10-07-2015 Hay que reconocer que el líder de la sección 22 de la Coordinadora, Rubén Núñez, por lo menos en una cosa ha dado una respuesta sincera. Interrogado sobre el salario de poco más de 100 mil pesos mensuales que recibe ocupando dos plazas de maestro y sin haber dado clases desde hace muchos años, respondió que él no cobra por dar clases sino por hacer política. Y eso es lo que hace: política, no sindicalismo; su agenda no es magisterial, es política; no defiende a los maestros ni mucho menos la educación, defiende su agenda.
Tan ocupado está en sus objetivos políticos el señor Núñez y es tan desprendido de las cosas materiales que reconoce que tampoco sabe cuánto gana, porque no trae consigo “los talones de depósito”, aunque cree que es cerca de 13 mil pesos quincenales. En realidad gana poco más de 100 mil, según la nómina que la propia CNTE, vía el Instituto de Educación Pública de Oaxaca, envía a la SEP. Dice que él está comisionado por su sindicato pero no explica porqué, si está comisionado, debe ocupar dos plazas simultáneas.
Miente Núñez cuando dice que los ataques que sufrieron los maestros el fin de semana pasada, cuando los que se presentaron a la evaluación fueron vejados, agredidos, rapados, fue producto de infiltrados. Esos ataques están plenamente documentados y la simple comparación con las prácticas nazis, de los guardias rojos, del Estado Islámico, pone en su justa dimensión la “política” que realiza el señor Núñez pagada generosamente por nuestros impuestos.
La Coordinadora está llegando, si no es que ha llegado ya, al límite de la paciencia social. Según una encuesta de Parametría, de Francisco Abundis, de junio pasado, existe un consenso inédito (casi imposible de encontrar en cualquier otro tema): el 90 por ciento opina que los maestros sí deben ser evaluados. El 61 por ciento de los encuestados opina que este grupo de maestros se opone a la evaluación por falta de conocimiento, de capacitación, de actualización y un 23 por ciento opina que simplemente lo hacen para no perder privilegios. O sea un 84 por ciento considera que se oponen a la evaluación simplemente por defender sus intereses personales o por incapacidad. Un porcentaje muy similar, nada menos que el 85 por ciento, opina que se debe sancionar a los maestros que no quieren ser evaluados. Cuando se pregunta de qué forma deben ser sancionados, un 32 por ciento opina que deben tener una “suspensión definitiva”, un 25 por ciento dicen que una sanción económica, el 18 por ciento que debe haber una suspensión temporal, el 10 por ciento dice que se debe publicar los nombres de los maestros que no quieren ser evaluados.
La gente está harta de los líderes de la Coordinadora, incluyendo muchos de sus afiliados que están allí por presiones económicas (salarios, prestaciones, apoyos que son manejados por la propia CNTE). Pero incluso esos instrumentos los están perdiendo: hasta ahora muchas familias, unas 490 mil, dependen indirectamente de la Coordinadora porque en los programas de Prospera, para cobrar los apoyos, se requiere la firma de los maestros que certifiquen que los niños asisten a la escuela. Si esas familias no apoyan a la Coordinadora allí donde ella tiene la hegemonía, estos “maestros” simplemente no firman los certificados y la familia se queda sin el apoyo de Prospera, un apoyo que en muchas ocasiones es, simplemente la diferencia entre comer o no ese mes. Ese chantaje si no se ha acabado ya está a punto de ser erradicado. Los apoyos ya no pasarán por la firma de los maestros en los lugares donde no se pueda hablar de una normalidad educativa.
El tiempo del señor Núñez y sus cómplices se está agotando porque, más allá de gobiernos, federales o locales, los que están hartos de estos grupos son las familias. Nadie puede imponer su agenda política (y cobrar muy bien por ello con base a recursos públicos) con el rechazo del 90 por ciento de la población.
EPN en París
Hoy iniciará el presidente Peña una visita de Estado a Francia donde será, además, el invitado de honor del gobierno de Francoise Hollande a las celebraciones del 14 de julio, un evento donde, junto con los elementos de las fuerzas armadas francesas, en el tradicional desfile de los Campos Eliseos, participará un destacamento de las fuerzas armadas mexicanas. Es la primera vez que un presidente mexicano es el invitado de honor a las celebraciones del 14 de julio. Y es la primera vez que un presidente latinoamericano tiene esa distinción. Nunca antes un mandatario latinoamericano había sido el invitado de honor. Y nunca antes tampoco había coincidido esa celebración con una visita de Estado, como la que iniciará Peña. Es una deferencia notable del gobierno francés, luego de varios años, en el pasado, de relaciones tensas como consecuencia del caso Cassez. Hoy el panorama es otro, y ello se refleja en gestos tan importantes como éstos, pero también en una relación económica y comercial inédita.