17-02-2015 Existe, es una realidad insoslayable, un marcado desaliento en la sociedad, abrumada por la multiplicación de casos de corrupción. Dicen que el desaliento es el suicidio del corazón, pero puede serlo también de una sociedad. Pero así como el corazón es un músculo muy elástico, diría Woody Allen, la sociedad se resiste a creer que la corrupción es, simplemente, una forma de cultura. Y comienza a castigarla, aunque sea políticamente.
Los partidos han comenzado, tarde, a comprender la trascendencia del tema. Y eso se comienza a expresar en las candidaturas. Si Marcelo Ebrard, René Bejarano y Angel Aguirre Jr. no son hoy candidatos por el PRD es porque ese partido comprendió que no puede seguir pagando el costo de tantos escándalos acumulados. Más allá de que Ebrard hace tiempo que está con el ánimo y las convicciones fuera del PRD, la herida de la Línea 12, como hemos dicho, pasará mucho tiempo, si es que eso alguna vez eso sucede, para que cicatrice. En la Línea 12 hay responsabilidades penales y políticas. Y ningún partido puede cargar con ese peso.
De René Bejarano es imposible olvidarse. Hay muchas cosas por las que sería condenable: desde los negocios en la construcción de viviendas populares hasta su participación en el control de ambulantes y otros grupos clientelares en la ciudad, pero ninguno como la exhibición de Bejarano llevándose hasta las ligas con que estaba fajado el dinero en las oficinas de Carlos Ahumada. Bejarano y su corriente están en un franco descenso en el perredismo, pero tampoco pareciera que exista demasiado entusiasmo en Morena para hacerse con sus servicios. Los costos de hacerlo diputado eran mucho mayores que vetarlo.
La candidatura de Angel Aguirre Jr. para Acapulco, era un sinsentido desde que se presentó la opción. La detención de la red de corrupción de Aguirre en el estado ha acabado con la candidatura del hijo y esperemos que también con la red política que la sustentaba. Por lo pronto, tampoco Sofío Ramírez será candidato del PRD a gobernador en Guerrero. Se optó por Beatriz Mojica que habiendo sido cercana a Aguirre, no tiene un sello tan indeleble como Sofío, que acompañó a Aguirre en su salida del PRI, en su gobierno pseudo perredistas y ahora, seguramente, en la búsqueda de algún otro espacio político.
Las elecciones internas del PAN en Nuevo León, han sido, una vez más, la demostración de que en ese partido se equivocan quienes creen que tienen el control y la hegemonía por encima de la militancia y de que las denuncias de corrupción no generan costos. Para el grupo de Gustavo Madero ha sido una gran derrota que en ese estado la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, apoyada por la cúpula partidaria, con amplios recursos de todo tipo para llegar a la candidatura para gobernadora del estado, haya sido derrotada en comicios abiertos por Felipe de Jesús Cantú, un hombre con amplia carrera en el estado pero que tenía, hasta hace algunas semanas, una enorme distancia con Arellanes. Pero el domingo le ganó con amplitud.
¿Por qué ganó Cantú contra la maquinaria estatal y federal de Arellanes?. Por varias razones, primero porque Cantú no tiene en su contra acusaciones de corrupción o de relaciones sospechosas, con los Rojas Cardona y todo el grupo de Larrazábal, como Arellanes. Segundo, porque el panismo estatal quiere recuperar a su partido y a los suyos, luego de renuncias dolorosas como la de Rogelio Sada Zambrano o Fernando Elizondo. Tercero, porque eso hizo romper con Arellanes a dos poderosos grupos locales: el llamado San Nicolás (por el control en ese y otros municipios) y el panismo de San Pedro, que lleva como candidato a Mauricio Fernández, un hombre controvertido, complejo, pero que tiene tanto arrastre como recursos materiales y políticos detrás suyo. Y en San Nicolás y San Pedro la gente salió a votar masivamente por Cantú y contra Arellanes. Todo un entramado oscuro se está derrumbando en Nuevo León.
En San Luis Potosí, nadie hubiera pensado que Alejandro Zapata Perogordo, un hombre cercanísimo a Santiago Creel y a Madero, iba a tener tantos problemas, pero hoy está a punto de perder la elección contra Sonia Mendoza, una candidata local que si se confirman las tendencia, ganará la candidatura basada sólo en su fuerza local. Y en recordar la participación de Zapata en aquella fiesta en Puerto Vallarta, ligada a la historia de los “moches” presupuestales. La diferencia es muy pequeña, y todavía podría recuperarse Zapata Perogordo, pero todo indica que Sonia se quedará con la candidatura.
Y en el PRI, ya lo hemos analizado, si alguien pensaba que Alejandro Murat podría pelear la candidatura en Oaxaca luego de la publicación del New York Times, no sólo se equivoca, sino que no sabe el impacto que ha tenido esa información en la sociedad y en el estado. Alejandro quizás pueda reconstruir su carrera, pero la gubernatura en el 2016 ya se le escapó.