Elecciones: impredecibles como nunca
Columna JFM

Elecciones: impredecibles como nunca

01-06-2016 Si hace algunos meses el presidente nacional del PRI podía pensar que su partido tendría aseguradas nueve de las 12 elecciones estatales en disputa este domingo, hoy, al cierre de las campañas, de lo único que puede estar seguro es que sólo tres parecen ser seguras y nueve son impredecibles. Y ese resultado dependerá, en mucho, de la capacidad de operación territorial de los partidos.

La guerra sucia, las campañas negras, los golpes bajos, han logrado que ésta haya sido una campaña de ataques, en las que hemos tenido demasiadas encuestas manipuladas (que ocultan u opacan las pocas que no lo son), demasiadas acusaciones con o sin fundamento y, en buena medida como consecuencia de ello, demasiados resultados indefinidos en un escenario en el que nadie puede asegurar cuál será la participación de la ciudadanía.

De los 12 estados que elegirán gobernador, en sólo tres, quizás cuatro, los resultados parecen desde ya previsibles: en Puebla, en Hidalgo, en Sinaloa, con Tony Gali, con Omar Fayad y con Quirino Ordaz, no habrá sorpresas, dudo que las haya en Quintana Roo con Mauricio Góngora. Pero en los demás estados todo puede ocurrir: en un resultado insólito (por inédito) la encuesta de BGC publicada en Excélsior deja al PRI, al PAN-PRD y a Morena empatados con 31 puntos en Veracruz. En Oaxaca pese a los enormes esfuerzos publicitarios, las encuestas serias muestran que José Antonio Estefan está por arriba de Alejandro Murat, pero mucho dependerá en ese estado de la capacidad de movilización y del voto útil. En Chihuahua, en las últimas horas han aparecido encuestas que demuestran muy cerrados los comicios cuando se esperaba que el priista Héctor Serrano tuviera mayor margen. En Durango, el PRI tiene una envidiable estructura territorial que buscará paliar el ímpetu de la alianza PAN-PRD en la capital. En Tlaxcala también hay un empate a tres aunque pareciera que allí, al final, la disputa será sobre todo PRD vs PRI; en Aguascalientes, Lorena Martínez (PRI) y Martín Orozco (PAN) tienen un cierre muy cerrado, lo mismo que en Tamaulipas y Zacatecas. En la Constituyente de la Ciudad de México la nota la dará, sobre todo, el índice de participación que apunta a ser muy bajo y en las municipales de Baja California priistas y panistas tienen la mira puesta en Tijuana.

Cuando la próxima semana se puedan desagregar los resultados se tendrá un escenario más completo, pero no sólo de ganadores y perdedores, sino de cómo quedan distribuidas las fuerzas de los distintos actores, dentro y fuera de sus partidos. No soy de los que creen que los resultados del 5 de junio van a determinar los del 2018: por supuesto que tendrán influencia, pero estamos hablando de dos procesos distintos que no corren necesariamente por vías paralelas.

Pero los resultados del domingo nos mostrarán hasta dónde el PRI, vía su estructura y su capacidad de operación, han podido resistir el mal momento que vive el tricolor; si la estrategia que algunos priistas, sobre todo gobernadores, han desarrollado impulsando de alguna forma a Morena para neutralizar las alianzas PAN-PRD han tenido éxito o si eso no se les ha revertido con un crecimiento impensado de Morena; si las alianzas PAN-PRD pueden tener futuro y con quién; si Moreno Valle puede lanzar, pasados los comicios, su estrategia de cara a 2018 o si, por lo visto en estas campañas, la presencia electoral de Margarita Zavala en el PAN ya se ha consolidado tanto que la vuelve inevitable para el 18; si el PRD tiene un piso para su caída (Oaxaca y quizás Tlaxcala son sus opciones más viables); si verdes, Nueva Alianza y los demás partidos pequeños pueden rescatar algo el 5 de junio como para posicionarlos de cara a sus alianzas futuras.

No se trata de hacer futurismo, pero de acuerdo a cómo se den las cosas este domingo, se terminarán de llenar los pocos espacios de duda que quedan para la boleta del 2018: en el PRI y sus aliados quedan básicamente dos nombres en disputa real; en el PAN también; en el PRD la opción sólo puede ser Mancera, salvo que decidan suicidarse y volver a apoyar a López Obrador de quien nadie duda que, si la salud se lo permite, será el candidato de Morena. Y nada más. Porque estos comicios han demostrado también que los independientes que no tengan el sustento de por lo menos un partido no tendrán espacio en 2018.

LA RESTAURACIÓN EN LA CDMX

Morena, y sobre todo López Obrador, tienen, siempre lo hemos dicho, una profunda raíz conservadora en todo lo referente a las libertades individuales. De la mano con el silencio de Morena en la Ciudad de México en temas como el derecho de las mujeres sobre su propio cuerpo, de los matrimonios de personas de un mismo sexo, de las campañas contra el acoso sexual, de la legalización de la mariguana medicinal, ha estallado con estruendo la oposición a todos esos temas de los sectores más conservadores de la Iglesia. Ésa es la alianza que querrá quedarse con el triunfo en la Ciudad de México el próximo domingo: derechos individuales a cambio de poder político. Ése es el acuerdo.

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