Aranceles y seguridad: misión imposible
Columna

Aranceles y seguridad: misión imposible

Aranceles de 4 de marzo

Nadie puede decir que México no ha intentado cumplir con sus responsabilidades de seguridad respecto a Estados Unidos, sobre todo en los 40 días que lleva Trump en la Casa Blanca. 

Los datos son duros y confirman también el enorme rezago que dejó el gobierno de López Obrador en la materia: más allá de los 29 delincuentes entregados el jueves, que se sumaron a otros once que habían sido extraditados en la semana previa, la cifra de detenidos sólo en el operativo frontera norte supera los 800; en Sinaloa van más de 900 detenidos y 60 laboratorios de metanfetaminas y fentanilo desmantelados, las caídas de operadores claves se han sucedido; los decomisos de fentanilo alcanzan niveles históricos.

Eso también ha tenido consecuencias: según medios como el NYT el número de muertos por fentanilo en Estados Unidos se ha reducido un 20 por ciento, la cifra sigue siendo muy alta, cerca de 80 mil muertes al año, pero es una reducción muy significativa.

Se ha trasladado a 10 mil elementos de la Guardia Nacional a la frontera y se ha cambiado completamente la política migratoria. En el periodo Trump ha habido poco más de 15 mil deportaciones y eso en buena medida se debe a que los cruces fronterizos se han reducido en forma drástica. 

Hemos estado recorriendo las fronteras, tanto la sur como la norte, y el incremento de la seguridad en ambas es notable, el número de migrantes es infinitamente menor a los que veíamos meses atrás, prácticamente desaparecieron las caravanas. En Baja California y en Ciudad Juárez existe una reducción palpable de cruces y por ende de detenidos. El vocero la patrulla fronteriza, CBP por sus siglas en inglés, en Ciudad Juárez me dijo que, en toda esa frontera, una de las más transitadas y complejas, se estaba deteniendo a unas 80 personas por día cuando apenas un mes atrás, antes de que se anunciara el desplazamiento de los guardias nacionales y con un fuerte operativo también de la policía estatal de Chihuahua, las detenciones oscilaban entre 150 y 135 diarias. La mayoría de los refugios que se levantaron están prácticamente vacíos. Ahí mismo, en Juárez, se desmantelaron túneles que servían para el cruce de migrantes y droga. Hacía años que en el ámbito migratorio no veían tan tranquilas las frontera, la norte y la sur.

En el tema de seguridad la relación de los mandos militares con sus homólogos estadounidenses es de estrecha colaboración: los golpes que se han dado en los últimos tiempos son resultado en parte de ello y una demostración de que con apoyo de inteligencia las operaciones en México se pueden hacer en forma mucho más eficiente. La relación del secretario García Harfuch es muy buena con sus homólogos y la operación del traslado de los 29 enviados a Estados Unidos lo fortalece aún más. 

Lo es también la utilización del argumento de la seguridad nacional, enlazado a la designación de los cárteles como terroristas, con los compromisos adquiridos por México en la Convención antiterrorismo como justificante de esas entregas de detenidos a Estados Unidos calificados como terroristas y como una cuestión de seguridad nacional.

En el tema comercial hay mucho por hacer, y hay reformas que obstaculizan el libre comercio y la integración, pero en general se están aligerando (salvo temas como la reforma judicial o la ceguera ideológica en el tema del maíz transgénico) pero se pusieron los primeros aranceles importantes contra las importaciones chinas, que siguen siendo muy altas; está más abierta la energía y existen propuestas que pueden ser muy útiles, pero falta integrar todo eso en un proyecto más ambicioso, ese es el camino que habrá que recorrer con la nueva negociación del TMEC.

Y sin embargo, salvo que en las próximas horas ocurra algo muy extraño, la administración Trump impondrá aranceles al acero, al aluminio, se supone que a las manufacturas e incluso a los productos agrícolas, incluso en sectores en los que su país es superavitario con México. 

Las razones son políticas: en el plano de la seguridad la Casa Blanca quiere desarticular redes políticas y un convenio de seguridad amplio; en el tema comercial quieren un TMEC que le reste posibilidades a China de beneficiarse del mismo e integre a las empresas de la Unión Americana aún más en las cadenas de producción. En lo migratorio no imagino que se pueda hacer mucho más y en el consumo de fentanilo se puede y debe avanzar en la destrucción de los cárteles, pero hay capítulos internos de distribución y consumo que Estados Unidos debe atacar y en lo que, literalmente, no hemos visto demasiado, lo mismo que en el tráfico de armas hacia México.

Pero por lo pronto lo que viene son los aranceles. Trump los festinará hoy en el mensaje sobre el estado de la Unión en el congreso, dirá que en un mes logró más que otros en años y después ya veremos. Pero nada será fácil con una Casa Blanca que se ha olvidado de la diplomacia para concentrarse en la imposición y la fuerza, incluso en los capítulos en los que pueden perder más que ganar…como sucede con los aranceles.

Por cierto, más allá de los errores del presidente Zelensky el viernes en la Casa Blanca, sin una mirada estratégica de hacia dónde quería llevar las cosas, y de la evidente encerrona a la que lo sometieron Trump y Vance, resulta asombroso que Estados Unidos esté dispuesto a sacrificar la alianza atlántica a cambio de un acuerdo con un Putin débil (hasta que lo empoderó Trump) que podrían lograr de cualquier otra forma.

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