La candidatura panista para el 2012
Columna JFM

La candidatura panista para el 2012

Aquel 4 de noviembre de hace dos años marcó la política nacional. En ese avionazo murieron Juan Camilo Mouriño, que era el más cercano colaborador del presidente Calderón, el jefe real de su equipo y su mejor amigo, además de su secretario de Gobernación. Murió José Luis Santiago Vasconcelos, un funcionario con una visión diferente sobre cómo atacar al narcotráfico y con una enorme experiencia en el tema. Murieron hombres y mujeres no tan conocidos pero de una calidad humana indiscutible como Miguel Monterrubio. Pero sobre todo se perdió buena parte del proyecto futuro del calderonismo.

Aquel 4 de noviembre de hace dos años marcó la política nacional. En ese avionazo murieron Juan Camilo Mouriño, que era el más cercano colaborador del presidente Calderón, el jefe real de su equipo y su mejor amigo, además de su secretario de Gobernación. Murió José Luis Santiago Vasconcelos, un funcionario con una visión diferente sobre cómo atacar al narcotráfico y con una enorme experiencia en el tema. Murieron hombres y mujeres no tan conocidos pero de una calidad humana indiscutible como Miguel Monterrubio. Pero sobre todo se perdió buena parte del proyecto futuro del calderonismo.

No es nuevo decir que el presidente Calderón no ha podido reemplazar a Mouriño ni en el andamiaje de su equipo ni en su ánimo. Para un presidente para el cual la lealtad y la confianza son la pieza clave de su operación política interna reemplazar a Mouriño no ha sido fácil y en los hechos, hasta ahora, no ha sido posible. Quien más se acerca a ello es Ernesto Cordero, el secretario de Hacienda, pero en la medida en que se aproxima el 2012, Ernesto tendrá que terminar de confirmar que sí quiere buscar la candidatura presidencial. En un equipo interno que comienza a mostrar fisuras serias, Cordero sigue siendo, en muchos sentidos, el factor de unificación. La duda es si esa condición persistirá en caso de que Ernesto decida buscar la candidatura presidencial.

Porque a estas alturas el problema ya no es reemplazar a Mouriño en el gobierno sino en la candidatura presidencial. En este momento parecen sobrar los postulantes en Acción Nacional quizás porque hay demasiados pocos con posibilidades reales, o porque muchos ven el listón tan bajo que consideran que pueden alcanzarlo con cierta facilidad. Hay panistas que recrean la historia de cómo Felipe Calderón llegó desde atrás a la candidatura y luego a la presidencia pero olvidan el trabajo de toda una vida en el PAN (incluyendo la presdiencia y la coordinación parlamentaria) que esgrimía Calderón para alcanzar ese objetivo.

Hay muchas opciones y pocas certidumbres. Cordero, como decíamos, debe comenzar a dejar en claro, una vez aprobado el paquete económico para el 2011, si buscará o no la candidatura. A mediados del año próximo se deben comenzar a tomar decisiones definitivas al respecto y el tiempo se le agota.

Ahí están Alonso Lujambio y Josefina Vázquez Mota, ambos con aspiraciones legítimas y tratando de armar sus respectivas opciones, los dos con aliados importantes y posibilidades. También Heriberto Félix quien intenta aparecer como una suerte de caballo negro, de candidato no esperado. Santiago Creel buscando la revancha del 2006. Pero me llamó la atención lo que me decía un muy importante priista, de la actualidad y más del futuro, hace unos días en una cena: “los dos únicos en el PAN que nos pueden dar la pelea son Margarita (Zavala) y Javier Lozano”. Una por ser mujer, por su capacidad y por la popularidad indudable que tiene en la población, el otro porque sabe dar las peleas y más importante que eso, ganarlas. Eso me decía mi amigo priista. La pregunta es si es así, si la esposa del presidente contemplará (en un caso que no puede equipararse al de Marta Sahagun, por la historia y trayectoria de Margarita) esa posibilidad que siempre ha negado. Y en su caso si Lozano, que efectivamente sabe dar y ganar las peleas, podrá superar los escollos que se le presentarán por no venir de una larga vida en el panismo.

Pero hay otras opciones, o por lo menos eso se piensa. Mi muy estimado amigo Pablo Hiriart escribió que, pensando en términos del post calderonismo, habría que considerar a Genaro García Luna, el secretario de seguridad pública, pensando en una continuidad similar a la ejecutada en Colombia entre Alvaro Uribe y Juan Manuel Santos. Y también como muchos, piensa que la opción de una alianza antipriista, entre el PAN y un sector del PRD (que no incluiría a López Obrador) está viva y no debería descartarse. Tras los elogios del presidente Calderón a Juan Ramón de la Fuente al entregarle la medalla al mérito médico 2010, muchos comenzaron a reconsiderar esa posibilidad. Y a recordar que el presidente Calderón, en privado, no descarta la posibilidad de tener un candidato independiente, aunque para el 12 todavía no hable de alianzas. Las cartas están sobre la mesa, lo que sucede es que a veces nos engañan con la verdad.

El arzobispo investigador

El arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, ahora considera que Joaquín el chapo Guzmán “es omnipresente, está en todas partes” y señala la mitad de los municipios del estado y todo Zacatecas como el refugio del narcotraficante. Quizás es así, es difícil equivocarse con una señalización tan extensa, pero ¿tiene sentido que el arzobispo haga esa declaraciones?¿si sabe dónde está el Chapo no tendría que hablarlo con las autoridades?¿o simplemente es una búsqueda de notoriedad?

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