06.06.2023
El triunfo de Morena en el estado de México que implica, más allá de ciertas declaracones interesadas, una derrota en toda la línea del priismo en su entidad más representativa, puede hacernos perder de vista varias lecturas que son esenciales para el comienzo de la batalla política por el 2024 que ayer comenzó.
En Morena se convocó para los próximos días a los aspirantes a la candidatura presidencial. La fecha se movió hacia el 11 de junio, cuando se reúna el consejo político de Morena. El canciller Marcelo Ebrard anunció que será hoy martes cuando dé a conocer su propuesta para el método de elección, pero será difícil que ese método termine superando al real, el de la encuesta de un solo hombre.
Ayer el presidente López Obrador insistió en que no se involucrará en la selección del candidato o candidata, pero la verdad es que ello es bastante poco creíble. En buena medida lo podremos saber cuándo se conozca el método público de elección, más allá de si hay o no encuestas.
Paradójicamente, los resultados electorales deben haber reforzado en Palacio Nacional la idea de que elegir al aspirante directamente (aunque la encuesta actué como mecanismo de legitimidad) funciona mucho mejor que dejarlo a la plena voluntad de los encuestados: es una de las enormes diferencias de resultado entre Delfina Gómez en el estado de México y Armando Guadiana en Coahuila.
El resultado del domingo, para los seguidores de Claudia Sheimbaun, debe haber sido lo mejor que les pudiera ocurrir. La gente de Claudia fue de las principales operadoras en el estado de México, sobre todo en el cinturón urbano metropolitano, que está vez no se mantuvo azul como había ocurrido en el 2021.
En toda esa zona, de fuerte influencia panista, ganó Morena y se demostró con ello que cuando hay alianzas los candidatos no deben tener fuertes sellos partidarios, porque sino, en muchos casos, los aliados no se movilizan. Y eso pasó con buena parte del PAN, lo que, aunado a la prescindencia de Alfredo del Mazo, termina explicando mucho del resultado en edomex, a pesar de que Alejandra del Moral era una buena candidata, aunque a su campaña le faltó unidad y enjundia para contrastarse con Morena. Ser valiente es importante, pero electoralmente no dice nada.
La contracara de esa realidad fue Manolo Jiménez en Coahuila, que siempre insistió en que se lo debería ver como un candidato ciudadano. Y lo es, resultaba un candidato natural para una alianza pese a provenir del PRI. Venía del tricolor pero también estudió en el TEC de Monterrey, es empresario miembro de una familia con generaciones en distintos sectores productivos regionales, su lenguaje no es ideológico y tenía propuestas muy aterrizadas.
No sé si es un perfil para un nuevo PRI porque no sé tampoco si podemos esperar en el futuro un nuevo PRI, pero sí es un perfil para una nueva época que generará candidatos mucho más ciudadanizados. Lo que hoy los partidos todavía no asumen.
Ayer, los dirigentes del PRI, PAN y PRD aseguraron que el 26 de junio darán a conocer el método para la selección de candidatos de unidad. A ver qué anuncian. Desde ahora tendrían que estar advertidos que más allá de sus cualidades personales, cualquiera que tenga un perfil muy partidario terminará vetado o cuestionado por los propios aliancistas. Lo que pasó en el corredor azul en el estado de México o con Guadiana y Mejía en Coahuila, lo demuestra, como también por el contrario lo confirma el triunfo de Jiménez en ese estado.
Hay algo que decían ayer, creo que fue Marko Cortés quien lo destacó, que es verdad: cuando se suman los votos de las dos grandes alianzas que compitieron el domingo en los dos estados, el resultado es similar, unos tres millones y medio de votos para cada uno. El dato es verídico, pero nada puede disimular el costo político que tendrá el haber perdido el estado de México, particularmente de cara al 2024 (incluyendo las elecciones municipales en ese estado que serán convergentes con las federales).
Lo que no deja asombrarme, hablando de los aliancistas, es la absoluta falta de autocrítica de sus dirigentes: los vimos y escuchamos en las últimas 48 horas hablando como si hubieran obtenido un gran resultado, como si eso que anunciaron falazmente a las 18 horas del domingo, el triunfo de Alejandra del Moral, hubiera sido verdad. Es una irresponsabilidad hacer ese anuncio sin resultados reales, pero lo es más que inmediatamente después se hayan ido de Toluca a Saltillo a festejar con Jiménez, dejando sola y con resultados reales, a Del Moral y luego no asumir, ninguno de ellos, la gravedad de la derrota en el estado de México.
Ayer también Movimiento Ciudadano ratificó que irán solos a los comicios del 2024. Su participación en la alianza hubiera sido muy importante en el Edomex. No sólo no se aliaron, sino que, al igual que en Coahuila, decidieron no participar y al final lanzaron una campaña contra el PRI que, en los hechos vulneraba la alianza.
Si van solos en el 2024 dividirán el voto opositor y es una de las mejores noticias que le pueden dar a Morena: no creo que ninguno de los potenciales aspirantes de MC le quite votos a Morena, se los quitará a la alianza opositora. Confieso que la de MC es una estrategia que me cuesta entender, salvo que, simplemente, nos estén engañando con la verdad. Lo cual es bastante probable.