Dos son los temas que tuvieron atorada la convocatoria de Morena para la selección de sus candidatos gobernador en las nueve elecciones estatales que habrá en junio del 2024: las cuotas de género y la renuncia o no de los aspirantes. En los comicios del año próximo, por lo menos cuatro de los nueve candidatos tendrán que ser mujeres y estaba el debate sobre si tendrían que renunciar o no a sus cargos. Martí Batres el lunes había declarado que quienes buscarán la CDMX sí tendrían que renunciar, pero Mario Delgado aclaró que la renuncia no era condición y que, además, no habría campaña proselitista como vimos con los seis aspirantes presidenciales. Tampoco habrá encuestas espejo: las realizará directamente Morena y por ende no serán apelables.
En última instancia lo que se hace, como había ocurrido con anterioridad, es centralizar los procesos internos, para poder acomodar las cuotas de género y los aspirantes más competitivos, pero también para saldar conflictos internos más que latentes. En seis de esos nueve estados en los que habrá elecciones, desde 2018 gobierna Morena y las contiendas internas son paradójicamente mayores.
Hay enfrentamientos internos en Puebla entre Alejandro Armenta e Ignacio Mier, lo que algunos dicen que podría abrir la puerta a una mujer, Olivia Salomón. En Veracruz, entre Rocío Nahle y el grupo político del secretario de gobierno, Eric Cisneros (entre otras cosas, porque Nahle no nació en el estado ni ha vivido demasiado tiempo en él) que pugnan por una opción local. En Chiapas, no se sabe si la candidatura será decidida en función de género y si Morena y el Verde irán juntos o cada uno por separado. En Tabasco el ex director de Fonatur, Javier May, está enfrentado con el grupo político del ex gobernador y secretario de Gobernación, Adán Augusto López. En Morelos, donde uno de los dos gobernadores peor evaluados del país, Cuauhtémoc Blanco (el otro es David Monreal en Zacatecas) ha tenido la ocurrencia de tratar de buscar la candidatura al gobierno de la ciudad de México, hay una intensa lucha interna dentro y fuera del gobierno local (por la candidatura y por las inevitables demandas de todo tipo que se vendrán contra la administración Blanco por malos manejos y presuntas relaciones con grupos criminales). Los aspirantes que han levantado la mano son por lo menos nueve, sólo en Morena.
En la ciudad de México, a la espera de ver si Blanco se registra o no, están en una lucha tan enconada como apenas soterrada, buscando la candidatura, Omar García Harfuch y Clara Brugada, y el presidente de Morena, Mario Delgado este lunes dejó entrever que sí podría buscar esa opción.
En Guanajuato, donde no parece tener espacio Morena, todo podría decantarse una vez más por Ricardo Sheffield; en Jalisco sólo MC podría decretar su propia derrota y en Morena sigue apareciendo el más que controvertido Carlos Lomelí; en Yucatán podría Morena dar una sorpresa, pero el Frente se ve todavía más sólido.
La decisión, como casi siempre, será de una encuesta de dos (Claudia y el Presidente) con el factor género y la popularidad como variables. Pero no será fácil decidir. Dicen que las cuatro para mujeres en Morena podrían ser para Chiapas, Veracruz, Morelos y algunos dicen que Puebla, los tres últimos, estados donde el oficialismo tendrá fuerte oposición. Muy probablemente todo el esquema se definirá a partir de lo que suceda en la ciudad de México entre Omar y Clara. A partir de esa definición se pueden acomodar todas las demás fichas.
Mientras tanto, Marcelo Ebrard finalmente no se fue de Morena, creó una asociación civil dentro del partido y creo que se le han acabado las opciones, incluso la de Movimiento Ciudadano. El ex canciller ha tardado demasiado en tomar decisiones, ha dicho que en Morena no había lugar para él, al tiempo que ratificaba que se quedaría en el partido y en pocas semanas ha perdido parte del apoyo interno en la estructura del partido. Tiene que buscar algún mecanismo político para mantener a su gente aglutinada y lo tratará de hacer con esa asociación. Pero ese es una opción de corto plazo y Ebrard está obligado a tomar una decisión de fondo antes de que concluya octubre.
Esto tiene relación también con lo que sucede en Movimiento Ciudadano. Dante Delgado también alargó los tiempos y ha acotado las opciones esperando una ruptura de Marcelo. Como esa opción parece alejarse, como Luis Donaldo Colosio Riojas ha decidido no contender por la presidencia, ante el distanciamiento con Enrique Alfaro (el gobernador de Jalisco donde MC tiene más de la mitad de sus votos), se ha tratado de detonar la opción de Samuel García, el joven gobernador de Nuevo León.
No creo que Samuel se lance: si lo hace, MC perderá el gobierno de Nuevo León porque el congreso, dominado por el PAN y el PRI, y enfrentado con el gobernador, elegirán un interino que sea de los suyos. La licencia de Samuel tendría que ser definitiva, no podría volver al cargo. La apuesta de que se vuelque en torno suyo el voto joven es relativa: funcionó en Nuevo León, pero quién sabe si en el resto del país, particularmente fuera de grandes concentraciones urbanas. Y todo indica que la elección estará, además, cada vez más polarizada entre Claudia y Xóchitl. La suya podría terminar siendo una candidatura, como hace seis años la de El Bronco, testimonial.