12-10-2015 Nicolás Mollinedo, el nuevo director de los Servicios de Limpia de la delegación Cuauhtémoc, es un personaje que, según el delegado Ricardo Monreal, es de su entera confianza. Pero Nico se ha convertido en el primer gran error del exgobernador de Zacatecas en su carrera hacia el gobierno del Distrito Federal en el 2018.
Todos recuerdan a Nico, aquel chofer del Tsuru de Andrés Manuel López Obradorque luego se descubrió que ganaba más de lo que, supuestamente, ganaba el entonces jefe de Gobierno. Para enmendar aquel error, luego se dijo que, además de sus funciones como chofer, Nico se encargaba, también, de la seguridad deLópez Obrador y era una especie de asistente especial de éste. En realidad se ocupaba de muchas de las actividades oscuras que el propio Andrés Manuel no podía realizar.
Pero la época del Tsuru quedó atrás y desde hace tiempo Andrés Manuel se transporta en camionetas y tiene su propio cuerpo de seguridad, y Nico conducía, pasada la elección del 2006, un Mustang rojo por las calles de la ciudad. Y comenzaron a llegarle negocios muy lucrativos, pero, también, significativamente oscuros.
El primero importante fue la concesión de alimentos de la cárcel del municipio de Benito Juárez, donde se encuentra Cancún, en cuanto asumió la presidencia municipal el entonces perredista Gregorio (Greg) Sánchez, luego detenido acusado de relaciones con el cártel de Los Zetas, liberado y más tarde, otra vez, acusado de lavado de dinero y relación con el narcotráfico por actividades ligados a esos grupos en Argentina. El hecho es que Greg designó como director del penal de Benito Juárez, al exjefe de seguridad de Andrés Manuel López Obrador, Marco Mejía López, un subordinado de Nico y éste le otorgó la concesión de alimentos de la cárcel municipal a Nico, mejor dicho a las empresas de sus hermanos que, por supuesto jamás se habían encargado ni remotamente de algo parecido.
Por supuesto, no hubo licitación alguna: se trató de una “licitación (tan) restringida” que la única empresa que participó fue la ganadora. Se llamaba Tabana Banana SA de CV, y sus accionistas eran Rafael Fernando Marín Mollinedo y María Amada Mollinedo Valencia, con 20 por ciento y 80 por ciento de las acciones, respectivamente. La empresa ganadora del contrato tendría ganancias por 17 millones de pesos al año y el responsable de su comité de vigilancia era el propio Nicolás Mollinedo.
Pero el 3 de febrero de 2009 comenzaron a complicarse la cosas para Sánchez, Mollinedo y Mejía. Fue designado secretario de Seguridad Pública del municipio el general (acababa de pasar a retiro) Manuel Enrique Tello Quiñones, que había sido un muy eficiente jefe militar en Michoacán, con Lázaro Cárdenas Batel. El propio general Tello había sido injustamente acusado y detenido en su momento por la muerte de cuatro jóvenes de la colonia Buenos Aires, en el Distrito Federal, un proceso manipulado, pero que fue clave para el triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas en la Ciudad de México en 1997.
En la noche del 2 de febrero del 2009, el general Tello fue presentado, en una cena con todos los principales mandos policiales y de seguridad del municipio, en uno de los restaurantes más emblemáticos de Cancún. Terminando la cena, en el estacionamiento, al general y su ayudante se le acercaron un grupo de sus comensales. Los secuestraron. Se los llevaron a la cárcel municipal de Benito Juárez donde fueron salvajemente torturados. A la madrugada siguiente sus cuerpos fueron arrojados en la carretera que une Cancún con Mérida.
Hubo numerosos detenidos por ese crimen, en muy buena medida por la investigación realizada por fuerzas militares (en ese momento el general Tello era el mando militar de mayor nivel muerto por el narcotráfico) y por la Procuraduría General de la República. Uno de los detenidos fue el director del reclusorio, Marco Mejía López.
Mejía López antes de ser director del reclusorio municipal había sido el titular de la Subdirección Operativa y de Servicios del Gobierno del Distrito Federal, que dependía de la Coordinación de Logística, a cargo de Mollinedo. Cuatro años después, Mejía López abandonó el penal de alta seguridad de El Rincón, en Nayarit. A pesar de los testimonios en su contra de los sicarios que mataron al general Tello y que se comprobó que el general había sido secuestrado y torturado dentro del reclusorio, un juez consideró que no había suficientes pruebas contra Mejía. Su defensor fue el mismo que lo había ordenado detener,Rodolfo de la Guardia, poco después, él mismo detenido, por la llamada operación limpieza en la Procuraduría General de la República. De la Guardiatambién quedó en libertad tiempo después.
Mollinedo regresa ahora con Ricardo Monreal a hacerse cargo de la dirección de Servicios de Limpia, un puesto con poco glamour, pero clave como bien lo supo el propio Andrés Manuel López Obrador y sobre todo Marcelo Ebrard, en su momento, para hacer amarres con sectores tan poderosos en la capital como los de recolectores de basura. Son cinco líderes, el más importante de ellos Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre.