Una carrera de caballos, un atentado, el poder
Columna JFM

Una carrera de caballos, un atentado, el poder

Ayer intentaron asesinar a Francisco Fernández, secretario de seguridad pública del estado de Tabasco. En los hechos murió uno de sus colaboradores y en el aeropuerto de Villahermosa, cuando intentaba huir del estado, fue detenido un ex agente de la policía federal comisionado en Campeche. Horas antes se había encontrado en Campeche una fosa común con varios cadáveres que mostraban huellas de tortura y tiros de gracia. En el fin de semana, en Veracruz se dio otro hecho peculiar. En una carrera parejera participaron tres caballos: uno de Monterrey, otro de Chiapas y un tercero de una cuadra de Paso Pital, una localidad cercana a Nautla, éste propiedad de Francisco Colorado, un hombre apodado Pancho Colorado. Su caballo empató con el de la familia Valdovinos de Chiapas y la gente de Colorado (que resultaron ser de los Zetas) comenzó una balacera que terminó con la muerte de dos personas y varios heridos. Uno de los muertos se ha especulado que podría ser el propio Heriberto Lazcano, el líder de los Zetas o uno de sus más cercanos lugartenientes, apodado el Z13. Francisco Colorado, fue uno de los principales contribuyentes a la campaña electoral del gobernador Fidel Herrera. En realidad, todos los involucrados en los hechos tienen fuertes relaciones políticas en Veracruz, en Tamaulipas, en Campeche, Tabasco, Oaxaca y Chiapas.

Ayer intentaron asesinar a Francisco Fernández, secretario de seguridad pública del estado de Tabasco. En los hechos murió uno de sus colaboradores y en el aeropuerto de Villahermosa, cuando intentaba huir del estado, fue detenido un ex agente de la policía federal comisionado en Campeche. Horas antes se había encontrado en Campeche una fosa común con varios cadáveres que mostraban huellas de tortura y tiros de gracia. En el fin de semana, en Veracruz se dio otro hecho peculiar. En una carrera parejera participaron tres caballos: uno de Monterrey, otro de Chiapas y un tercero de una cuadra de Paso Pital, una localidad cercana a Nautla, éste propiedad de Francisco Colorado, un hombre apodado Pancho Colorado. Su caballo empató con el de la familia Valdovinos de Chiapas y la gente de Colorado (que resultaron ser de los Zetas) comenzó una balacera que terminó con la muerte de dos personas y varios heridos. Uno de los muertos se ha especulado que podría ser el propio Heriberto Lazcano, el líder de los Zetas o uno de sus más cercanos lugartenientes, apodado el Z13. Francisco Colorado, fue uno de los principales contribuyentes a la campaña electoral del gobernador Fidel Herrera. En realidad, todos los involucrados en los hechos tienen fuertes relaciones políticas en Veracruz, en Tamaulipas, en Campeche, Tabasco, Oaxaca y Chiapas.

Y es que el sur del país se ha convertido en uno más de los terreno claves para el control del crimen organizado. La historia no es nueva: en mayo del año pasado fue secuestrado, junto con cuatro personas, Ponciano Vázquez Lagunes, hermano y principal operador del más poderoso cacique del sur de Veracruz, Cirilo Vázquez Lagunes, que había sido detenido ya desde los años 80 en tres oportunidades, acusado de narcotráfico y homicidio, entre otros delitos. Los cuerpos de Ponciano y sus acompañantes aparecieron días después.

Entre los muertos estaban Antonio Guizar Valencia y Felipe Espinosa Valencia, oriundos de Michoacán, relacionados con el cártel de los Valencia y, el segundo de ellos, casado con la hija de una regidora del PRD, Norma Aguirre Colorado. La hermana de Felipe Espinosa Valencia era, además, la esposa del hijo del presidente municipal perredista de Huimanguillo, Walter Herrera Ramírez, un cercano amigo de los hermanos Vázquez Lagunes, incluso compadre de Ponciano. El hecho es que un año antes del asesinato de Ponciano y sus colaboradores, el padre de Antonio Guizar Valencia también había sido asesinado pero en Chiapas. El acusado del asesinato había sido el director de seguridad pública de Huimanguillo, que se fugó con el apoyo del alcalde de la localidad, el mismo Walter Herrera.

¿Qué sucedió con Guizar Valencia?. Quizás que sabía demasiado. El 8 de octubre del 2005 se había dado otro asesinato, éste de un poderoso narcotraficante local que trabajaba con los Zetas, José Martín Flores Torruco, con influencia en la zona de Palenque. Este narcotraficante estaba casado con Laura López Pavón, hija de Martín López Obrador y sobrina de Andrés Manuel. Los sicarios fueron detenidos y confesaron ser del cártel de los Valencia. Entre ellos, estaba un ex militar guatemalteco, Jorge Santiago Rodríguez, quien aseguró que Antonio Guizar le había pagado 30 mil dólares para deshacerse del yerno de López Obrador. Meses después, Guizar fue asesinado junto con otros cinco operadores del cártel de los Valencia. El problema es que su hijo, Guizar Valencia y el alcalde Huimanguillo, Walter Herrera, aparentemente trabajaban para el cártel de los Valencia pero también protegían a la organización del yerno de López Obrador que estaba ligada a los Zetas, y ahí se les complicaron las cosas. Los dos terminaron muertos poco después: Guizar Valencia junto con Ponciano Vázquez Lagunes y Walter Herrera el 15 de noviembre del año pasado. En el camino murieron otros hombres ligados a los Valencia y al cártel de Sinaloa. Finalmente el 18 de noviembre, tres días después del asesinato del alcalde de Huimanguillo, también fue muerto Cirilo Vázquez Lagunes.

Cirilo, en el proceso electoral había apoyado a López Obrador e incluso fletó numerosos autobuses para el primer acto de “resistencia civil” del ex candidato, el 16 de julio pasado. En enero, el PRD local le había ofrecido públicamente ser candidato a diputado, lo que se frustró porque el cacique contaba con algunas órdenes de aprehensión. Pero al mismo tiempo Vázquez Lagunes había apoyado al candidato a diputado federal del PAN para el distrito de Acayucan, Gregorio Barradas Miravete; a Maria Juliana Rodríguez Carmona, también del PAN para el distrito de Minatitlán; y al PRI en la zona de Cosoleacaque, aunque los propios dirigentes del PRD habían anunciado que Vázquez Lgunes sería su candidato en los próximos comicios por esa misma localidad.

Hay demasiados hilos cruzados en esta historia, pero todos unen a la guerra de los cárteles con Veracruz, con Tabasco, con Tamaulipas, con Michoacán. Y lo que se observa, a simple vista, es que ciertos grupos políticos terminaron recibiendo apoyo de distintos grupos del narcotráfico simultáneamente y terminaron atrapados en su propia red de corrupción. El detonante, ahora, parece haber sido una carrera de caballos. En realidad, de lo que estamos hablando es del control de un territorio estratégico para el crimen organizado…y para el control político del país.   

La SCT y el senado

Ya lo habíamos adelantado en este espacio. Ahora el mensaje del Senado al gobierno federal es explícito: renuncian Rafael del Villar y Gonzalo Martínez Pous a sus cargos en la SCT, desisten del amparo para intentar recuperar sus posiciones en la Cofetel, o el distanciamiento entre el Ejecutivo y el Senado será insuperable. Sobre advertencia no hay engaño.

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