Obama, Bloomberg y la oportunidad
Columna JFM

Obama, Bloomberg y la oportunidad

New York, 4 de noviembre. Todo lo ocurrido durante la última semana prácticamente ha asegurado la reelección de Barack Obama: pese a los serios problemas que se registran en zonas de Queens, Staten Island y New Jersey, en lo que sería la periferia de la ciudad de Nueva York, lo cierto es que el Presidente estadunidense ha tenido el tino de estar atento a las necesidades de la gente: un día después de que concluyó el paso del huracán Sandy, estaba recorriendo, sin haber siquiera pisado Manhattan, las zonas más afectadas y comprometiendo ayuda. Logró que Michael Bloomberg, el alcalde de Nueva York, un ex republicano millonario, que desde que asumió ese cargo se define como independiente pero que tiene una agenda liberal, muy similar a la de Obama, le diera el apoyo explícito a su candidatura en medio de la crisis (como horas antes se lo había dado Colin Powell). Se está ganando la reelección.

New York, 4 de noviembre. Todo lo ocurrido durante la última semana prácticamente ha asegurado la reelección de Barack Obama: pese a los serios problemas que se registran en zonas de Queens, Staten Island y New Jersey, en lo que sería la periferia de la ciudad de Nueva York, lo cierto es que el Presidente estadunidense ha tenido el tino de estar atento a las necesidades de la gente: un día después de que concluyó el paso del huracán Sandy, estaba recorriendo, sin haber siquiera pisado Manhattan, las zonas más afectadas y comprometiendo ayuda. Logró que Michael Bloomberg, el alcalde de Nueva York, un ex republicano millonario, que desde que asumió ese cargo se define como independiente pero que tiene una agenda liberal, muy similar a la de Obama, le diera el apoyo explícito a su candidatura en medio de la crisis (como horas antes se lo había dado Colin Powell). Se está ganando la reelección.

Lo más grave de la crisis es la combinación de zonas sin energía eléctrica, que no pueden tener calefacción, ni  tampoco combustible, en un contexto climático en el que llegará el martes una ola de frío polar que estaría acompañada por lluvias e incluso nieve en algunas zonas. Obama ha instruido al gobierno a utilizar las reservas estratégicas de combustibles para aprovisionar a la población y tratar de romper ese círculo vicioso antes del próximo martes, precisamente el día de la elección. Durante las horas en que tuvo que suspender su campaña para dedicarse a atender los daños del huracán, otros demócratas, en particular Bill Clinton, lo suplieron y, como corolario, los números de la economía, aunque aún tímidamente, le comienzan a dar la razón: como dijo este fin de semana Obama, el hecho es que su administración lleva 27 meses consecutivos creando empleos. Mientras tanto, Mitt Romney ha tratado de aparecer en escena, de trabajar en los estados que no están afectados por el huracán, pero su impacto parece haber disminuido en forma notable. Si había un momento en que un hombre tan rígido como Romney tenía que mostrarse cercano a la gente era ahora, y nunca lo logró en estos días de emergencia social.

El voto latino, de más está decirlo, está con Obama. Sin embargo, muchos paisanos tendrán dificultades para votar porque simplemente están demasiado ocupados en reconstruir sus hogares y llegar a sus trabajos, lo que aún les lleva mucho más tiempo de lo habitual por los daños en el servicio de transporte, pese a que más de 80 por ciento del servicio del metro se ha recuperado. La comunidad latina, y en particular la mexicana, ha sido de las más afectadas por el huracán, pero también, aunque parezca una paradoja, puede terminar siendo una de las más beneficiadas en esta región del país, porque la labor de reconstrucción requerirá de mucha fuerza de trabajo y esa labor tendrá que darse con los inmigrantes, sobre todo con los latinos y particularmente los mexicanos. Tanto el alcalde Bloomberg como el propio presidente Obama, han tratado de comunicarse con la comunidad latina en español, y en el caso del alcalde casi todas sus intervenciones las termina dirigiéndose directamente a su auditorio en español. Además, ha dicho que Nueva York es una tierra de inmigrantes, que necesita la migración y la política explícita en toda esta zona es erradicar las persecuciones que se han dado en estados como Arizona. En esta lógica, pasada la emergencia, se prevé que la comunidad latina tendrá mayor presencia y reconocimiento en toda la región.

Finalmente llaman la atención varias cosas, que no dejan de ser significativas. Primero, pese a que hay zonas, incluso del bajo Manhattan, que estuvieron sin energía eléctrica 72 horas, y algunas en la periferia aún no la recuperan, no ha habido, por lo menos no existen hasta ahora reportes de saqueos o pillaje, el comportamiento social en ese sentido ha sido ejemplar. Segundo, que la ciudad, como decíamos el viernes, ni remotamente está destruida. Hay quienes han hecho comparaciones con el grado de destrucción que ocasionó Katrina en New Orleans pero esa comparación simplemente no es posible, estamos hablando de parámetros completamente diferentes (lo que sí se puede comparar es la preocupación y atención que prestó Obama a la contingencia, comparada con el desinterés y la desidia que tuvo Bush ante Katrina). Y no hubo maratón de Nueva York ayer domingo porque a última hora el alcalde Bloomberg decidió cancelarlo, a pesar de que consideraba que había condiciones para hacerlo, por la preocupación existente en distintos sectores, sobre todo por la falta de combustible y la acumulación de basura, pero ha habido juego de la NBA, de la NFL, los comercios en la Quinta Avenida están abarrotados y en pleno Rockefeller Center funciona un Centro por la Democracia que sería un objeto de deseo para cualquier operador o comunicador político. La tragedia de Sandy en Nueva York es una realidad, la pujanza con que la ciudad la dejará rápidamente atrás, también.

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