El cardenal, las calumnias y las pruebas
Columna JFM

El cardenal, las calumnias y las pruebas

El cardenal Juan Sandoval Íñiguez tiene todo el derecho del mundo de pensar lo que quiera sobre el matrimonio entre personas de un mismo sexo y acerca de la legalidad, otorgada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que esas parejas puedan adoptar hijos si cumplen con los requisitos que se exigen a cualquier otra que desee hacerlo. Sus comentarios, tan agresivos y degradantes, en relación con homosexuales y lesbianas (éstas parece que le molestan menos, vaya uno a saber por qué), sobre todo para un hombre de la Iglesia que parece no haberse enterado de algunos de los escándalos en los que han estado involucrados hombres de esa institución en los últimos años, pueden ser incluso parte de denuncias ante la Conapred, por evidentemente discriminatorios, pero en última instancia son los que muestran la verdadera educación del prelado.

El cardenal Juan Sandoval Iñiguez tiene todo el derecho del mundo de pensar lo que quiera sobre el matrimonio entre personas de un mismo sexo y sobre la legalidad, otorgada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que esas parejas puedan adoptar hijos cumpliendo con los requisitos que se exigen a cualquier otra que desee hacerlo. Incluso sus comentarios tan agresivos y degradantes sobre los homosexuales y lesbianas (éstas parece que le molestan menos, vaya uno a saber porqué), sobre todo para un hombre de la Iglesia que parece no haberse enterado de algunos de los escándalos en los que han estado involucrados hombres de esa institución en los últimos años, pueden ser parte de denuncias ante la Conapred, porque son evidentemente discriminatorios, pero en última instancia son los que muestran la verdadera educación del prelado.

Pero lo que no puede ser aceptado, es que un cardenal diga que la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue sobornada, comprada por el gobierno del DF, para que sacara a favor de éste sus más recientes resoluciones. Se trata de una denuncia gravísima: uno de los dos hombres más importantes de la Iglesia católica está diciendo que uno de los tres poderes de la Unión fue corrompido por el gobierno de la capital del país. Y luego de recibir un voto de censura de la propia Corte y una amenaza de inicio de un proceso penal por parte del gobierno del DF, en lugar de rectificar sus dichos, el propio cardenal, a través de un vocero, aseguró que se mantenía en su dicho y, además, que tenía pruebas de ello.

El cardenal está obligado ahora a mostrar esas pruebas. Habrá que ver con qué sale ahora porque el hecho es que Sandoval Iñiguez está demasiado acostumbrado a declarar impunemente. Lo hace ahora con este tema, y lo lleva haciendo durante años en el caso del asesinato del cardenal Posadas Ocampo (un hombre que estaba en la antípodas de Sandoval Iñiguez en el sentido de la prudencia y la capacidad de diálogo). Una y otra vez el cardenal ha hablado de un complot para asesinar a su antecesor, ha involucrado en ello al ex presidente Salinas de Gortari, a militares, al entonces procurador y luego secretario de Gobernación, Jorge Carpizo, todos coludidos con narcotraficantes, ha hablado de amenazas, testigos, documentos…y nunca ha mostrado nada. Pero nunca fue demandado penalmente por ello. E incluso algunos de los que hoy lo critican le dieron entonces su apoyo, incluyendo a Andrés Manuel López Obrador, quien siempre coqueteo políticamente con Sandoval Iñiguez para contraponerse con el cardenal Norberto Rivera. Los temas y los tiempos han cambiado y parece ser que ahora sí deberá mostrar las pruebas que respalden sus dichos o terminará teniendo que pagar una cantidad importante por difamación.

No se trata de un caso de libertad de expresión como han dicho los integrantes de la Conferencia del Episcopado, o algunos militantes panistas, entre ellos Gabriela Cuevas, que suele tener posiciones mucho más liberales. Se trata de una acusación pública contra uno de los poderes de la Unión y el gobierno de la capital del país. En esta ocasión Sandoval Iñiguez tendrá que responder por sus declaraciones. Adelantaremos un escenario: no mostrará nada que pueda ser acreditado como prueba, tendrá dichos, chismes o cosas similares; se mantendrá en sus declaraciones; esperará que haya una sanción en su contra e inmediatamente después dirá que se trata de una persecución religiosa y tendrá el apoyo del Vaticano. No es así. No se vale.

Por cierto, muchos amigos, lectores, radioescuchas, televidentes, me han hecho llegar un comentario que no deja de ser muy cierto. Está muy bien que Ebrard ante una aparente violación a la ley, inicie una demanda contra el cardenal Sandoval Iñiguez, pero ¿por qué ante las reiteradas violaciones a la ley, agresiones y actos de vandalismo de miembros del SME (y otros por el estilo) el GDF no hace absolutamente nada?.

Poiré a Los Pinos

Alejandro Poiré como ya se ha dicho dejará la secretaría de Gobernación para responsabilizarse en Los Pinos de la coordinación del gabinete de seguridad, una posición que ocupa actualmente Jorge Tello Peón. Alejandro, a diferencia de Jorge (un funcionario que no fue ni remotamente bien aprovechado en todo su talento por el gobierno federal), no es un especialista en temas de seguridad pública y nacional, pero su tarea será mucho más política y administrativa en esa responsabilidad, sobre todo funcionará como un vocero de los temas de seguridad. Tiene todo: preparación, mesura, sentido común, para hacerlo bien y en forma eficiente.

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