12-02-2015 La detención de Mateo Aguirre Rivero, hermano y principal operador del gobernador con licencia Angel Aguirre, debería ser el capítulo final, por lo menos en la historia de la izquierda mexicana, de una serie de personajes que sólo pueden calificarse como impresentables. Nunca se entendió muy bien qué hacia Angel Aguirre en un partido como el PRD, donde fue candidato cuando el PRI no le dio esa posición, pero mucho menos porqué ese partido decidió tratar de sostenerlo y respaldarlo hasta el día de hoy.
La trama construida por Mateo Aguirre con otros familiares y funcionarios públicos del gobernador les permitió, en dos años, desviar, por lo menos, 287 millones de pesos del presupuesto estatal a cuentas personales, a través de empresas fantasma. Una red de esas características, donde intervienen todo tipo de instituciones públicas en el estado, no puede construirse sin el conocimiento del propio gobernador: argumentar que no se sabía nada es tan ilógico como decir que nada se sabía de los nexos de los Abarca con los Guerreros Unidos, del exponencial crecimiento de la siembra de amapola y la operación de laboratorios clandestinos para la producción de heroína durante la corta administración de Aguirre, o desconocer que el financiamiento que se otorgaba desde el gobierno estatal a las policías comunitarias terminaba, en realidad, en las manos de grupos cercanos al ERPI y otras organizaciones armadas. Todo eso y más conocía, sabía, y participaba, la administración estatal. Tenía toda la razón Armando Ríos Piter cuando rechazó la candidatura del PRD en Guerrero, porque su partido le exigía un acuerdo con Aguirre. Si hubiera aceptado hoy sería un cómplice más de una trama incalificable.
La caída de todos estos personajes ligados al hermano del gobernador con licencia, debe acabar también con la candidatura de Angel Aguirre Jr. a la alcaldía de Acapulco, como también con la de Sofío Ramírez, cercanísimo a Aguirre desde los tiempos en que ambos eran priistas, al gobierno del estado. Una izquierda en plena debacle en Guerrero, con las historias de los Aguirre, los Abarca, los Pineda, los Mazón y muchos otros que simplemente han explotado en su beneficio y durante años los recursos del estado con mayor pobreza, mayor desigualdad y violencia del país.
Por otra parte, el sábado, en su consejo nacional el PRD decidirá si ratifica la candidatura de Marcelo Ebrard como diputado federal. Nadie puede discutirle a Ebrard su inteligencia, pero tampoco una soberbia política que lo ha dejado tan lejos de sus aspiraciones reales. El caso de la Línea 12 lo perseguirá siempre porque simplemente no tiene respuesta posible que no pase por la corrupción o la incapacidad. No se puede gastar 47 mil millones de pesos en una obra y que ésta no funcione, pero más allá de eso, que se haya construido con tal cúmulo de irregularidades y transas. ¿A poco el jefe de gobierno no sabía que el encargado de la obra era hermano de uno de los encargados de construirla o que el que diseñó la obra terminó certificando desde la IP su “buen funcionamiento”?¿no sabía cómo, a quién y con qué características se habían comprado los trenes o porqué se cambió el proveedor, otorgando por adjudicación directa un contrato de casi mil millones de dólares (en dólares cotizados a 16 pesos)?¿no averiguó porqué la obra estaba costando tres veces más de lo originalmente presupuestado?. No sé si Ebrard tiene responsabilidades penales en el tema de la L12, pero sin duda tiene responsabilidades políticas y la izquierda, el PRD no puede hipotecar su futuro a una candidatura para terminar defendiendo un negocio fraudulento. Ebrard no tuvo ni tres por ciento de los votos en el proceso interno del PRD, ha estado coqueteando con Morena y Movimiento Ciudadano desde hace meses. Ha amenazado con dejar el PRD desde que se firmó el Pacto por México. Ahora ante la crisis quiere fuero vía el PRD. ¿Para qué se lo dan?¿porqué no lo invitan a que ese refugio, y ese costo, lo asuman sus verdaderos aliados?¿o será que estos ya no lo quieren pagar?.
Mientras tanto, la historia de los negocios y las propiedades de José Murat Casab puso en la palestra a otro de los muchos hermanos incómodos de la política nacional, Karim Murat, propietario de negocios y el hombre que se encargaba durante sus años de gobernador, como Mateo con Aguirre, de la operación cotidiana. Los datos presentados por el New York Times son demoledores, involucran a toda su estructura familiar y acabarán con las aspiraciones de su hijo Alejandro (hoy director del Infonavit, apreciado por el presidente Peña y un hombre sin duda con mejor entraña que su padre) para el gobierno de Oaxaca. Murat Casab no tendrá probablemente ningún castigo penal por estos casos, pero el costo político no puede ser asumido por el presidente o por su partido. Ya bastante ha pagado siguiendo la estrategia que el propio Murat diseñó para tratar con la sección 22.