Cárdenas, el eje de la reforma petrolera
Columna JFM

Cárdenas, el eje de la reforma petrolera

Los problemas en Petróleos Mexicanos son muchos y van desde un sindicato voraz hasta una administración de la paraestatal que dejó mucho que desear en el pasado sexenio. Las reservas petroleras han caído un 5.8 por ciento en sólo un año; Cantarell está declinando su producción y no ha podido, aún, ser suplido por otros yacimientos; los nuevos descubrimientos continúan realizándose en las aguas profundas del Golfo de México y PEMEX no tiene la tecnología adecuada para explotarlos; es víctima, como dijo Jesús Reyes Heroles, el domingo, de innumerables actos vandálicos y ?mantiene una inédita falta de capacidad de transporte marítimo?. Por eso los problemas centrales son estructurales, allí es donde no se ha encontrado una solución pese a que sabemos, desde hace años, que estábamos llegando a una situación límite.

Los problemas en Petróleos Mexicanos son muchos y van desde un sindicato voraz hasta una administración de la paraestatal que dejó mucho que desear en el pasado sexenio. Las reservas petroleras han caído un 5.8 por ciento en sólo un año; Cantarell está declinando su producción y no ha podido, aún, ser suplido por otros yacimientos; los nuevos descubrimientos continúan realizándose en las aguas profundas del Golfo de México y PEMEX no tiene la tecnología adecuada para explotarlos; es víctima, como dijo Jesús Reyes Heroles, el domingo, de innumerables actos vandálicos y “mantiene una inédita falta de capacidad de transporte marítimo”. Por eso los problemas centrales son estructurales, allí es donde no se ha encontrado una solución pese a que sabemos, desde hace años, que estábamos llegando a una situación límite.

De ello hablaron muchos el 18 de marzo, pero la solución posible, la real, pasa por el discurso de Cuauhtémoc Cárdenas. Para algunos no será la salida ideal, para otros se tratará de una manera de arriar banderas, pero lo cierto es que en el marco de una estrategia realista, de encontrar una pista política que permita transitar hacia la reforma, la vía que plantea Cárdenas es la que más se acerca a permitir la confluencia de los distintos actores, con un agregado: la calidad moral y el conocimiento del proponente. El tema energético es tan complejo, tan urgente, que necesitamos una salida no sólo ampliamente reflexionada sino también con una base de acuerdos muy amplia. Esos acuerdos pasan por el PAN, por el PRI e imprescindiblemente, por el cardenismo. Y es éste el que puede ser el punto de unión de las diferentes propuestas. Eso ya lo debe haber entendido Felipe Calderón que aseguró en el acto oficial que “la historia le ha dado la razón al presidente Cárdenas: la expropiación petrolera nos permitió a los mexicanos tomar el control no sólo de nuestro petróleo, sino de nuestro destino”.

En la guardia que montó en el Monumento a la Revolución, Cuauhtémoc Cárdenas fue más profundo y preciso que en sus anteriores intervenciones sobre la propuesta petrolera. Reiteró los diez puntos que ya ha impulsado con anterioridad (planeación estratégica de la industria, priorizando la transformación de hidrocarburos en el territorio nacional; abrir la planeación no sólo a entes gubernamentales sino también a “empresas que contribuyen con su esfuerzo productivo y en el consumo intermedio y final de insumos y bienes liberados”; reforma institucional de Pemex; otorgarle autonomía de gestión y presupuesto suficiente; nuevo régimen fiscal de la empresa, entre otras), pero además lamentó que el debate se dé entre privatizadores y estatistas, criticó a ambos e insistió en que existen campos amplios para la inversión privada en el sector. No es necesario estar de acuerdo en todos y cada uno de los puntos expresados por Cárdenas, pero allí reside la base para alcanzar una reforma del sector que relance a Petróleos Mexicanos.

¿Cómo utilizar las propuestas de Cárdenas sin atarlas a la mezquindad de nuestro debate político y partidario?. Con base en un acuerdo amplio, del que deben ser parte, pero no necesariamente los principales protagonistas, por lo menos en una primera etapa, el gobierno federal y el congreso. Cárdenas, por las presiones de ciertos sectores perredistas, tuvo que renunciar a la comisión organizadora del Bicentenario de la Independencia y el Centenario del inicio de la revolución, ¿renunciaría también a encabezar una comisión de amplio espectro encargada de construir la propuesta de la reforma energética?. Por supuesto que habrá quien se oponga a ello entre los “estatistas” y los “privatizadores”, pero eso, paradójicamente, es lo que le da mayores oportunidades a una opción de esas características. Incluso se podría avanzar con una meta clara: que la propuesta y la reforma estén listas con motivo del 70 aniversario de la expropiación petrolera. Los discurso del presidente Calderón, de Reyes Heroles y de Cárdenas, establecen las bases para un acuerdo de esas características y alejan esa salida posible de las tentaciones integristas de los ortodoxos de uno y otro signo. Es una oportunidad que no se debería desaprovechar.

Despedidas, aniversarios

Este fin de semana, anunciamos en Informativo 40 y en Séptimo Día, que dejábamos esos espacios televisivos en el canal Proyecto 40 que dirige nuestro amigo Luis Armando Melgar. Las razones de esa separación son estrictamente personales y profesionales y no viene al caso abundar en ellas. Le deseamos a Proyecto 40, a todos los amigos que dejamos allí, a Luis Armando y a todos los directivos de la empresa, la mejor de la suerte para el futuro. En lo personal, seguramente seguiremos otros derroteros.

            Finalmente, nuestra casa, Excélsior cumplió 90 años y uno de su completa renovación desde que fue adquirido por Grupo Angeles. Recuerdo el Excélsior de mucho tiempo atrás, cuando viviendo en Argentina, en Brasil o en Suecia, era el único periódico de América latina que se podía conseguir en cualquiera de esos países. Recuerdo la lucha tenaz de un periodista como Julio Scherer García que prefirió abandonar una posición privilegiada en el periodismo nacional para ser fiel, como lo sigue siendo, a sus convicciones. Recuerdo a otro hombre del viejo Excélsior, a Manuel Becerra Acosta, que desde el primer unomásuno, fue el mejor y principal maestro de periodismo que he tenido, con aquella mezcla de genio y locura que está presente siempre en los grandes. En este aniversario, se debe recordar a periodistas, editorialistas, cartonistas, fotógrafos extraordinarios, que cubrieron las planas de Excélsior durante décadas y hacer un periódico que no sólo esté a nivel de esa historia, sino también que busque superarla. Sólo se debe revisar el pasado para aprender sobre lo que se hará en el futuro.

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