Finalmente, en el encuentro de Cuatro Ciénagas, Coahuila, entre el presidente Vicente Fox y los gobernadores miembros de la Conago, se impuso la propuesta del secretario de Gobernación, Santiago Creel, por encima de la tesis de la secretaría de Hacienda, y se acordó que se emitirá la convocatoria para realizar la convención nacional hacendaria, que tendrá como objetivo reestructurar todo el sistema hacendario nacional y otorgarle mayores atribuciones a los estados y municipios en materia fiscal.
Finalmente, en el encuentro de Cuatro Ciénagas, Coahuila, entre el presidente Vicente Fox y los gobernadores miembros de la Conago (donde ayer se incorporaron oficialmente los mandatarios estatales de origen panista, en una decisión que retrasaron inútilmente por más de un año) se impuso, dentro del gobierno federal, la propuesta del secretario de Gobernación, Santiago Creel, por encima de la tesis de la secretaría de Hacienda, y se acordó que el próximo 24 de septiembre se emitirá la convocatoria para realizar, se estima que a principios del año que viene, la convención nacional hacendaria, que tendrá como objetivo reestructurar todo el sistema hacendario nacional y, sobre todo, otorgarle mayores atribuciones a los estados y municipios en materia fiscal.
Es un tema clave para la distribución del poder y resulta evidente que éste, sobre todo a partir del próximo primero de septiembre, se dividirá en tres esferas interconectas y con un peso similar: el ejecutivo federal, los gobernadores y el congreso. La negociación tendrá que girar en torno a esos tres círculos y, dentro de cada una de ellas se deberán analizar las especificidades, los personajes, los intereses particulares o sectoriales, que terminarán dándole una fisonomía a los acuerdos o desencuentros que se den en la vida política nacional.
Probablemente fue por eso que, finalmente, en un punto tan importante para la economía (y la política) como la futura convención nacional hacendaria, se haya impuesto la posición de Gobernación por sobre la de Hacienda. La gente de Gil Díaz no se oponía a la convención hacendaria pero sí existían divergencias respecto a los tiempos. En Hacienda estaban (están) preocupados por algo que se puede percibir día con día: los estados están reclamando mayores responsabilidades, mayores atribuciones, prerrogativas y recursos, pero no están avanzando con la misma convicción en mecanismos de control interno que transparenten la utilización de los mismos. El temor era que mediante la convención hacendaria, se distribuyeran esos recursos, esas atribuciones y prerrogativas pero que no se asumieran nuevas responsabilidades ni se establezcan mecanismos claros y transparentes para la operación de los recursos fiscales. En esa lógica, lo que se proponía era avanzar primero con la reforma hacendaria, tener los mecanismos para aumentar la recaudación, establecer los métodos de control y luego, ya hacia fines del año próximo, avanzar en la convención hacendaria. Implícitamente quedaba el mensaje de que si no había avances importantes en los otros puntos, se terminaría frustrando también la convención que demandaban los gobernadores y particularmente la dirigencia del PRI (en este caso en acuerdo con el PRD).
¿Entonces porqué se terminó imponiendo la tesis de Gobernación de aceptar la propuesta de los gobernadores y sacar rápido, para el próximo mes de septiembre, la convocatoria para la convención?. Probablemente porque se comprobó que el escenario para las reformas importantes que deberán darse en este periodo ordinario que comienza el primero se septiembre, es más complejo de lo que algunos esperaban y se requieren muchos acuerdos y negociaciones diferenciadas para sacar adelante la reforma hacendaria, la energética y la del sistema de pensiones, además de las diferentes propuestas de reforma política que se han planteado. En el escenario legislativo, si bien se estrena una nueva cámara baja (y con ello coordinadores como Elba Esther Gordillo, Pablo Gómez y Francisco Barrio), también es un hecho que los acuerdos que se puedan adoptar con ellos y los demás coordinadores parlamentarios no garantizan que los mismos se conviertan en leyes: en todos los partidos hay otros actores con los que se tendrá que negociar, de una u otra forma, para llegar a acuerdos reales y viables.
Y en ese sentido, los gobernadores no son los únicos pero sí son actores fundamentales, tanto por la influencia que tienen en muchos legisladores como por el propio peso político que han adquirido: y para el actual grupo de gobernadores nada es más importante que la convención hacendaria salga y que salga rápido. Por muchas razones, que van desde el cálculo muy sencillo de que así contarán con mayores recursos para su gestión, hasta por el hecho evidente de que el año próximo se renuevan diez gubernaturas y muchos de quienes dejarán el poder estatal tienen aspiraciones de participar en sus respectivos partidos en el proceso presidencial del 2006. Para esos diez y para casi otro tanto que se deberán renovar en el 2005, el que la convención se realice a fines del año próximo no tenía sentido alguno. Y ataron su apoyo a la reforma hacendaria (y algunos a la energética) a la realización de la convención, particularmente en el PRI donde Roberto Madrazo fue muy presionado por los gobernadores para que enarbolara esa demanda. Gobernación terminó aceptando ese acuerdo y el presidente Fox que hace unas semanas había dicho que se analizaría el tema en tiempos perentorios, ahora, en la reunión de Coahuila, lo aceptó públicamente y le puso una fecha tan cercana como el 24 de septiembre.
Y es que ello tiene, también otra causa: en la administración Fox, pero sobre todo en el despacho de Creel, existe la convicción de que lo que no se pueda acordar (aunque no se concluya el proceso legislativo) antes de las primeras semanas de noviembre, será ya muy difícil que pueda salir adelante, porque se contaminará con el presupuesto e inmediatamente después con los procesos de selección de candidatos de los partido en varios estados. En ese contexto, la idea es avanzar con la convocatoria de la convención hacendaria para el 24 de septiembre y, al mismo tiempo tratar de tener para esa fecha la propuesta de iniciativa de la reforma hacendaria que se están analizando en la comisión plural que se instaló ayer en el senado, impulsada por Demetrio Sodi, Alejandro Gutiérrez y Fauzi Hamdam. En el terreno ideal, el fin de una negociación tendría que ir de la mano con la convocatoria de la otra.
Es una jugada, un cronograma, muy complejo y arriesgado, pero parece ser el único posible, para empalmar los deseos y exigencias de los grupos parlamentarios y los gobernadores con los de la administración Fox.
La SRE ante la ONU
Ayer nos preguntábamos si la cancillería estaba plenamente de acuerdo con lo expresado por el vocero presidencial Alfonso Durazo y el representante de México ante la ONU, Adolfo Aguilar Zinser, no sólo respecto al terrible atentado ejecutado contra la representación de la ONU en Bagdad, sino también sobre el papel que deberá jugar esa organización en el futuro de Irak. Nos llamó el subsecretario para América del Norte, Jerónimo Gutiérrez, para asegurarnos que sí y que esas comunicaciones surgieron de un trabajo común de la cancillería y la presidencia de la república.
Por lo pronto, quienes ejecutaron ese cobarde atentado, el primero en la historia contra la ONU, cumplieron un primer objetivo: ayer se decidió que los funcionarios de la ONU en lugar de estar en Irak se establecerán en Jordania para evitar nuevos ataques. Nadie ha logrado explicar, aún, cómo un camión cargado de explosivos pudo penetrar el círculo de seguridad que rodeaba al hotel Central, donde funcionaban las oficinas de las Naciones Unidas y si fue casualidad que los terroristas dejaran ese camión exactamente debajo de la ventana de la oficina de Sergio Vieira de Mello, el representante de las Naciones Unidas en Irak y Alto Comisionado para los Derechos Humanos de esa organización. Por cierto, el jefe del consejo de gobierno iraquí de transición, instaurado tras la intervención militar, Ahmad Chalabi, aseguró que, desde la semana pasada habían recibido información de que se prepararía un ataque terroristas contra las instalaciones de la ONU en Bagdad y que, desde esa fecha, había informado a las fuerzas estadounidenses asentadas en la capital iraquí.