En los últimos días buena parte de los políticos, analistas y medios de comunicación se han cebado con Vicente Fox y con Roberto Madrazo. Con el ex presidente su irresponsable y frívola exhibición de bienes en una revista de sociales, disparó una serie de acusaciones que ya estaban presentes desde tiempo atrás, respecto al manejo de recursos realizado durante su administración, tanto por él como por su esposa, Marta Sahagún.
Creo que el caso de Roberto Madrazo es peor. Todo el manejo realizado en torno a su participación en la maratón de Berlín, me parece tan exagerado como absurdo. Porque el hecho, consultado con muchos amigos que participan en este tipo de competencias, es que el dicho de Madrazo es cierto: simplemente corrió media maratón, como hacen otros corredores, incluso sin estar formalmente registrados.
En los últimos días buena parte de los políticos, analistas y medios de comunicación se han cebado con Vicente Fox y con Roberto Madrazo. Con el ex presidente su irresponsable y frívola exhibición de bienes en una revista de sociales, disparó una serie de acusaciones que ya estaban presentes desde tiempo atrás, respecto al manejo de recursos realizado durante su administración, tanto por él como por su esposa, Marta Sahagún. La aparición de su libro en Estados Unidos, con una serie de entrevistas (hay que reconocer que su campaña de prensa fue muy bien planificada) en los principales medios electrónicos del país, con sus declaraciones, en ocasiones acertadas (sobre todo en la entrevista con Bill O’Reilly en Fox News) y en otras bastante deficientes (la más floja, a pesar de que el entrevistador fue en esta ocasión bastante indulgente, la de John Stewart), colocaron en el candelero a Fox más que en buena parte del periodo final de su gobierno. A eso se sumó el propio secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, con una declaración desafortunada: “el que se va, se calla” sentenció sin comprender que, guste o no lo que diga Fox, no se lo puede callar, ni a él ni a ningún otro ciudadano. No me cabe duda que es irresponsable que un ex presidente se exhiba de tal manera, pero esa es su decisión y, nadie puede imponerle otra actitud.
Lo que sucede es que con ella, el presidente se ha vuelto a colocar en los reflectores políticos y ha servido para que, una vez más, la cámara de diputados cree una nueva comisión para investigar el origen de sus bienes. Una comisión que servirá, como la otra treintena que ha formado la cámara de diputados para investigar distintos temas, como una plataforma publicitaria y para contratar algunos asesores, justificar algunos viáticos y nada más. Es sencillo: la misión de los diputados no es convertirse en una suerte de inspectores Clouseau, con o sin pantera rosa incluida, sino legislar. Ni están preparados ni tienen atribuciones para investigar: pero les encanta la publicidad gratuita. No estoy afirmando que no existan irregularidades en el desempeño de los esposos Fox ni de otros miembros de su familia, mucho menos “poniendo las manos en el fuego” por él, pero el punto no es ese: existen instituciones, desde la Auditoria Superior de la Federación hasta la secretaría de la Función Pública y por supuesto el ministerio público, que pueden y deben encargarse de ello. Si se presuma que Vicente Fox cometió algún delito, que se lo denuncie e investigue en cualquiera de esas instancias. Sus frivolidades políticas deben ser abordadas desde ese ámbito, el de la política.
En todo caso no estaría nada mal que muchos otros políticos nos dijeran de qué viven. Por ejemplo, ¿de qué vive López Obrador?¿quién lo mantiene? ¿quién lo financia? ¿quién paga su casa, sus traslados, los estudios de sus hijos, quién mantiene a su familia?¿paga el autodenominado presidente legítimo sus impuestos? O ¿de qué viven muchos políticos que llevan en ocasiones años fuera de un cargo público o viviendo por encima de los salarios que éstos deparan? Algunos dirán que de sus despachos o empresas, pero ¿cómo se hicieron de unas u otras? Y que conste que son sólo preguntas.
Creo que el caso de Roberto Madrazo es peor. En este espacio hemos criticado en muchas oportunidades a Madrazo, la última de ellas por su libro La Traición. Pero todo el manejo realizado en torno a su participación en la maratón de Berlín, me parece tan exagerado como absurdo. Porque el hecho, consultado con muchos amigos que participan en este tipo de competencias, es que el dicho de Madrazo es cierto: simplemente corrió media maratón, como hacen otros corredores, incluso sin estar formalmente registrados. Como sucede con Fox creo que Madrazo no debe regresar a la política activa, que ello dañaría a su partido y que, por su imagen con fuertes negativos, cometió innumerables errores en su campaña, el principal de todos empeñarse en ser él mismo el candidato presidencial de su partido, pero de allí a extrapolar el caso a que “hizo trampa” en un tipo de competencia que, guste o no Madrazo, éste ha corrido desde hace años en múltiples oportunidades, es absurdo: ¿qué razón, qué móvil podría tener un corredor amateur para “imponer” una marca que es obvio que está un hora por debajo de su mejor tiempo? El tema es tan frívolo como la denuncia que se intenta comprobar. Madrazo es criticable por otras razones, no por completar o no una competencia.
En todo caso, los casos de Fox y Madrazo han servido, una vez más, para distraer a la opinión pública, para ocuparla en otras cosas, en otros temas y no en lo importante. No hablamos ni de los precios, ni de la seguridad, ni de la reforma fiscal o la electoral, de la crisis y los cambios en las dirigencias partidarias, de los aciertos o errores en el congreso, de si habrá o no movimientos en el gabinete. Vamos, ni siquiera hemos registrado que el premio Nobel, Mario Molina, indirectamente volvió a recibir ese reconocimiento como integrante del Panel Intergubernamental sobre el cambio climático, que obtuvo junto con Al Gore el Nóbel de la Paz el viernes. Los temas de la semana son un ex presidente frívolo y un ex candidato presidencial que participó en una competencia amateur sin completarla. Vaya agenda nacional.
Por cierto, entre esos temas importantes e ignorados, hoy se lanza el Nuevo Modelo Institucional de Policía en nuestro país, en la academia superior de seguridad pública ubicada en San Luis Potosí. Una iniciativa de fondo, de largo plazo para tratar de resolver uno de los capítulos más complejos y delicados de nuestro país: el contar con una policía honesta y eficiente. Ya lo analizaremos con detalle.