Ramón, el hijo mayor de Collado, vuelve a la oficina de Scherer, y le informan que el acuerdo reparatorio esta avanzando. Regresa el día 20 y le informan que el primer pago del acuerdo sería de 300 millones de pesos y que en los tres años siguiente tendría que pagar los restantes mil 700 millones en cuotas. Son pagos para el Estado mexicano, de acuerdo al convenio legal que se estaba preparando. El 3 de marzo, Juan Ramón vuelve, preocupado por la salud de su padre. El consejo jurídico lo recibe, lee el informe médico y hace unas llamadas frente a él para avanzar en el acuerdo reparatorio.
En abril se le informa al hijo de Collado que su padre tiene que ofrecer una garantía de activos para formalizar el acuerdo y que debe hacer dos pagos de 150 millones de pesos cada uno para iniciarlo. En junio dice el hijo de Collado que se le pidió un avalúo de sus propiedades y garantizar el acuerdo reparatorio con las acciones de la Caja Libertad. Lo que es contradictorio con que supuestamente se le pidió que vendiera esas acciones por debajo de su valor.
En julio, los hijos se reúnen con Juan Ramos, fiscal especial de la FGR, quien les dice que el acuerdo era improcedente porque no podía reclasificar el delito de delincuencia organizada. Vuelven con Scherer, junto con su abogado, Javier López. Se dicen preocupados por la posición de la FGR. Scherer les dice que hablaría con el fiscal para tratar de agilizar el caso, pero les advierte que el tema está en manos de la Fiscalía. Días después Scherer renuncia a su cargo.
En el largo testimonio, y en la propia carta de Collado, no hay indicio alguno de extorsión y queda claro que los recursos solicitados eran para el acuerdo reparatorio con el Estado mexicano, no una extorsión ni una solicitud de dinero. Scherer dejó el cargo el 30 de agosto y nunca vuelve a reunirse con los hijos de Collado. El caso estaba en manos de FGR.
Semanas después, en busca de ese acuerdo reparatorio, Collado llega a un acuerdo con FGR, como condición escribe otra carta asegurando lo contrario de la que escribió en diciembre del 2020, denuncia a Scherer y a un grupo de abogados, también al director de la UIF, Santiago Nieto, y al director de banca Afirme, y se dice extorsionado. Saque usted sus propias conclusiones. Yo creo que se trata de un montaje muy similar al que intentó, sin éxito, Emilio Lozoya.