26-04-2016 Falta poco más de un mes para los comicios del 5 de junio y lo que resulta más llamativo es que hasta ahora no pasa nada. Las campañas no han alcanzado, salvo la de Veracruz, ni siquiera a los medios nacionales que, en general, se acercan poco a lo que realmente está sucediendo en los estados.
Hay comicios tan cerrados como se esperaba, Oaxaca y Tamaulipas, otros aparentemente menos Chihuahua o Durango, aunque estarán muy disputados. Hay unos donde se asegura que hay competencia, como Quintana Roo, pero donde la ventaja del PRI es manifiesta: Mauricio Góngora rebasa a Carlos Joaquín en diez puntos en la más conservadora de la encuestas, y en Zacatecas, donde el priista Alejandro Tello también lleva amplia ventaja a sus contendientes, más aún con el regreso de David Monreal. En Sinaloa, el PRI no tendrá problemas como tampoco los tendrá el PAN de Tony Galli en Puebla.
Pero el verdadero laboratorio es Veracruz. Nada está decidido en ese estado y pensar que el PRI pueda abandonar uno de los tres estados más poderosos del país, con un enorme padrón electoral es ilusorio. En Veracruz cada encuesta parece manejar cifras propias y eso las hace poco creíbles a todas. De lo que no cabe duda es que los Yunes, Miguel y Héctor, pelearán hasta el último minuto el estado. Miguel Angel Yunes Linares que estaba delante supuestamente en las encuestas, ha sufrido un durísimo golpeteo en los últimos días: los Papeles de Panamá, la escucha telefónica con su hijo Omar sobre la compra de una propiedad en Nueva York, la resucitada denuncia del libro de Lydia Cacho (que ni entonces ni ahora, en el caso de Yunes, me parece creíble) y sobre todo la ofensiva de Andrés Manuel López Obrador, que lo ha señalado como enemigo por encima del candidato priista, han afectado la candidatura de Yunes Linares, que ha tenido arrebatos y pérdida de formas que demuestran la tensión que le ha generado ese golpeteo. Pero Yunes Linares es un hombre que tampoco está manco y que ha encabezado el ataque contra su primo Héctor identificándolo con el gobernador Javier Duarte. Héctor al inicio de su campaña cayó en la trampa de seguir también esa línea que paradójicamente fue lo que fortaleció en su momento a Yunes Linares.
El caso López Obrador es algo que se viene repitiendo en casi todas las entidades donde el PRD o una alianza PAN-PRD se presenta como opción real como en Oaxaca o en Veracruz. En todos esos casos, Morena concentra su ataques en la alianza e implícitamente termina apoyando al PRI. En ningún lugar ello es más claro que en Veracruz: la incorporación de Pedro Arturo López Obrador al equipo de campaña de Héctor Yunes Landa parece algo más que un mensaje. Las declaraciones de Andrés Manuel sobre Miguel Angel son explícitas. Lo cierto es que cuanto más crecen los candidatos de Morena, que no están aún en condiciones de ganar ningún estado pero sí de posesionar a AMLO para el 18, le quitan votos a la alianza PAN-PRD y eso beneficia al PRI, que manteniendo su piso electoral puede ganar los comicios.
No hay que pensar tampoco que esa alianza tácita es un acuerdo explícito. Es como aquel pacto Hitler-Stalin antes del inicio de la segunda guerra: los dos saben que serán, más adelante, los verdaderos rivales, saben que son enemigos jurados, pero están utilizando ese acuerdo tácito para ganar tiempo, posiciones y fortalecerse de cara a la verdadera batalla que para ambos está fijada en el 2018. Para Morena, el objetivo es ser la segunda o tercera fuerza política nacional, y el fin personal de López Obrador es tratar de que la campaña de 2018 sea entre dos: entre quien surja del PRI y él mismo. Me temo que, como buen machista, está subestimando a Margarita Zavala. Mientras tanto, ambos, PRI y Morena, tratarán de sacar ventaja de la situación y hasta ahora lo han logrado.
Nada está definido en Veracruz. Pese el priismo en Veracruz sigue siendo una estructura poderosa y articulada y le han surgido aliados inesperados. La alianza PAN-PRD tampoco es débil a pesar de los golpes recibidos en estos días. La guerra en el Golfo apenas comienza, nadie se ha dado por vencido.
Mujeres
63 de cada cien mujeres han sufrido algún episodio de violencia, 47 por ciento han sido agredidas por su pareja, 32 por ciento han sufrido violencia sexual. Pero esa violencia sexista se demuestra también en muchos otros ámbitos. Cuatro ejemplos: la detención ilegal y extorsión a que dos agentes federales sometieron a un grupo de muchachas extranjeras argumentando una investigación sobre “trata de personas”; el caso de la joven Giselle descalificada como candidata en Zacatecas, por haber sido edecán; la maestra Clarissa, una apreciada maestra, despedida en el Cumbres de Hermosillo por haber sido mostrada bailando, durante sus vacaciones en Los Cabos, en una fiesta de springbreakers. Y ese programa, Master Troll, hayan ellos agredido o no a Andrea Noel, sencillamente infame.