Partidos: un gasto obsceno
Columna JFM

Partidos: un gasto obsceno

24-08-2017 Los partidos políticos recibirán para el proceso electoral del año próximo casi 13 mil millones de pesos, si sumamos los recursos que obtendrán de fuentes federales (casi 7 mil millones) y locales. Sólo en el ámbito federal el aumento respecto a las pasadas elecciones presidenciales es de casi el 40 por ciento. Mucho más si sumamos el total de lo que recibirán.

 

Pero a eso hay que sumarle muchos más recursos: por ejemplo, los millones de spots gratuitos, para los partidos, que se trasmiten por radio y televisión suman una cantidad casi imposible de dimensionar en términos comerciales. Esos tiempos que se otorgan a los partidos se quitan de la comercialización de los medios, y obligan a éstos, además, a una serie de operaciones técnicas adicionales muy costosas para los propietarios de las empresas de comunicación. Eso ocasiona un daño económico enorme a las mismas. El número de spots, lo mismo que los dineros partidarios, crecen a un ritmo casi geométrico y no guarda relación ni con el crecimiento de la economía o de la inflación.

Mientras el crecimiento de los recursos partidarios es de casi el 40 por ciento (sólo en el ámbito federal y tomando en cuenta sólo el dinero que se entregará a los partidos), la producción petrolera del país cayó en forma muy importante: si en 2012 se producían dos millones 548 mil barriles diarios de crudo, en 2017 esa cifra se ha reducido a menos de dos millones: se estima que cerrará en un millón 947 mil barriles. Pero, además, mientras el precio del petróleo fue de 102 dólares por barril en 2012, el precio promedio en este 2017 será de 42 dólares por barril. Menos de la mitad con una producción de crudo de 500 mil barriles menos que ese año de elecciones presidenciales. El estado mexicano perdió unos 30 millones de dólares diarios sólo por la factura petrolera. Unos 11 mil millones de dólares al año.

Mientras la cotización del peso frente al dólar cerró en diciembre del 2012 en 13 pesos por unidad, hoy el dólar se cotiza en poco más de 18 pesos por unidad. La moneda mexicana ha perdido más del 30 por ciento de su valor, un porcentaje similar al que los partidos se han aumentado en recursos directos de origen federal.

La inflación promedio desde el 2012 calculada hasta el fin del sexenio en 2018, es de 3.91 por ciento, la décima parte del aumento que se dieron los propios partidos en recursos federales (insisto: si se suman los recursos estatales las cifras se duplican y si se sumaran otras prerrogativas que van desde los espacios de radio y televisión hasta el correo gratis, las cantidades serían desproporcionadas).

El año pasado, en el programa de escuelas al CIEN, un punto clave de reconstrucción de escuelas en todo el país, se utilizaron poco más de 16 mil millones de pesos. Los partidos recibirán, para una campaña de seis meses (incluyendo precampaña) 13 mil millones.

Mientras el gobierno federal, y por ende los locales, deben reducir su gasto, aumentar la recaudación fiscal y recortar programas sociales y de infraestructura para mantener las cuentas en equilibrio, los partidos gastan cada día más y lo hacen sin control alguno. Este año, por ejemplo, el seguro popular tuvo un recorte de 6 mil millones de pesos, prácticamente lo mismo que recibirán los partidos del ámbito federal para los comicios del 2018.

Las dos últimas reformas electorales se realizaron con el argumento de que se reduciría el costo de las elecciones y de la política. Por eso en 2007 se introdujo la reforma que le regaló a los partidos millones de spots, año con año. El argumento era que de esa forma los partidos no tendrían que gastar en propaganda. Pero los partidos siguieron recibiendo cada vez más dinero. En un documento elaborado por la Cámara de Diputados en 2007, los diputados se felicitan por las reducciones que tendría el financiamiento partidario con la reforma aprobada: “el ahorro en las finanzas públicas del país que se generará por la reducción del financiamiento público, producto de la reforma realizada por el Congreso de la Unión, en materia de la fórmula de financiamiento público para los partidos políticos, será́ de 2 mil 542 mdp durante el periodo 2008-2009, de los cuales: 443 mdp serán por actividades ordinarias; 2 mil 085 mdp serán por actividades extraordinarias y 13 mdp serán por actividades específicas”. Lo cierto es que los partidos habían recibido del entonces IFE para los comicios del 2006, poco más de 4 mil millones de pesos, de los cuales tenían que pagar su propaganda electoral en radio y televisión. En 2012, recibieron poco menos de 5 mil 300 millones de pesos, ya con spots gratuitos.

Se hizo otra reforma política en 2013 prometiendo, una vez más, la reducción de costo de las elecciones y la política. Pero ahora recibirán 13 mil millones de pesos con millones de spots gratuitos. ¿Dónde está la reducción del gasto partidario que se prometió en 2007 y 2013?

Es un gasto obsceno, que no se condice ni con la calidad de la política que nos brindan los partidos, ni con la realidad política, económica y social del país, y mucho menos con los esfuerzos que hacemos en la sociedad con nuestra economía cotidiana.

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