Cuatro desafíos, del EI a la UNAM
Columna JFM

Cuatro desafíos, del EI a la UNAM

17-11-2015 EL DESAFÍO GLOBAL. El grupo terrorista Estado Islámico implica un desafío global que debe tener una respuesta global. Es muy fácil decir que las bombas no son la solución, como alguno ha dicho, y asumir que se trata de un proceso histórico, que debe ser entendido como tal. Por supuesto que no son el único recurso, pero como dijo el presidente francés François Hollande, no se trata de contener al Estado Islámico, sino también de destruirlo, por la política, por la inteligencia, por las armas, por la convicción.

Suena muy dura la declaración de Hollande, pero tiene razón. Durante una década, el mundo trató de contener a los nazis, de integrarlos a una lógica política global y el fracaso costó una guerra mundial y millones de muertos y destrucción. El Estado Islámico no lucha por un cambio político, sino por destruir una forma de civilización, por imponer un mundo que desapareció hace ya diez siglos. No se le puede permitir.

¿Cómo se integrará México en esa solución global al desafío que impone el Estado Islámico? En primer lugar garantizando la seguridad de nuestras fronteras, y en ese sentido hay mucho por hacer todavía en la frontera sur (el corredor transpeninsular que se planea construir entre Coatzacoalcos y Salina Cruz es clave en ese sentido) y también en la norte, pese a que la colaboración establecida desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 han permitido que esa frontera haya estado, hasta ahora, inmune a golpes terroristas. Pero ese es desafío que siempre hay que vivir al límite.

Segundo, con una diplomacia vigorosa en el G20 y en otros foros globales. Eso no significa intervenir militarmente, sino convertir a la diplomacia mexicana en un interlocutor de distintas posiciones y naciones en busca de caminos comunes ante enemigos comunes. Aunque es indudable que México deberá coincidir, por lo menos, en las grandes líneas, con la política exterior de Estados Unidos y Canadá. En el caso de Francia, es más que obvio que se le debe brindar todo el apoyo y la solidaridad posibles, sin regateos de ningún tipo, hay que aprender, en ese sentido, de los errores cometidos en el 11-S.

El DESAFÍO EDUCATIVO. El fin de semana se realizó la primera etapa de la evaluación educativa. Participaron 98 por ciento de los maestros convocados, aunque la fecha de la prueba magisterial en los estados más conflictivos se movió para garantizar la seguridad de los participantes, y se realizará en diferentes momentos de aquí al 13 de diciembre. No es un tema menor: es el capítulo clave de la Reforma Educativa, sin un magisterio que garantice mayor calidad en la enseñanza no habrá avances. Lo sabe la sociedad, lo saben los maestros, lo sabe el gobierno y lo saben, también, los dirigentes de la Coordinadora, cuya base de poder está íntimamente ligada a conservar un magisterio clientelar basado en intereses de grupo que nada tienen que ver con la educación. No necesitamos más maestros, necesitamos mejores maestros, no necesitamos más recursos para el sector, necesitamos que se apliquen correctamente, no necesitamos más escuelas, necesitamos mucho mejores escuelas y equipos.

 

El DESAFÍO DE LA UNAM. Hoy asume la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México, el doctor Enrique Graue. Es una posición de enorme responsabilidad política y social, pero si bien mucho se avanzó en la Universidad Nacional durante la gestión del doctor José Narro, es mucho todavía lo que hay que hacer en un mundo que está cambiando a una velocidad vertiginosa. El doctor Graue fue designado por la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México porque implicaba, se dijo, una forma de continuidad que también garantizaba cambio. Eso es lo que tendrá que ofrecer y sacar adelante: no se puede quedar solamente en las líneas de continuidad porque ello, a la larga significa, retroceso. Tampoco se puede cambiar sin tener continuidad. Graue tiene que impulsar cambios profundos que no rompan el andamiaje tan delicado que sostiene a la Universidad, pero tiene que saber que sin afectar intereses no puede haber cambio.

Por cierto, hay que agradecerle a José Narro el enorme trabajo realizado. Y habrá que esperar que en el amplio escenario político futuro del país tenga el lugar que se merece.

 

El DESAFÍO DE LA IGLESIA. Es un enorme error el que cometió la Arquidiócesis de la Ciudad de México realizando un ataque tan duro como injusto contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación, utilizando el caso del amparo sobre la mariguana para golpear la labor de la Corte y pidiendo límites a su autonomía. Se puede coincidir o no con ese fallo o con otros, pero lo que no se puede ignorar es que la Corte ha jugado un notable papel de equilibrio entre poderes que ha contribuido en fortalecer la gobernabilidad del país. La autonomía de la Corte, que es lo que se quiere coartar, es lo que garantiza que pueda cumplir ese papel. Es un error y una enorme irresponsabilidad. La Arquidiócesis y los editorialistas de su semanario oficial se equivocan y dañan su propia causa y la del país.

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