CNTE: reaccionarios y ladrones
Columna JFM

CNTE: reaccionarios y ladrones

14-06-2016 “Un Estado donde quedan impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina en el abismo.”

                —Sófocles.

 

La detención de Rubén Núñez y de Francisco Villalobos, los dos principales dirigentes de la Sección 22 acusados de defraudación fiscal, operaciones con recursos de procedencia ilícita, homicidio en grado de tentativa, vandalismo, daño en propiedad ajena y delincuencia organizada, es un capítulo casi final e inevitable de un proceso que inició, en realidad, con la detención de Elba Esther Gordillo quien, a pesar de sus diferencias con la administración Peña, no era una enemiga de la Reforma Educativa; siguió con el intento, tan desconcertante como infructuoso, de convertir a la Coordinadora en aliada del gobierno; continuó con la escalada de provocaciones de la Coordinadora durante los dos primeros años de esta administración y encontró su clímax hace un año con la recuperación del IEEPO en Oaxaca y el inicio de la decadencia de la Coordinadora, huérfana de los recursos económicos y legales que le dieron poder.

En diciembre de 2012 publicamos con Bibiana Belsasso el libro La élite y la raza, donde la tesis central era que para la prometida Reforma Educativa del gobierno que iniciaría, el verdadero enemigo no era, como pensaban muchos entonces, el Sindicato magisterial, el SNTE o la propia Gordillo, sino la Coordinadora, y particularmente la Sección 22.

Ahí decíamos que existía una tendencia legítima pero equivocada, de canalizar cada vez mayores esfuerzos hacia la educación privada, de acercar a la niñez y a los jóvenes a la escuela privada y no a la pública. “Eso es lo que ha estancado la movilidad social en México. El que nace pobre y con pocas oportunidades no puede más que seguir estando pobre y sin oportunidades. La única opción para romper ese esquema es una educación pública con calidad. Y esa opción es la que se está perdiendo e impide que crucemos la calle de la desigualdad”.

Existe, agregábamos, “otro desafío en la educación que es lo que podríamos llamar la ideologización de la pobreza y de la mano con ella, la de la propia educación. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación escenifica perfectamente esa lógica de mantener la educación como rehén de la lucha por el poder”.

En el discurso político de la Coordinadora no hay nada, escribimos en La élite y la raza, que se acerque a la educación. “No es el tema ni el objetivo: en todo caso, es la coartada más o menos eficaz, para una lucha política que tiene que ver con las oposiciones más radicales, y suele pasar por las plazas del magisterio, a las que quieren conservar como un bien patrimonial”.

“Se ha creado un monstruo que, paradójicamente, cuanto más hunde al Estado y a su educación, más poderoso se hace. El único interés es el propio”. Oaxaca, Michoacán, parte de Chiapas y Guerrero tienen, escribíamos en diciembre de 2012, “gracias a estos grupos, los peores índices educativos del país, a pesar de que en estados como Oaxaca, la principal fuente de empleo es el magisterio. Pero es un magisterio, una sección sindical, muy peculiar: muchos no son maestros, porque las plazas se heredan y se venden; no tienen necesariamente que trabajar. Las promociones no se dan por la capacidad, sino por la movilización… En ninguna otra parte del país hay tantos maestros que no dan clases y trabajan exclusivamente para la dirigencia del sindicato… a esos líderes no les interesan ni la infraestructura escolar ni los desayunos, tampoco los útiles o las becas, salvo que les den a ellos el recurso de esos programas para manejarlo. Quieren dinero”.

Asegurábamos entonces  que eran grupos de la Coordinadora y la Sección 22 “los que están privatizando la educación: ¿qué puede ser más privatizador que exigir que las plazas del sector público sean patrimonio de una persona, que la pueda vender o heredar como un bien personal, privado?, ¿qué privatiza más la enseñanza que la irresponsabilidad de dirigentes magisteriales como los de las secciones 19, la 22 o la 18, en Morelos, Oaxaca o Michoacán, que se toman más días para marchar, manifestarse, hacer plantones o bloquear calles que para dar clases?, ¿qué impulsará más a una familia a enviar a sus hijos a una escuela privada que el hecho de que sus hijos encuentren una y otra vez la escuela pública cerrada y a sus maestros en la calle? Estos grupos son los verdaderos impulsores de la privatización de la educación y quienes quieren regresar a como dé lugar al viejo sistema político, económico y magisterial. Son los más conservadores, los más reaccionarios, del escenario político nacional”.

Esto, y mucho más, decíamos en diciembre de 2012, en aquel libro La élite y la raza que, la verdad, fue ignorado por las autoridades. Alguien que había financiado y patrocinado a la Sección 22 y que ahora está de regreso en Oaxaca, los convenció de que la tenía bajo su control. Ahora sabemos que evidentemente no fue así y sabemos también que los líderes de la Sección 22 y la Coordinadora son unos corruptos y unos ladrones. Ya era hora.

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