¿De qué esta hecho Cordero?
Columna JFM

¿De qué esta hecho Cordero?

Se esperaban más cambios en el equipo de Felipe Calderón. Seguramente se darán hacia fin de año, de acuerdo a cómo se definan las candidaturas presidenciales. De todas formas, los movimientos del viernes, confirman una forma de gobernar y, también, cómo se jugará la sucesión.

Se esperaban más cambios en el equipo de Felipe Calderón. Seguramente se darán hacia fin de año, de acuerdo a cómo se definan las candidaturas presidenciales. De todas formas, los movimientos del viernes, confirman una forma de gobernar y, también, cómo se jugará la sucesión.

La salida de Ernesto Cordero de la secretaría de Hacienda deberá mostrar, finalmente, de qué está hecho como candidato quien es, sin duda, el político más cercano a Felipe Calderón. Cordero es un político honesto, inteligente, preparado y leal, como lo calificó el propio presidente el viernes. El proyecto Calderón, desde que comenzara a vislumbrarse en la primera legislatura de la administración Fox, no hubiera sido posible sin el trabajo de Juan Camilo Mouriño y de Ernesto Cordero. A la muerte de Juan Camilo, Ernesto se convirtió en el ámbito de Los Pinos en “el jefe Cordero” y el presidente le ha encargado las responsabilidades más delicadas, dentro y fuera de sus carteras en el gabinete, como parte de esa confianza explícita. Buena parte del equipo de Los Pinos apoya a Cordero en la búsqueda de la candidatura presidencial y eso constituye un respaldo invaluable para esas aspiraciones.

Sin embargo, hay un espacio, un recorrido que Cordero debe haber solo, es el que ha comenzado a caminar desde el viernes. Un candidato no se inventa, tampoco se puede construir artificialmente. Puede y debe tener inteligencia, capacidad, apoyos, pero se requiere establecer, básicamente, empatía con la gente, con los electores. Hasta ahora Cordero ha sido un funcionario discreto, no es, nunca lo ha sido, un político de masas, nunca se ha presentado como candidato a una elección, realizó la campaña de Calderón, pero es muy diferente hacerlo desde el cuarto de guerra que desde las calles y ante los medios. Por lo tanto, hasta ahora, no sabemos como puede ser el Cordero candidato. Parte en este proceso con una ventaja y con varios escollos a superar. La ventaja es obvia: el presidente no tiene animadversión alguna, al contrario, hacia Josefina Vázquez Mota, quien lidera las encuestas internas, pero no cabe duda que el apoyo de Los Pinos está con Cordero. Pero ahí reside también la mayor dificultad para Ernesto: es el candidato de la continuidad como lo dijo, pero no puede ser el candidato del continuismo. Debe mostrarse y ser un hombre leal a Calderón, pero debe tener un perfil propio, distinto, que permita identificarlo con una personalidad (y generar unas expectativas) distintas a la administración actual.

Eso le falta a Cordero. La gente debe dejar de verlo como el funcionario diligente y debe convertirse en el candidato con una visión propia, diferente del país, si quiere tener éxito. Eso se refleja en las encuestas. Esta muy lejos de Josefina, que sí ha logrado construir un discurso propio. Por supuesto que los números, más en una elección interna como la del panismo, son reversibles, pero se tiene que realizar una labor muy intensa para lograrlo, para entusiasmar con una visión nueva, distinta. Exactamente lo que hizo Felipe Calderón hace seis años para derrotar a Santiago Creel, quien participaba con todo el respaldo del entonces presidente Fox. Es la hora en la que Cordero tendrá que mostrar no sólo que es un funcionario eficiente, sino un candidato competitivo.

Los otros cambios no generan sorpresa. José Angel Córdova Villalobos ha sido, como dijo el propio presidente Calderón, uno de los mejores secretarios de Salud de los últimos sexenios. Cometió errores en sus primeras semanas y tuvo el sentido común para rectificar y asumir una línea de trabajo eficiente, sin protagonismos, basada en la búsqueda de acuerdos y eso le permitió sortear dificultades tan graves como la del virs de la influenza. Pero también encabezar al sector en una época de gran expansión de la oferta de la salud pública. Salvo que el panismo quiera suicidarse es sin duda el mejor candidato para Guanajuato. Llega en su lugar un funcionario joven y que no es médico como Salomón Chertorisky. Es un muy buen administrador y creo que eso es lo que se espera de él en estos 15 meses que restan al gobierno. Lo hizo con eficiencia y sentido en el Seguro Popular y tiene lo necesario para hacerlo en la secretaría de Salud, donde las presiones son mucho mayores. A la administración tendrá que sumar política.

José Antonio Meade era el reemplazante lógico de Cordero en Hacienda. Ha estado en el corazón de los proyectos presupuestales y las leyes de ingresos en los últimos años y paradójicamente en los últimos días hubo quienes se opusieron a su posible nombramiento porque no es militante del PAN. No lo es, tampoco de algún otro partido, pero precisamente por eso es un perfil idóneo para el momento: lo menos que debería querer el gobierno es que se partidizara la economía.

De la llegada de Alejandro Poiré al Cisen ya hablaremos, porque allí sí la designación creo que puede implicar un cambio de rumbo.

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