10-03-2015 Si bien existe un operativo especial en marcha desde ya varios meses, el gobierno federal deberá redoblar su atención respecto a la situación que se vive en algunas zonas de Tamaulipas, sobre todo en Matamoros.
Los resultados del operativo tamaulipeco han sido, hasta ahora, disparejos en la entidad, dividida para ese objetivo en cuatro regiones, con cuatro mandos de seguridad diferentes entre los que la coordinación no siempre ha sido efectiva. Hay regiones del estado que han tenido avances muy importantes en seguridad y otros, como Matamoros, donde continúan los problemas, agravados por la ruptura interna de los cárteles hegemónicos en la región (Golfos y Zetas, enfrentados entre sí, pero también con distintas fracciones internas) lo que presumiblemente se podría agudizar con la caída de Omar Treviño, el Z 42.
El hecho es que no hay un mando claro en ninguno de los grupos criminales en la región porque, ante los constantes golpes que han sufrido, se han balcanizado, pero siguen siendo grupos muy violentos, con fácil acceso a recursos y armas y con una suerte de retaguardia en Texas, donde se plantean muchas medidas para frenar la migración, pero pocas para romper las redes de tráfico de armas, drogas y lavado de dinero de esas bandas criminales, un tema del que se habla poco pero que afecta mucho. La situación de la región, la necesidad de reforzar la coordinación y el panorama de los grupos criminales fueron algunos de los temas que se trataron días atrás durante la visita al estado del gabinete de seguridad encabezado por el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong con el gobernador Egidio Torre Cantú.
La violencia ahí está y en muchas ocasiones tiene mensajes contradictorios. El domingo, la alcaldesa de Matamoros, Norma Leticia Salazar Vázquez, sufrió un atentado, cuando el convoy que la transportaba fue agredido a balazos poco antes de llegar a su domicilio. Ella resultó ilesa, porque la unidad en la que viajaba era blindada. Hay ya cuatro detenidos por estos hechos, pero lo que demuestra la dinámica de la situación local es que los atacantes no iban por la alcaldesa, sino que confundieron a sus custodias con un grupo delincuencial rival.
El mismo día, se informó que elementos militares fueron agredidos por personas armadas en una parcela del poblado Río Rico, también en Matamoros. Dos de los atacantes murieron cuando los militares respondieron el fuego. Pero lo que escenifica perfectamente bien lo que ocurre en esa región fue la forma en que se dieron los hechos. La patrulla militar fue a ese poblado porque tenían reportes de balaceras en la zona. Cuando llegaron resultó que se trataba de dos grupos de delincuentes enfrentándose entre sí a balazos. Cuando vieron a los militares, además de enfrentarse entre sí, atacaron a los soldados. Dos de los delincuentes murieron, otros huyeron y en el lugar se aseguraron armas largas, cargadores y granadas.
El hecho es que en toda esa zona de la frontera se tendrán que redoblar esfuerzos por muchas razones, entre ellas por la seguridad cotidiana de las personas y los bienes, pero también porque buena parte de las obras e inversiones relacionadas con la reforma energética pasarán por Tamaulipas, tanto por la explotación de yacimientos de gas, como por el paso de ductos y por la explotación de yacimientos en aguas profundas en el Golfo de México.
Medina Mora y la Corte
En el Congreso, tanto en senadores como en diputados, viene una semana agitada. Hoy mismo se supone que se tendrá que decidir entre la terna enviada por el presidente Peña al reemplazante del ministro Sergio Valls para la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Si prima la sensatez y el sentido político, como ocurrió con la designación casi por unanimidad de Arely Gómez para la procuraduría, Eduardo Medina Mora tendrá que ser el nuevo ministro de la Corte.
Los ataques en contra de Medina Mora resultarían desconcertantes por errados y malinformados sino fuera porque tienen una evidente intencionalidad política. Decir, por ejemplo, que Medina Mora fue responsable del operativo rápido y furioso implementado por autoridades estadounidenses para ingresar armas a México supuestamente para darle seguimiento, es absurdo: ese fue un operativo realizado por la ATF sin informarle al gobierno mexicano (e incluso con desconocimiento del propio secretario de Justicia de la Unión Americana, Eric Holder), de lo que hay amplia constancia pública, aquí y en Estados Unidos. Insisto en un punto, Medina Mora es un funcionario público capaz, inteligente, honesto y eficiente, y lo ha demostrado tanto en su paso por las áreas de inteligencia, seguridad y procuración de justicia, como por las embajadas en Londres y Washington. Merece ser ministro de la Suprema Corte.