Enrique Salinas era investigado por la Interpol: Macedo
Columna JFM

Enrique Salinas era investigado por la Interpol: Macedo

El asesinato de Enrique Salinas de Gortari vuelve a poner una nota de violencia, de desestabilización en el proceso político nacional, el mismo día de la destitución de Marcelo Ebrard como secretario de seguridad pública del DF y del almirante José Luis Figueroa como comisionado de la PFP vuelve a surgir una confrontación entre el gobierno federal y el de la capital del país, y esta lejos apaciguarse el enfrentamiento entre el poder legislativo y el ejecutivo.

La muerte, el asesinato de Enrique Salinas de Gortari vuelve a poner una nota de violencia, de desestabilización en el proceso político nacional, el mismo día en que la destitución de Marcelo Ebrard como secretario de seguridad pública del DF y del almirante José Luis Figueroa como comisionado de la PFP, generaba una escalada aún mayor en la confrontación entre el gobierno federal y el de la capital del país y está lejos apaciguarse el enfrentamiento entre el poder legislativo y el ejecutivo.

El caso de Enrique Salinas de Gortari no puede pasar desapercibido o quedar como una estadística más de la inseguridad ciudadana. Ayer en la tercera emisión de Imagen Informativa entrevisté al procurador Rafael Macedo de la Concha y su opinión sobre el caso de Enrique Salinas fue inquietante. Le pregunté al procurador si el caso sería atraído por la PGR o si quedaría en el ámbito de la procuraduría del estado de México. El procurador Macedo me dijo que ya había hablado con su homólogo mexiquense, Alfonso Navarrete Prida, pero además informó que había una investigación solicitada por la INTERPOL sobre Enrique Salinas, por lo que habían pedido a esa instancia internacional que les diera un informe pormenorizado sobre esa situación, sobre esas investigaciones. Esa información la calificó Macedo de la Concha como conformado "con datos muy delicados". Yo prefiero, agregó en procurador Macedo, "en estos momentos reservarlos, son datos que tendremos que dar a conocer, pero por la naturaleza misma del asunto y por otro tipo de situaciones nosotros tenemos elementos para abundar en la investigación…lo que te quiero decir -continuó Macedo- es que sí había investigaciones en otros países sobre el particular, había peticiones de INTERPOL sobre el particular". ¿Investigaciones sobre Enrique? le pregunté al procurador. "Así es, así es y yo esto es lo único que puedo comentar en estos momentos, vamos a ver qué es lo que está ocurriendo".

El dato es inquietante porque entonces si había investigaciones sobre Enrique Salinas de Gortari y si provenían de INTERPOL, quiere decir que estaban relacionadas con otros que se llevaban en otros países y podrían estar relacionadas con manejo de dinero. La familia Salinas dijo ayer, en un comunicado, que la muerte de Enrique se trató de un hecho "delictivo y cobarde", y en este sentido existen algunos datos muy significativos. La desaparición de Enrique Salinas fue reportada por su familia desde el fin de semana en el estado de Morelos (recordemos que Enrique vivía en Cuernavaca); con todo, llama la atención que se hubiera movido sin custodia o siquiera chofer a donde fuera. El crimen se realizó, según los estudios periciales, cerca de la una y media de la mañana del lunes, pero el cuerpo fue encontrado aproximadamente a las diez de la mañana. Según la procuraduría del estado de México, en el lugar donde fue encontrado no se realizó el crimen, lo que implica que debe haber sido trasladado desde otro lugar. El asesinato se produjo por asfixia, con una bolsa de polietileno, lo que implica que debieron intervenir varias personas, por lo menos dos y la falta de muestras de lucha implicaría que tendría que haber sido sorprendido por la espalda y por gente que ya lo tenía reducido o que conocía. No hubo disparos, ni golpes, ni utilización de arma alguna. Nada de esto, obviamente, parece ser el producto de un hecho pasional, fortuito o mucho menos el producto de la inseguridad que se vive en nuestras calles.

Las características del crimen y las aseveraciones del procurador Macedo respecto a las investigaciones internacionales que involucraban a Enrique Salinas, le dan un tono aún más ominoso al asunto y lo colocan potencialmente como desestabilizador, sobre todo si no hay resultados rápidos y creíbles de la propia investigación. Porque, además, se da en un momento especialmente delicado. Como decíamos coincide con la caída de Ebrard de la SSP-DF y del almirante Figueroa de la PFP. No son, ninguno de ellos, personajes menores: si le quedaba un operador de primer nivel en el gobierno capitalino a López Obrador era Marcelo Ebrard y, obviamente, era uno de los principales aspirantes a buscar la candidatura capitalina para el 2006. Podrá, como dijo ayer Ebrard, quedarse trabajando cerca de López Obrador, pero el golpe político sufrido es durísimo. El almirante Figueroa, aunque menos público, no es tampoco un personaje menor. Durante largos años manejó buena parte de las áreas más calificadas de la inteligencia en el país y es un hombre valorado en esa comunidad y obviamente en la Marina de México. La decisión de limpiar casi simultáneamente la estructura de la PFP, dando de bajo a ocho mandos el mismo día de ayer, podría hacernos pensar que en esa instancia finalmente quedará como comisionado el actual jefe de estado mayor, el general Tomás Valencia, un hombre muy cercano al propio secretario de la Defensa, el general Vega García.

Esto ocurre un día después de que se anunciara la creación del virtual equipo de campaña de López Obrador, que encabezan, en los hechos Manuel Camacho Solís y Ricardo Monreal. Y sin duda, Ebrard fue y es, a pesar de su carrera crecientemente autónoma en los últimos, uno de los hombres más cercanos a Manuel Camacho. De todas formas, fuera de esta lectura política, resulta indudable que la salida de Ebrard y Figueroa era esperada desde prácticamente un día después de sucedidos los hechos de Tláhuac, no porque necesariamente ellos hayan sido responsables directos de lo ocurrido, sino porque evidentemente hubo omisiones gravísimas en sus respectivas corporaciones y, además porque no se podría avanzar en la investigación cuando ambas corporaciones y funcionarios están dando versiones radicalmente distintas sobre su participación en lo ocurrido.

Todo esto ocurre el mismo día que Carlos Hank Rhon decide dar un paso atrás en la contienda interna del PRI en el estado de México (donde, casualmente, es el lugar donde aparece el cadáver de Enrique Salinas), no para retirarse de la contienda como erróneamente se ha dicho, sino para garantizar su triunfo: Carlos Hank, luego de registrarse, mostrar sus intenciones, demostrar su peso interno, como no cumple con el requisito de tener un cargo previo de elección popular, puede llegar a la candidatura sólo vía una alianza partidaria. Es lo que construirá en estos días y antes de fin de año, la presentará al propio PRI para garantizar su propia candidatura. Según Hank Rhon no tuvo relación con su decisión, pero apenas un día antes, el ex dirigente priista y precandidato, Isidro Pastor, le habría ofrecido al secretario general del PRD, Carlos Navarrete, el apoyo a ese partido y "300 mil votos" a cambio de una senaduría y de una posición en el equipo de campaña de López Obrador. Ayer en la mañana el propio Pastor negó los hechos (no la reunión) y si alguna vez existió ese ofrecimiento, la propia revelación lo reventó, además de colocar a Pastor a la defensiva en su partido.

Todo esto en un contexto de una crisis en la relación entre el poder ejecutivo y el legislativo, por el presupuesto 2005, que dejará en las manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación una decisión de la cual, probablemente, ninguno de esos actores saldrá, realmente, ganando.
La muerte de Enrique Salinas de Gortari, independientemente de lo que la haya provocado es el ingrediente que faltaba para que este proceso esté recordándonos, nuevamente, al de profunda desestabilización que vivimos en 1993 y 1994. Lucha de grupos de poder que se disputan éste sin seguir ninguna regla, la relación de la delincuencia, los grupos armados y esos mismos grupos en distintas y enfrentadas alianzas; incluso la presencia de muchos de los personajes que participaron en aquella historia y que son los mismos que participan, de una u otra forma, en ésta nos lo recuerdan. La pregunta es si continuará la escalada o si alguien podrá poner orden en una contienda política que parece estar fuera de cauce.

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