Mentira, propaganda y campaña
Columna JFM

Mentira, propaganda y campaña

20-04-2015 Estamos inundados de propaganda, pero de mala propaganda electoral. En ocasiones se presenta como tal pero en muchas otras, simplemente, se miente, se difama, se trastocan los hechos. No es un problema de ideología, es una forma de hacer y entender la política. Dice Tzvetan Todorov que “las afirmaciones hechas durante una campaña política no tienen como objetivo la búsqueda de la verdad, sino contribuir a la conquista del poder.” Nadie debería asustarse por ello, pero sí deberíamos ser conscientes de que cuando hablamos de  propaganda no estamos hablando de información real, tampoco de una investigación política o periodística, sino, en el mejor de los casos, de una deformación de la misma, y en muchos otros de simple difamación.

Los spots son lo más evidente en este panorama. Los de la actual campaña electoral están llenos de medias verdades o mentiras absolutas. Veamos algunos ejemplos evidentes: es tan falso, como dice el PAN, que el presidente Peña haya llevado 230 invitados a su gira a la Gran Bretaña (los invitados fueron un puñado y siempre ha sido así en las giras presidenciales, desde los tres o cuatro últimos sexenios) como que los panistas, así, en general y como dice el PRI, utilizan pornografía infantil. Se puede o no estar de acuerdo con él, pero no es verdad que el PRD sea un partido corrupto, como dice Morena, sin asumir, además, que muchos de los que están en Morena fueron parte del supuesto ejercicio de corrupción de ese partido. No es verdad que  el partido Verde sea el maldito del sistema de partidos, es tan bueno o malo como los otros, lo que sucede es que el Verde, guste o no, ya está por encima del 11 por ciento y eso rompe equilibrios políticos y agrega un invitado a la repartición de poder.

No aumentó el precio de la energía eléctrica como dice algún spot que asegura que “nos los advirtió”, en realidad ha bajado su costo, y tampoco la caída del precio del crudo es responsabilidad alguna del actual gobierno federal, como la crisis financiera del 2008-09 no fue responsabilidad del anterior. Es verdad que la gasolina es más cara en México que en Estados Unidos pero durante años fue al revés, porque aquí el precio de la gasolina está controlado por el Estado y son los mismos que utilizan su precio como propaganda los que se opusieron a que se liberara el mercado de combustibles. Hoy la gasolina es un factor de equilibrio fiscal, su precio se define en el presupuesto que aprueba el congreso.

No es verdad que se pueda hacer campaña electoral en muchas zonas del país sin utilizar aviones o helicópteros (y eso se aplica a Michoacán y también a Sonora). No se trata sólo de comodidad. Allá, a comienzos de 1994 intentó hacerlo Luis Donaldo Colosio, en su malograda campaña electoral: fue un desastre, al acto de inicio de campaña llegó cuatro horas tarde porque su comitiva, en camioneta, se perdió, con el candidato incluido, en la sierra de Hidalgo. La gente, la que no se enfermaba por las horas de espera bajo el sol, se preguntaba porqué diablos el candidato no llegaba en un helicóptero. No es un delito utilizar un helicóptero para una campaña electoral (Aureoles o Pavlovich), pero sí lo es usarlo para viajar con la familia al aeropuerto (Korenfeld) y más grave aún es la intervención ilegal de llamadas telefónicas (como sucedió con la propia Pavlovich) para usarlas como propaganda.

No se está diciendo la verdad cuando se atribuye a un funcionario (Osorio) ser propietario de dos casas, y cuando se aclara que las mismas son rentadas, alegar que se “omitió” la información sobre cómo se “pretendía” comprar esas casas. No se puede acusar, antes de que ocurran los hechos, a un gobernador (Velasco), de organizar una boda para mil 500 personas, cuando los propios interesados están anunciando que será un evento familiar.

Dice Noam Chomsky que “la propaganda es a una democracia lo que la coerción a un estado totalitario”. Y eso es lo que estamos viviendo.

Fin de semana en el DF

Marcelo Ebrard, quien sabe si todavía candidato de MC, está impedido para serlo porque ya fue precandidato del PRD, decidió apoyar a Ricardo Monreal en la delegación Cuauhtémoc. Entonces, lo juntó, el sábado, con sus constructores de cabecera para que apoyen al dirigente de Morena. A su vez, Monreal buscó a René Bejarano y lo juntó con López Obrador, para organizar apoyos mutuos. Son todos del mismo equipo, trabajan, desde siempre, juntos.

 
 

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