La visita del presidente Fox a Washington y Nueva York demostró que el gobierno federal ha superado los titubeos políticos posteriores al 11 de septiembre y ha decidido volver a apostar fuerte en las relaciones internacionales, como dijo el propio Fox, no sólo en una relación de amistad entre las naciones, sino una alianza estratégica que trasciende evidentemente lo meramente comercial.