15-09-2014 El operativo en Los Angeles que desarticuló una red de lavado de dinero del cártel de Sinaloa ha tenido un ingrediente mucho menos divulgado de lo que debería: el principal inculpado es el propietario de las tiendas María Ferré, una importante empresa sinaloense, con 32 sucursales en todo el país, que fue fundada en 1992 por el empresario Luis Ignacio Muñoz Orozco, un hombre que fue presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Culiacán y más tarde fue jefe de la Oficina de la Secretaría de Desarrollo Social federal, con Heriberto Félix Guerra como titular de esa dependencia el sexenio pasado. Muñoz Orozco era, según distintas fuentes cercanas a ambos, el principal operador de esa secretaría durante el periodo de Félix Guerra.
Concluido el sexenio, Muñoz Orozco se dedicó exclusivamente a actividades empresariales. Dos preguntas son claves en todo esto: primero, ¿cuándo comenzó la relación de Muñoz Orozco con el cártel de Sinaloa?. Ya veremos que, según la investigación, comenzó desde antes de que concluyera el sexenio. Y segundo ¿en qué influyó esa relación en las actividades de la propia secretaría o en su ámbito de influencia?.
La operación Fashion Police comenzó en octubre de 2012, según la información divulgada por la Corte de Distrito de Los Ángeles. El 13 de septiembre de ese año, un distribuidor estadounidense del cártel de Sinaloa “perdió” 100 kilos de cocaína. En venganza y para que pagara por esa pérdida, fue secuestrado y llevado a un rancho en las afueras de Culiacán. Estuvo varias semanas retenido y torturado, mientras le pedían a su familia 140 mil dólares de rescate, como pago por la cocaína perdida.
El 14 de diciembre del 2012 la familia pagó al cártel de Sinaloa 100 mil dólares que fueron entregados en la sucursal de la tienda Q.T. Fashion de la calle East 12th Street en Los Ángeles, a su propietario, Sang Park. El propio Park contó el dinero del rescate en efectivo en la trastienda del local. Más tarde, según el expediente, Sang Park se comunicó con Daysi Estrada Corrales, de la tienda María Ferré y por medio de un correo electrónico le informó cómo deberían distribuirse los 100 mil dólares en compra de mercancía de ropa para esa empresa. Se realizaron 28 depósitos en efectivo a favor de María Ferré, que iban desde los 8 mil dólares hasta pequeñas cantidades de menos de mil, que la empresa sinaloense recibió ese 2012.
Más tarde, a la familia de la víctima se le exigió los 40 mil dólares que faltaba para el pago de la droga perdida, que también fueron recibidos por la tienda de Luis Ignacio Muñoz. Después de ese pago y de varios meses de secuestro, el operador del cártel fue liberado.
Pero a partir de allí, informadas las agencias de seguridad estadounidenses, comenzó el seguimiento de las operaciones de varias cadenas de tiendas, vía los depósitos en efectivo que todas ellas realizaban hacia la empresa María Ferré a través de la compra y venta de ropa. Esos depósitos iban desde los 90 mil hasta cantidades menores a 10 mil dólares. Se tienen registrados decenas de movimientos e intercambios de moneda, de dólares contra pesos, de pesos contra dólares, desde junio de 2012 hasta septiembre de 2013. Dentro de la investigación también se descubrió que María Ferré intercambiaba etiquetas de ropa con origen en China, por etiquetas de Estados Unidos, lo que es una falsificación y también un grave delito fiscal.
Según la explicación de la Corte de Los Angeles, el mecanismo era relativamente sencillo: un intermediario del cártel hacía arreglos para que los dólares obtenidos por venta de droga en Estados Unidos les fueran entregados a vendedores con negocios en el Distrito de la Moda de Los Ángeles. Una vez que los productos enviados a México eran vendidos, los comerciantes mexicanos entregan el dinero adeudado en pesos al intermediario, quien a su vez hacía el pago al cártel, completando el ciclo de lavado.
En el operativo Fashion Police fueron detenidas nueve personas e incautados 65 millones de dólares en efectivo y mercancia (unos 32 milllones eran en efectivo). Fueron acusados Jong Hack Park, alias Andrés Park, de 56 años, de la empresa La Canadá-Flintridge; Sang Jun Park, de 36 años, de La Crescenta, y José Isabel Gómez Arreola, alias Chabelo, de 49 años. Todos ellos fueron detenidos y están bajo custodia. Figuran como coacusados, y aparentemente están prófugos los propietarios de la tienda María Ferré: Luis Ignacio Muñoz Orozco, Armando Arturo Chávez Gamboa (contador de la empresa), y la empleada que se encargaba de mover el dinero entre las tiendas, Daysi Estrada Corrales.
La historia no se cerrará con la incautación del dinero. Hay mucho por ver porque la fiscalía en Los Angeles recopiló información durante dos años antes de dar el golpe de la semana pasada. Por lo pronto un importante ex funcionario del gobierno federal está prófugo y en la mira de las autoridades estadounidenses.
Jorge Fernández Menéndez