25-05-2016 El 19 de agosto será el último día de Joaquín López-Dóriga al frente de El Noticiero. Son 16 años de un trabajo notable, intenso y desgastante, de grandes coberturas, controversias y disputas, de un periodista, como lo es Joaquín, singular.
Nadie es monedita de oro para ser de gusto de todo el mundo, pero Joaquín, que ha vivido muchos ciclos en su vida, cumplió durante el que ahora acaba un papel central en la comunicación del país. Nadie, ni sus más entrañables críticos pueden negarlo.
Pero lo de Joaquín va más allá. Su trabajo ha tenido el gran mérito de iniciar un camino que otros hemos seguido: fue el primero que rompió con el esquema del periodista de un solo medio. Demostró que en el periodismo actual se debe ser igual de competente con la pluma en los medios escritos, como con la palabra en radio y la imagen en televisión. Y ahora también en redes sociales. Y que los distintos géneros se deben complementar. Que nadie quiere escuchar o ver a un simple lector de noticias. Que se debía seguir reporteando siempre. Que se debe reportear para opinar porque lo que cuenta es precisamente cruzar la información con la opinión.
A Joaquín, al que durante décadas me ha unido una sincera amistad, con las diferencias y la distancia que a veces ponen el tiempo y el espacio, hay mucho todavía que aprenderle. Y sin duda mucho todavía por ver en su trabajo. Es más, creo que en la nueva etapa que comenzará, con programas de entrevistas y opinión semanales, veremos al mejor López-Dóriga. Felicidades Joaquín por el fin de este ciclo y el mayor de los éxitos para el que inicia. Y gracias por dejar el alma en esta profesión.
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Hablando de López-Dóriga. Hace unos meses en su programa de radio, Joaquín le preguntó al entonces precandidato priista al gobierno de Oaxaca: “Alejandro Murat, ¿tú crees que Ulises Ruiz, enemigo acérrimo de tu papá, como tu papá de él, te va a dejar pasar en el PRI de Oaxaca?”. Una pregunta obligada para cualquiera que quisiera ser candidato en Oaxaca con el apellido Murat y que supiera cómo están las cosas en ese estado. Alejandro no contestó mal, dijo que respetaba a todos los ex gobernadores, etc, etc. Pero el mayor problema de Alejandro no es él, es su padre, José Murat, al que vemos cotidianamente operando, con toda la brusquedad posible, como un virtual coordinador de campaña de su hijo.
La respuesta de José Murat a esa pregunta que le hizo Joaquín a su hijo Alejandro lo retrata de cuerpo entero. Este es el audio, difundido el lunes, de la “conversación” (de alguna forma hay que denominar a este conjunto de leperadas, groserías e injurias) que tiene José Murat con Carlos Velasco, quien es el que está operando la prensa de Alejandro en el DF.
“José Murat (JM): Oye, qué madre con lo de Joaquín, no mames, pinche perro, cabrón. No sé para qué chingados le dijiste que sí, le debiste haber dicho que no, cabrón.
Carlos Velasco (CV): Yo pensé que estaba en otro talante.
JM: No, no, cuál talante, hijo de su puta madre. Tú dices que está en otro talante y mira. No mames, cabrón […]. Y luego que yo y Ulises ¿Qué tiene que ver él con esto? […] No tiene madre cabrón, yo he sido amable y atento con él, no tiene madre, cabrón. Deja que lo vea y le voy a romper la madre, cabrón. ¿Qué tiene que ver el tema de José Murat y Ulises con Alejandro? Lo único que hace con eso es que le hace el juego a esos pendejos. No, le voy a poner en la madre. Voy a publicar y a decirle al cabrón que aclare las cosas.
CV: No, ya, hombre.
JM: Se lo voy a mandar, cabrón. Pinche enfermo”.
Hasta ahí sólo una parte de esta grabación. Y todo porque López-Dóriga le hizo la pregunta que cualquier periodista serio le haría a Alejandro Murat ¿los priistas enfrentados con tu papá te dejarán pasar?
El problema no era la pregunta sino lo que representaba y que se ha reiterado a lo largo de toda la campaña oaxaqueña: Alejandro no ha querido ni podido deslindarse de su padre, no en términos afectivos, sino de historia política. Y no lo ha podido hacer porque no tiene historia política propia en su estado. Por ende la historia de Murat que se conoce en Oaxaca es la de su padre y el “talante” político de éste la descubrimos simplemente con esta grabación. O con las otras que hemos escuchado en estos mismos días: buscando acordar un frente con Ricardo Monreal y con Morena para que ganen sus respectivos candidatos en Oaxaca y Zacatecas (¿qué pensará Alejandro Tello, el candidato priista de Zacatecas, de la oferta de que gane David Monreal a cambio de apoyo de Morena para Alejandro?) o buscando el pago de una factura de 30 millones de pesos con el gobernador de Veracruz, Javier Duarte. O con las pláticas e intimidaciones que ha hecho a lo largo de la campaña a periodistas y comunicadores.
“Mientras yo esté aquí, mi papá no pisará el estado”, declaró Alejandro alguna vez en Milenio. El problema es que José Murat no necesita estar en Oaxaca, desde el DF es el mayor lastre de la campaña de su hijo.