26-01-2016 Mientras hace ya tiempo que lo único que sabemos de las actividades del llamado grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en torno al caso Iguala, es el de las denuncias en sus países de origen contra algunos de sus miembros, y cuando crecen las versiones de que Emilio Álvarez Icaza, quien los designó y es su responsable, dejará la CIDH para ser candidato independiente en México (algunos dicen que a la presidencia, otros, más probable, al Gobierno de la Ciudad de México), lo cierto es que lo único que se sigue consolidando es la investigación que hizo originalmente la PGR, que tiene datos e información dura y confirmada, pruebas documentales serias, 131 consignados y 113 detenidos.
Los más recientes apresados son tres miembros del cártel de los Guerreros Unidos que eran perseguidos por las autoridades desde hace meses porque se sabía que habían participado en los hechos del 26 y 27 de septiembre del 2014. Los hermanos Cruz y Bernabé Sotelo, participaron directamente en el asesinato y la incineración de los jóvenes en el basurero de Cocula. Fueron de los sicarios que mantuvieron el fuego toda la noche y al día siguiente se deshicieron de los restos en el río. Ambos en sus declaraciones ministeriales han reconocido su participación en esos hechos. El otro detenido, Mauro Taboada, participó esa noche en otro crimen terrible: el asesinato del joven Julio César Mondragón, cuyo cadáver, desollado, quedó abandonado en una de las salidas de la ciudad.
Todos los datos, incluyendo las estudios del Instituto de Innsbruck sobre los restos, todos los detenidos (ya 113, la mayoría confesos), todas las indagatorias, refuerzan la información que dio a conocer en su momento la Procuraduría General de la República y la investigación que presentamos en la película La noche de Iguala que tanto indignó a aquéllos que siguen proclamando que “fue el Estado” (aunque algunos trabajen para él). Para ellos esclarecer lo realmente sucedido en Iguala esa noche es un veneno que los deja sin argumentos, sin los recursos que reciben del propio Estado al que inculpan, sin una base política y publicitaria y quizás hasta sin la candidatura de Álvarez Icaza.
Por eso esa verdad, enmarcada en la lucha entre dos cárteles de la droga y la corrupción de las autoridades locales (y de la propia normal), no será jamás aceptada por esos grupos. Les va la vida en ello.
PRI: BUENOS, MALOS, FEOS
En las recientes designaciones del Partido Revolucionario Institucional para contender en las próximas elecciones estatales hay de todo: buenos, malos y feos. Entre las buenas está, sin duda, la candidata de Aguascalientes, Lorena Martínez, cuya presencia en el estado y en la administración debe considerarse mucho más allá de una cuota de género. Era la mejor candidata.
Desconcertó la candidatura de Quirino Ordaz, diputado por el Verde, y un hombre, se dice, muy cercano al también diputado y ex responsable de la comunicación del presidente Peña, David López. Es una suerte de candidatura independiente para el estado avalada por el PRI pero que ha dejado en el camino a candidatos con mucha mayor presencia local. El desafío que asumirá será enorme si se logra concretar una alianza opositora con Manuel Clouthier hijo, o incluso ante Heriberto Félix, el ex secretario de Desarrollo Social con Felipe Calderón.
En Veracruz, ayer rindió protesta Héctor Yunes Landa que como candidato del PRI que se enfrentará casi con seguridad con su primo hermano, Miguel Ángel Yunes, que encabezará una alianza PAN-PRD. La suya también ha sido una candidatura muy disputada internamente y habrá que ver hasta qué nivel han llegado las heridas internas en el proceso. Yunes Landa no tenía todos los apoyos en el priismo local, pero sí los de otro Yunes, el senador José (que estaría apuntado ya para la candidatura del 2018 en la entidad).
En otros estados, el PRI ha apostado absolutamente a locales y suyos. Así han sido designados Enrique Serrano, alcalde con licencia de Ciudad Juárez, en Chihuahua, donde el independiente José El Chacho Barraza le puede generar problemas; Esteban Villegas, exalcalde de la ciudad de Durango, donde competirá contra el aliancista José Rosas Aispuro; Alejandro Tello, senador, en Zacatecas, que la tendrá muy complicada contra David Monreal y Pedro de León; y Marco Antonio Mena, diputado local, en Tlaxcala, donde se rompió la alianza PAN-PRD.
Lo ocurrido con esas candidaturas, la mayoría muy diferentes en su concepción y destino, no da pistas para saber qué ocurrirá en los próximos días (quizás horas) en Oaxaca, una de las decisiones más complejas que tendrá que tomar Manlio Fabio Beltrones, con la anuencia presidencial. Gerardo
Gutiérrez Candiani, Alejandro Murat, Eviel Pérez Magaña y Mariana Benítez, siguen en la puja, y la coalición PAN-PRD está a la espera de esa decisión para tomar las propias. Quien llegue por el PRI tendrá enfrente una enorme labor de suturación de heridas internas.